GIRA PAPI JUANCHO

Un Maluma para todos los públicos hace sudar a líderes de Vox, exconcursantes de Supervivientes y futbolistas en el Wizink

El cantante colombiano se mostró en el concierto de ayer en Madrid más maduro y muy cariñoso con el público local. "Aquí empecé mi carrera musical", clamó en mitad del 'show'

Maluma, durante su actuación en el Wizink Center de Madrid.

Maluma, durante su actuación en el Wizink Center de Madrid. / EUROPA PRESS

Ana Ayuso

Ana Ayuso

Juan Luis Londoño Arias ya no es sólo Maluma.

El artista de Medellín que posaba para Instagram hace años rodeado de mujeres en una cama ha madurado.

El colombiano ofreció ayer en el Wizink Center de Madrid un concierto familiar, sin chulería y con conexión con el público español. "Aquí empecé mi carrera musical", clamó en mitad del show.

Pero antes de que Maluma apareciese en el escenario para cantar su repetidísima Hawái, pasaron muchas cosas en el antiguo Palacio de los Deportes.

Casi 40 minutos de espera dan para mucho. En ese intervalo, le dio tiempo al público a tomar asiento. Entre los 15.300 asistentes del Wizink no había un perfil claro.

Acudieron a Goya señores que escuchan los 40 Principales en su monovolumen y jovencitos con un toque de barrio del sur de Madrid. Y Maluma, un artista reconvertido en referente para todos los públicos, recibió también a unos invitados más o menos VIP.

"La de blanco ha salido en la Hola", apuntaba una asistente desde la segunda planta. "Esas son la del telediario y la del Corazón", señalaba otro fan de Maluma no demasiado acertado.

No, Anne Igartiburu no vio a Maluma. Cristina Fernández, su sucesora, tampoco. O al menos

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

, invitado ayer al concierto, no pudo localizarlas.

Quienes sí acudieron fueron todo tipo famosos y famosillos. Desde influencers de TikTok, como Marta Díaz, o la que fuera ganadora de Supervivientes 2018, Sofía Suescun, y su hermano, también concursante en la edición de 2020, Cristian Suescun.

Incluso el centrocampista del Atlético de Madrid Saúl Ñíguez se acercó a un estadio lejano al Wanda Metropolitano para menear la cadera con Borró cassette.

Aunque, sin duda, los asistentes más observados -quizá por lo inesperado de encontrarles allí- fueron la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, y su compañero de partido y sentimental, Iván Espinosa de los Monteros.

Su estancia en la zona VIP se tradujo en un espectáculo paralelo al que iba a dar Maluma minutos después de que ellos engullesen unos perritos calientes que poco tenían de españoles.

A la misma hora a la que Yolanda Díaz presentaba su proyecto político, Sumar, Monasterio y Espinosa de los Monteros aguardaban para ver al cantante de Medellín.

Se tomó su tiempo para prepararse. "Venga ya, que me duermo", decía un pequeño que no levantaba un metro del suelo y que casi tendría que estar en la cama en esos momentos.

Y el más esperado de esa noche irrumpió en el Wizink, arropado por la música en directo de los intérpretes que le acompañan en la gira.

El cantante Maluma durante un concierto en el Wizink Center.

El cantante Maluma durante un concierto en el Wizink Center. / EUROPA PRESS

"Juancho, antes de ser Maluma, siempre has sido Juan Luis", recordaba una voz en off en el vídeo inicial. Y él entró "más fuerte, más rápido, más poderoso" que nunca. Pero también más amable y más cariñoso con el público.

"Tengo los mejores fanáticos del puto mundo, han estado en las buenas, en las malas, en las peores. Un par de cobardes estuvieron ahí, pero ustedes, mis fanáticos reales, estuvieron en primera fila defendiéndome hasta el fin", reconocía Maluma, después de cantar Hawái, un tema que se disparó a los primeros puestos de las listas de éxitos después de que todo el mundo se diese cuenta de que iba dedicada a su expareja, Natalia Barulich, que en ese momento había empezado una relación con el futbolista del PSG Neymar.

El colombiano, abrumado por el cariño de su público, llegó a mostrarse al borde de las lágrimas en varias ocasiones. El momento más emotivo lo compartió con los asistentes con ADMV (siglas de Amor De Mi Vida), canción con la que quiso homenajear a todos los que se han ido por el covid-19.

Maluma agradece al público su apoyo durante su concierto en el Wizink Center.

Maluma agradece al público su apoyo durante su concierto en el Wizink Center. / EUROPA PRESS

Con la mano izquierda en el bolsillo y demostrando que su éxito no se debe al autotune, Maluma se metió en el saquito derecho de su pantalón, el que tenía vacío, al público.

Se alejó un momento del escenario principal, flanqueado, de nuevo, por fans VIP, y se trasladó a una pequeña plataforma ubicada al final de la pista para que desde allí pudiesen disfrutar de él quienes más tenían que forzar la vista para apreciarle.

Desde ese cuadrado luminoso y con un nuevo outfit, interpeló a una joven. "¿Tienes novio?", le preguntó. "Sí", respondió una chica que en ese momento debió arrepentirse de haber convertido en monógama su relación.

"¿Subes a bailar conmigo?". Como para decirle que no. La fan subió y bailó cadera con cadera con Maluma.

En ese cuadrilátero llovieron, aunque como un txirimiri, los sujetadores. Maluma cogió uno que probablemente estaba diseñado para recoger unas tetas de copa D y lo colgó de su pie de micro. "Ha quedado muy lindo", dijo orgulloso.

Los líderes de Vox demostraron en ese momento y durante todo el concierto que tenían más cintura para bailar Felices los cuatro que para responder en los parlamentos a los reproches que les lanza la izquierda. "Las manos arriba", pedía el artista. Ellos, en cambio, fueron cautos con eso de levantar los brazos.

Cualquier cosa que hace me está pareciendo supererótica"

— Una fan de Maluma

Maluma volvió al escenario principal para interpretar Chantaje, el tema que comparte con Shakira. Al público, por un momento, le dio un vuelco al corazón al escuchar una voz femenina, pero no era la de la cantante de Barranquilla que tan convulsos episodios está viviendo estas semanas. Era, sin embargo, la de una corista que defendió el tema con maestría.

"Tú eres puro, puro chantaje. / Puro, puro chantaje. / Siempre es a tu manera, / yo te quiero aunque no quiera". Tras esta canción, quizá por razones de seguridad o quizá como una metáfora de la forma de actuar de su partido en los despachos de ciertas autonomías, la pareja más mirada de la ultraderecha en la noche de ayer abandonó la zona VIP.

Maluma siguió deleitando a los asistentes. "Cualquier cosa que hace me está pareciendo supererótica", deslizó una fan desde la bancada.

Para cuando el colombiano cantó su tema más machista, Cuatro Babys, el niño que acusaba el cansancio al inicio del concierto ya se había dormido.

El de Medellín sacó una bandera de España como muestra de cariño al público local. "Saca la bandera cuando ya se han ido los de Vox", aprecia, jocoso, otro asistente.

"Gracias, Madrid, los amo con cojones. Los amo como un hijoeputa", exclamó Maluma antes de cerrar el Wizink, de nuevo, con Hawái.

Juan Luis ya no es sólo Maluma.

Se ha convertido en Papi Juancho.