EL ORIGEN DE...

El magnicidio de dos jóvenes en Palencia que dio nombre en Madrid a la calle de los Mancebos

"Cuando les cuento la historia a los visitantes que vienen a hacer las rutas por Madrid, les sorprende muchísimo que no es una leyenda, sino que ocurrió de verdad", señala Álvaro Llorente, fundador de la empresa Madrid en la palma de tu mano

Esta es "la única calle en Madrid" que continúa distinguiendo su parte estrecha o angosta de la vía más ancha, recalca José Luis Rodríguez-Checa

Un joven camina por la calle de los Mancebos, en Madrid.

Un joven camina por la calle de los Mancebos, en Madrid. / ALBA VIGARAY

Ana Ayuso

Ana Ayuso

En el barrio de Palacio, muy cerca de las Vistillas y de Bailén, se localiza una calle cuya historia debe su nombre, al parecer, a la mala suerte. En 1217, el rey Enrique I de Castilla resultó víctima de un atentado mortal.

Su verdugo, una teja. "Dos jóvenes andaban haciendo sus trastadas por los tejados de Palencia, cerca del palacio episcopal", comienza a relatar Álvaro Llorente, fundador de la empresa Madrid en la palma de tu mano, que realiza visitas guiadas por Madrid. Tuvieron la mala fortuna de que durante sus vaivenes por la parte alta de los edificios palentinos "desviaron una teja que fue a dar en el rey", completa.

El monarca falleció a consecuencia de este incidente con solo 13 años y 23 días de edad, según los Anales Toledanos Primeros. Las autoridades condujeron presos a quienes provocaron este magnicidio, los dos traviesos mancebos, al palacio de los Lasso de Castilla, donde los Reyes Católicos se hospedaban cuando recalaban en la villa de Madrid, para "juzgarlos en secreto", tal como recoge el historiador Antonio Capmany Surís y de Montpaláu en su libro del siglo XIX Origen histórico y etimológico de las Calles de Madrid.

Los dos jóvenes "fueron degollados" en la torre de la casa de Pedro Laso de Castilla y "sepultados" en la iglesia parroquial de San Andrés, que se encontraba a espaldas del edificio. Les ajusticiaron, cuenta Antonio Capmany, delante de Nuestra Señora de la Minerva, cuya imagen se cree que visitaba San Isidro.

"Cuando les cuento la historia a los alumnos y a los visitantes que vienen a hacer las rutas por Madrid, les sorprende muchísimo el relato y les impresiona mucho más que no es una leyenda, sino que ocurrió de verdad", señala Llorente. 

En la placa de azulejo que indica el nombre de la travesía, aparecen pintados los dos jóvenes encadenados, el puñal con el que fueron ajusticiados y la teja, "que yo digo que es la verdadera asesina del rey", indica este gran conocedor de la capital. 

Placa identificativa de azulejo de la calle de los Mancebos, en Madrid.

Placa identificativa de azulejo de la calle de los Mancebos, en Madrid. / ALBA VIGARAY

Los criados de un marqués y una calle de prostitución

Otras leyendas asocian el nombre de la vía de los Mancebos a otros orígenes. Uno de los que gana fuerza hace referencia a los criados del marqués de Villafranca. Estos doce sirvientes vivían en el palacio de la calle Don Pedro, "donde nació Lina Morgan", apunta José Luis Rodríguez-Checa, autor de Historias de las calles de Madrid (Editorial La Librería, 2021), y donde actualmente se encuentra instalada la Real Academia más joven de España, la de Ingeniería.

Las habitaciones en las que se hospedaban estos doce jóvenes daban a la calle de los Mancebos, por lo que algunos consideran que el nombre de esta vía debe su origen a esta teoría. Sin embargo, otros hacen referencia a que se llamaría de esta forma por haberse tratado de una "zona de mancebías, de prostitución", ilustra Álvaro Llorente.

"Ahí es donde se 'estrenaban' o repetían los hombres de Madrid en el ámbito sexual", dice, para luego objetar que "ha habido muchas calles o muchos lugares que hacían referencia a esas mancebías, por lo que no tiene por qué ser esta [la única vía dedicada a este fin], sino que podría haber sido cualquiera". 

La última calle angosta de Madrid

La vía que transcurre desde la costanilla de San Andrés, pegada a la plaza de los Carros, y la calle de la Morería fue conocida como la calle ancha de los Mancebos, mientras que la que desemboca en la calle de Bailén fue calificada con el adjetivo de angosta.

Estas denominaciones, ancha y angosta, eran muy comunes en el pasado. De hecho, la calle angosta de San Bernardo, a la que hacen referencia Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán en sus libros, cambió de nombre y se convirtió en la actual calle de la Aduana.

"Todas las calles anchas y angostas de Madrid han desaparecido, excepto la de los Mancebos, que sigue teniendo referencia en el callejero como calle ancha de los Mancebos, que es la principal, y calle angosta de los Mancebos", explica Álvaro Llorente.

"Es la única calle en Madrid que se divide en dos con dos nombres diferentes: angosta, la estrecha, y la calle en sí", recalca Rodríguez-Checa. 

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