FESTIVALES

Love The Twenties: 'leggings' con falda, el reencuentro de Marta Sánchez y Carlos Baute y demasiada purpurina

Esta oda a los 2000 basada en 'conciertos chupito' tuvo este sábado en Ifema sus luces y sus sombras. La mala acústica se suplió con "temardos"

Inna canta en el escenario Dance del festival Love The Twenties.

Inna canta en el escenario Dance del festival Love The Twenties. / DANI BORJA

Días antes de que dirigentes y diplomáticos de primer nivel invadan Ifema, 30.000 nostálgicos de los años 2000 han copado este sábado el recinto para recordar las canciones más bailadas en las verbenas de hace 20 años.

"Qué buena generación esta", exclamaba Carlos Baute desde el escenario Pop instalado en la Feria de Madrid. ¿Qué generación? Todas las recogidas entre los 25 y los 50 años.

Love The Twenties, una oda a lo más memorable de los años 2000 hecha festival, ha congregado a los artistas más cantados en los karaokes de barrio de las últimas dos décadas.

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

fue invitado ayer al desfile de Raúl, King África, Inna, Merche, Melody, Álex Ubago, Fran Perea, Kate Ryan y una veintena de grupos por los escenarios Pop, Dance y Playa.

Escenario Dance del festival Love The Twenties.

Escenario Dance del festival Love The Twenties. / AARON ALBORES

El concepto, un festival basado en 'conciertos chupito'. Durante 10 minutos o media hora, dependiendo del caché y de la importancia del intérprete, los músicos ofrecían a los asistentes sus hits más sonados. Un ratito de placer y todo un fin de semana de resaca de estribillos en la cabeza.

Melody sabía que tenía que cantar El baile del gorila; Fran Perea era consciente de que debía rememorar la 'intro' de Los Serrano; y el Dioni de Camela no dudó en aprovechar Cuando zarpa el amor para hacer su vueltita con los brazos abiertos, un sello de la casa.

Sólo "temardos", como rezaba una pancarta. Temardos de apartahotel de Cambrils, pero temardos, al fin y al cabo.

En esta suerte de convención de los amantes de la música de boda de treintañeros, no escatimaron en serpentinas, aunque sí en voz. Los años han pasado para algunos artistas peor que para otros.

El perfil del público no quedaba claro. Pero, sin duda, Ifema se convirtió por unas horas en el enclave español con más despedidas de soltero por metro cuadrado, aunque también, y como herencia de la canción más recordada de Alberto Gambino y de los estantes de oferta de Primor, ha sido el lugar con más purpurina de toda nuestra geografía.

Ayer volvieron los leggings de pantorrilla rosas combinados con falda vaquera, las gorras amarillo fosforito y las icónicas mochilas de Tous.

Algunos asistentes también repitieron, como seguramente hicieron en la adolescencia, los incidentes relacionados con el alcohol. Se sucedieron los conatos de pelea y los episodios de asistencia médica a los más afectados por la cerveza aguada que se vendía en el recinto.

Más allá de esos outfits dosmileros, que, por suerte, no ha retomado la actual moda Flow 2000, los asistentes no pararon de bailar, cuando la deficiente acústica les permitía escuchar con claridad una sola canción, las canciones del verano de los primeros años de este siglo.

Las sesiones de DJ de reggaeton antiguo del escenario Playa no paraban de solaparse con el sonido de las actuaciones internacionales del Dance.

Por no decir que había que esforzarse para oír a Rosa entonar, con dificultad, Europe's Living a Celebration.

El espacio con mejor acústica, pero peor visión, fue el escenario Pop, pegado al aparcamiento. En él, Merche se lució y levantó al público con Abre tu mente y Cal y arena.

Escenario Playa del festival Love The Twenties.

Escenario Playa del festival Love The Twenties. / MARCELO CORRALES

Los reencuentros entre los artistas y el público marcaron la jornada de ayer. Pero también los que protagonizaron los propios cantantes.

Marta Sánchez y Carlos Baute deleitaron a los asistentes con un esperado Colgando en tus manos y Raúl y David Civera enterraron un rumor que ha resonado durante años.

"Se ha dicho que nos llevamos mal y somos amigos desde el minuto uno", confesó el cantante vasco. "Yo canto una tuya y tú cantas una mía".

Y así pusieron el colofón a la noche con un Sueño su boca y un Que la detengan a dúo.