TRUCOS EN LA COCINA

Odias esto que a veces le pasa a tu nevera: te sorprenderá este truco para solucionarlo

Es un problema muy común, pero se puede resolver de forma sencilla

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Sigue estos consejos para que tu nevera funcione correctamente

Sigue estos consejos para que tu nevera funcione correctamente / Helena Lopes (Pexels)

EPE

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Si tu nevera no se cierra correctamente, se pueden producir varios problemas. En primer lugar, que se genere más calor de lo que los alimentos requieren. La temperatura óptima a la que debe permanecer el interior de un frigorífico es el intervalo entre 2ºC y 8ºC. Si no se encuentra en este rango, probablemente, los productos se echarán a perder.

En segundo lugar, si este electrodoméstico se queda entreabierto, se pueden generar unas condiciones de humedad excesivas que podrían estropear los alimentos y que propician un clima en el que proliferarán los gérmenes y la suciedad.

Por otra parte, si hay una rendija, las condiciones de frío no se mantendrán, lo que provocará un aumento considerable del consumo energético que emprenderá el aparato para tratar de mantenerlo. Para evitar este problema tan molesto que tiene consecuencias perjudiciales, sigue leyendo los consejos de los especialistas.

Una nevera desnivelada

Puede ser que la nevera se encuentre en desequilibrio, como señalan los expertos de Beko Electrodomésticos. Es posible que el suelo tenga una ligera inclinación, imperceptible al ojo pero suficiente para que la puerta no encaje correctamente, que esta superficie se haya vencido en esa zona con el paso de los años o que se haya colado algún objeto bajo el electrodoméstico que está provocando esta pequeña pendiente.

La mayoría de frigoríficos están apoyados sobre dos o cuatro patas. Normalmente, estas cuentan con una rosca, la cual podrás girar para ajustarla a la altura del suelo. En función de cómo esté colocada la nevera, puede que necesites la ayuda de una o varias personas más, en caso de que hubiera que elevar ligeramente el frigorífico. Si se da esta necesidad, lo idóneo es aprovechar un momento en el que no esté muy llena y, si aun así pesa mucho, se puede vaciar expresamente para realizar esta tarea.

Un producto sobresale

Otra posible causa por la que el frigorífico no se cierra con normalidad es que algún elemento esté excediendo los bordes de las repisas. Puede que se haya volcado algún frasco o que esté colocado en horizontal un bote alargado cuyas dimensiones excedan la del ancho de la nevera. Revisa también los cajones de la fruta y verdura y los estantes de la puerta, como la balda para las botellas o la huevera.

Presión y circulación del aire

El soporte técnico de la empresa de electrodomésticos LG indica que si se ejerce demasiada fuerza al cerrar la puerta, puede que esta rebote. Según explican en su web, esto se debe a que se produce un empuje hacia fuera, ya que el aire se comprime y se expande cuando la puerta se abre y se cierra. Una nevera está diseñada para que haya una presión de aire en el interior y que, gracias a ello, el aire circule entre los estantes y refrigere adecuadamente los alimentos. Para evitar que se abra, hay que cerrar la puerta con suavidad.

Defectos en la goma de la puerta

Puede que la tira elástica de goma esté dañada. Si encuentras alguna raja en la superficie que impide un cierre correcto, posiblemente habrá que cambiarla por una nueva. Si se ha despegado, puedes utilizar un pegamento apto para goma y acero (o del material con el que esté compuesta la nevera).

Pero si no ves ninguna grieta y solo se trata de que está deformada... ¡Tiene solución! Algunas personas en redes sociales recomiendan aplicar un secador para moldearla de nuevo. Otro consejo, aportado por Guille Contrera en su canal de YouTube, profesional en la reparación de frigoríficos, es la utilización de agua caliente. Con la nevera cerrada, vierte despacio un chorro de agua a alta temperatura sobre la goma. Protege el suelo y la parte de debajo de la nevera con un paño grande, lona de plástico o barreño, ya que el agua caerá y hay que impedir que entre en contacto con los cables o con el motor del aparato.

Una vez que se haya realizado este paso, la goma estará caliente y más predispuesta a adoptar una nueva forma. Por ello, presiona sobre la puerta para sellarla lo más posible. Entonces, coloca cinta adhesiva para mantener la puerta cerrada durante un buen rato y que así se ajuste de nuevo.