NEGOCIACIONES TRAS EL 23J

El PSOE trata de alejar el fantasma de una repetición electoral pese a la resistencia de Junts

"Ahora mismo es poco probable", señalan fuentes socialistas, a 48 horas para alcanzar un pacto con los independentistas que sigue en el aire y que garantizaría una mayoría en la Mesa del Congreso

Sánchez y Feijóo

Sánchez y Feijóo / Eduardo Parra /Europa Press

Isabel Morillo

Isabel Morillo

Comienza una semana decisiva para saber si habrá Gobierno o los españoles son llamados de nuevo a las urnas. Parte de la incertidumbre acabará el próximo 17 de agosto, cuando se constituyan las Cortes y se conozca qué mayoría tiene la Mesa del Congreso de los Diputados y quien ostentará su presidencia. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo juegan esta semana una partida definitiva para intentar una investidura. A pesar de que el horizonte no está despejado, el PSOE insiste en lanzar un mensaje optimista. Asegura que sigue en conversaciones con Junts para que el partido de Carles Puigdemont dé sus votos a una mayoría progresista en la Mesa y aleja el fantasma de una repetición electoral.

“No vemos riesgo real de repetición en este momento”, señalan desde el puente de mando del PSOE. “Todo es posible pero ahora mismo es poco probable”, agregan quienes trabajan por una investidura de Pedro Sánchez. Amarrar esa mayoría será un primer paso aunque tendrían que seguir trabajando y no es nada fácil. Perder esa primera votación en el Congreso, prácticamente daría el juego por terminado para el líder socialista. "Ahora mismo solo hay dos opciones: Pedro Sánchez o una repetición electoral y ya sabemos que Feijóo hará todo lo posible por que se repitan las elecciones", señalan fuentes del Gobierno en funciones.

La "amenaza" de otras elecciones

Nada ha trascendido de si hay motivos para este optimismo o es infundado y fruto del convencimiento político de que al independentismo no le interesa ir a una repetición electoral tras retroceder posiciones el pasado 23 de julio. En las filas del PSOE no dejan de insistir en que los independentistas “no tienen incentivos” para propiciar unas nuevas elecciones que serían “una irresponsabilidad”. Una idea en la que insistió la líder de Sumar, Yolanda Díaz, que sentenció que un gobierno de PP y Vox es “una amenaza” que “empeorará la situación y la convivencia” en Cataluña. Para la vicepresidenta en funciones quien permita la repetición electoral será penalizado, aseguró en una entrevista en 'El Faro de Vigo', de Prensa Ibérica.

Las líneas rojas, al menos públicamente, de Junts no se mueven de las exigencias de un referéndum de autodeterminación para Cataluña y de la amnistía para los encausados del ‘procés’, con Puigdemont, prófugo en Waterloo (Bélgica). El PSOE quiere que el eje de esta primera negociación se limite a la Mesa del Congreso y aparque cuestiones políticas. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, insistió en sus redes sociales en tender la mano a Junts para ir en el mismo bloque. "14 (diputados) coordinados estratégicamente pesan más que 7 por cada lado", asegurando que tanto los posconvergentes como los socialistas ya conocen la posición de los republicanos y dejando un aviso al PSOE: que no den "por descontados los votos de ERC". Hasta la fecha, los republicanos han dado a entender que su posición es favorable a cerrar este primer acuerdo con el PSOE a cambio de grupo propio y un asiento para los nacionalistas en la Mesa del Congreso.

Optimismo inalterable

Ni el silencio de Junts ni los bandazos de ERC cambian el optimismo en las filas socialistas. Apenas un día después del 23J, Sánchez se dirigió a su partido para transmitir que, pese a la dificultad aritmética y política, no habría bloqueo y encontraría la fórmula de gobernabilidad. Es el mismo mensaje que siguen transmitiendo a pesar de que las sombras se extienden acerca de si el expresidente Puigdemont, sobre quien su partido sitúa la decisión final, sube o baja el pulgar a una investidura de Sánchez.

“Estamos en ello”, dicen fuentes socialistas. En los próximos días el PSOE confía en vencer las resistencias y en que Junts se avenga con ERC a cerrar un primer acuerdo que versará sobre la Mesa del Congreso, un órgano decisivo en una legislatura endiablada en la que todo puede decidirse por un número exiguo de votos. Los socialistas junto a Sumar necesitan al quinteto nacionalista, PNV, EH Bildu, ERC, Junts y BNG (sumarían 178 de los 350 escaños que tiene el Congreso) para tener una mayoría que sobrepase a PP y Vox, que tienen a UPN y la mano tendida de Coalición Canaria (172).

Siempre puede darse una jugada maestra que sacuda el tablero político. Este domingo, el líder de Coalición Canaria apostaba, en ‘La Vanguardia’, por entregar la presidencia del Congreso al PNV. Es una posibilidad que, tal y como contó este periódico, se mantiene sobre la mesa del PP para vencer las resistencias férreas, de los nacionalistas vascos a sumarse al bloque de Feijóo. El PNV ha rechazado públicamente en dos ocasiones un pacto con el PP y los de Feijóo han ido subiendo la oferta.

Se aceleran los contactos

El secretismo con el que se han conducido las negociaciones impiden saber qué posibilidades reales tienen Sánchez o Feijóo, que esta semana abandonarán Lanzarote y Galicia, respectivamente, y regresarán a Madrid, para librar esta primera batalla, la de la Mesa del Congreso, que será preludio de otra disputa definitiva para amarrar una investidura y que aún puede alargarse durante meses, hasta final de otoño. Hasta la fecha, la negativa del PNV al PP invita a pensar que el bloque progresista tiene más posibilidades, pero no hay nada cierto. Los movimientos se acelerarán este lunes y el miércoles comenzará la contrarreloj. Ese día está convocada una reunión de la ejecutiva del PSOE y del grupo parlamentario y se espera que trascienda ya el nombre propuesto para la presidencia del Congreso. Será el jueves cuando los diputados voten quién ocupa esa presidencia, las cuatro vicepresidencias y las cuatro secretarías que componen la Mesa, un instrumento clave para manejar la agenda y los tiempos políticos. El PP tiene mayoría absoluta en el Senado, así que el bloque progresista tendría que hacerse con el control de la Mesa, cinco de nueve puestos, para que un Gobierno de PSOE y Sumar tenga opciones.