MUNDIAL DE QATAR | GRUPO G

Suiza-Serbia, un duelo que va más allá del fútbol y en el que también 'juegan' Kosovo y Albania

La FIFA abrió un expediente a la selección balcánica por tener en el vestuario una bandera en la que incluye a Kosovo, república autoproclamada independiente en 2008 y reconocida por 97 de los 193 miembros de Naciones Unidas, como parte de su territorio

Hace cuatro años, en el Mundial de Rusia, Xhaka y Shaqiri, ambos de origen albanokosovar, celebraron los goles de Suiza ante Serbia con el símbolo del águila bicéfala de la bandera albanesa, enfureciendo a Serbia y siendo sancionados por la FIFA

Bandera de Serbia, con el territorio de Kosovo incluido, en el vestuario del equipo balcánico.

Bandera de Serbia, con el territorio de Kosovo incluido, en el vestuario del equipo balcánico.

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

Si normalmente un partido en el que se disputa la clasificación para los octavos de final de un Mundial implica por sí solo un alto grado de tensión, cuando el trasfondo geopolítico del choque va mucho más allá del fútbol, la situación se enrarece hasta el punto de dar la sensación de que puede explotar en cualquier momento.

En medio de ese clima se enfrentarán Suiza y Serbia (Gol Mundial; 20.00), en un duelo en el que no serán las únicas naciones implicadas emocionalmente y que ya cuenta con un capítulo precedente que, no tanto tiempo atrás, dio inicio a una rivalidad extradeportiva actualmente enconada.

Hace cuatro años, en el Mundial de Rusia, ambas selecciones también se enfrentaron en un mismo grupo, el E, que completaban Costa Rica y Brasil (de nuevo rival en Qatar). En los días previos al inicio del torneo, Xerdan Shaqiri mostró en sus redes sociales las botas que llevaría en el torneo: en una, lucía la bandera de Suiza y en la otra, la de Kosovo, la tierra donde nació antes de emigrar a Centroeuropa, como hicieron miles de compatriotas huyendo de las persecuciones serbias contra las etnias albanesas cuando el conflicto armado estaba en su época más tensa. 

El gesto de Shaquiri fue considerado como una provocación en Serbia. A pesar de ser Kosovo un territorio autoproclamado independiente desde 2008, reconocido hasta la fecha por 97 de los 193 miembros de Naciones Unidas, entre los que no está España, Serbia lo reclama como región propia tras décadas de conflicto, primero armado y ahora diplomático y social.

Días después, Serbia y Suiza se enfrentaron en el Mundial, imponiéndose los helvéticos por 1-2. Precisamente los autores de los tantos de la victoria helvética fueron el mencionado Shaqiri y Granit Xhaka, también de origen albanokosovar. Los dos, que forman parte del grupo de deportistas más implicados en impulsar las reivindicaciones de Kosovo, celebraron sus dianas haciendo el gesto del águila. Un festejo que no fue, ni mucho menos, una casualidad.

Xhaka y Shaquiri representan el símbolo del águila albanesa tras marcar ante Serbia en el Mundial de 2018.

Xhaka y Shaquiri representan el símbolo del águila albanesa tras marcar ante Serbia en el Mundial de 2018. / EFE

"Un partido muy emotivo"

Más en concreto, se trataba del águila bicéfala que luce la bandera de Albania, nación que mantiene una buena relación con Kosovo y en la que una buena parte de su movimiento nacionalista kosovar estaba dispuesta a integrarse. "Fue un partido muy emotivo. Es una victoria para mi familia, para Suiza, Albania, Kosovo. El gol y la celebración eran para mi pueblo que siempre me ha apoyado, para mi patria y para mis padres, no estaba dirigido a nuestros rivales", aseguró tras el choque Xhaka, que como Shaquiri fue sancionado por la FIFA con una multa de 100.000 francos suizos.

Stefan Lichsteiner, entonces capitán de Suiza, apoyó a sus compañeros, reconociendo que lo que ocurrió iba más allá de un simple partido de fútbol. “Para ellos ha sido un partido muy duro desde el punto de vista mental. Han sufrido la guerra, para sus padres ha sido durísimo y les entiendo. Hubo provocaciones antes del partido por lo que me parece normal que lo celebraran así”, explicó.

 “Xhaxa provocó vergonzosamente a nuestros aficionado”, decía al día siguiente el diario online serbio Blic. Por su parte, el rotativo Vecernje Novosti escribió en portada “Provocación de los suizos” con una foto de las botas de Shaqiri con la bandera suiza y también la de Kosovo. Jovan Surbatovic, secretario general de la federación serbia, también se quejó de la indumentaria de Shaquiri. “Intentamos que se cambiara las botas. Fue una provocación, estábamos jugando contra Suiza, no contra Kosovo”, expresó.

Nuevo cara a cara

Caprichos del destino, cuatro años después Serbia volverá a verse las caras con Shaquiri y Xhaka en un Mundial. Odiados desde entonces por el país balcánico, donde una gran mayoría de la población es pujantemente nacionalista y considera a Kosovo como propio, ambos jugadores llegan al choque sabiendo que sus rivales ven en la reedición de aquel partido una oportunidad perfecta de vengarse de lo que ocurrió en 2018.

Sin ir más lejos, el día antes de estrenarse en el Mundial ante Brasil se filtró una foto del vestuario balcánico en la que, entre dos camisetas, lucía una bandera de Serbia con un mapa dibujado en el que se ‘anexionaba’ Kosovo bajo el lema ‘Nema pradaje’, (No hay redención), escrito en cirílico. Una imagen que volvió en encender la mecha de la rivalidad extradeportiva con parte de los miembros de la selección suiza.

Aficionados serbios con una bandera con el lema ‘Nema pradaje’, (No hay redención), escrito en cirílico.

Aficionados serbios con una bandera con el lema ‘Nema pradaje’, (No hay redención), escrito en cirílico. /

FIFA abrió expediente a la Federación Serbia por lo sucedido después de que el ministro de deportes kosovar, Hajrullah Ceku, lo denunciara en sus redes sociales. Un episodio que añade más gasolina al fuego de un tipo de partido importante en lo deportivo, pero aún más en lo sentimental, como se demostró en 2014.

Precedentes de tensión

El 15 de octubre de aquel año, Serbia y en este caso Albania se enfrentaron en un partido de clasificación para la Eurocopa, que se tuvo que suspender en el minuto 43 tras una batalla campal entre los futbolistas de ambas selecciones. Por aquel entonces, Albania acudía a Belgrado por primera vez desde 1967 en un contexto político marcado por el ya citado conflicto de Kosovo.

Hasta siete jugadores de aquella selección de Albania habían nacido en Kosovo. En los días que previos al partido, la UEFA prohibió la presencia de aficionados visitantes por razones de seguridad. Una medida que sirvió de poco

En el minuto 43, un dron se coló en el campo y provocó que todo estallara. Llevaba una bandera de los territorios que Albania reclama como suyos y el serbio Mitrovic, presente ahora en Qatar, la interceptó, provocando una tangana entre ambos conjuntos que derivó en una pelea y obligó al árbitro a suspender el choque.