NEGOCIACIÓN TRAS EL 23J

El PSOE centra el diálogo con Junts en la Mesa del Congreso y aparca amnistía o referéndum

Los nacionalistas no ceden en el precio de sus exigencias: dejan sin opciones a Feijóo y complican una posible investidura de Pedro Sánchez

La candidata número 1 de Junts per Catalunya por Barcelona al Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras, y el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, a su llegada a una reunión del partido para valorar los resultados de las elecciones de

La candidata número 1 de Junts per Catalunya por Barcelona al Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras, y el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, a su llegada a una reunión del partido para valorar los resultados de las elecciones de / David Zorrakino - Europa Press

Isabel Morillo

Isabel Morillo

El PSOE trata de ganar tiempo y ha trasladado a Junts que hay que cerrar un acuerdo para lograr una mayoría progresista en la Mesa del Congreso, que se constituirá el próximo miércoles 17 de agosto, dejando a un lado cualquier otra cuestión política que advierten que será objeto de una negociación posterior. Mientras que la formación de Carles Puigdemont no se apea de sus exigencias e insiste en hablar de referéndum de autodeterminación para Cataluña y amnistía para los encausados del ‘procés’, los negociadores socialistas trasladan que toca un primer capítulo que es imprescindible cerrar para poder seguir avanzando en cualquier otro asunto. “Toca la Mesa, todo lo demás ya lo iremos viendo”, subrayan fuentes del PSOE. Los socialistas siguen pidiendo a Junts que se avenga a "posiciones posibilistas".

Hace ya dos semanas que los socialistas trabajan discretamente para amarrar esa mayoría en la Mesa, que sería fundamental para poder avanzar en una legislatura con un Gobierno de PSOE y Sumar. Es la primera prueba de fuego para Pedro Sánchez. Con el PP ostentando mayoría absoluta en el Senado, un Congreso en manos de PP y Vox prácticamente enterraría la posibilidad de que Sánchez vuelva a la Moncloa. Si los independentistas catalanes no aceptan negociar ni siquiera lo más básico, advierten desde el PSOE, poco más podrán avanzar.

Durante este tiempo los canales han estado abiertos, se han lanzado guiños, el primero la posibilidad de que ERC y Junts, pese a no cumplir los requisitos tengan grupo propio en el Congreso, después la oferta de una nueva financiación, la implantación de lenguas cooficiales en la Cámara Baja e incluso la disposición a abordar una reforma a fondo del modelo territorial español, con más cesiones a los nacionalistas.

Sin entrar en ningún asunto de lleno, lo que el PSOE ha tratado de evitar a toda costa es que esta primera fase del diálogo con Junts y ERC se centre en las consecuencias judiciales del procés, pero el partido de Carles Puigdemont no acaba de dejar claro ni siquiera si ha entendido el objetivo de estas primeras conversaciones, porque insiste en mantener el precio de sus condiciones políticas. Desde el PSOE ven como un avance el silencio que mantienen desde las filas de Puigdemont. Confían en seguir avanzando.

"Todo marcha"

Hasta ahora públicamente los socialistas han dejado claro que están dispuestos a hablar de todo “dentro del marco de la Constitución”. Eso excluiría de entrada amnistía o referéndum. En los últimos días, sin embargo, lo dejan en el aire y se dedican a intentar despejar este escollo con un “eso ahora no toca”. Desde Sumar sí que se han mostrado proclives a hablar de amnistía pero los socialistas insisten en que las negociaciones con los independentistas corresponden al partido mayoritario, es decir el PSOE. En vísperas de que se constituyan las Cortes desde el Gobierno se limitan a señalar que “todo marcha”, sin más detalles.

Esa negociación en dos fases, por un lado la Mesa del Congreso y por otro una investidura de Pedro Sánchez, es la única vía, admiten en Ferraz, para que sea posible amarrar una mayoría progresista con la presidencia del Congreso y cinco de los nueve sillones que componen la Mesa. Para garantizar este resultado el PSOE necesita a Sumar y el apoyo de EH Bildu, PNV, Junts, ERC y BNG. Bildu ya ha dado su apoyo al grupo socialista sin explicitar cuáles son sus condiciones.

ERC es más proclive a esa vía pragmática de negociación, centrándose ahora en la primera cuestión, la Mesa, y luego abordar todo lo demás. La prioridad para los republicanos catalanes es tener grupo propio en la Cámara Baja y para eso necesitan una mayoría progresista que haga una lectura flexible del Reglamento, ya que técnicamente no cumplen los requisitos.

El PSOE ha ofrecido a los partidos nacionalistas un asiento de los cinco que aspiran a ostentar. Los otros cuatro serían del PP, que podría dar cabida a Vox. La condición de los socialistas para avanzar en el diálogo es que los propios partidos nacionalistas decidan cuál de ellos se sentará en la Mesa. Distintas fuentes consultadas creen que es el PNV quien tiene más posibilidades de hacerse con ese sillón.

El PNV, en la Mesa

El PSOE ha trasladado en sus conversaciones que la presidencia de la Cámara, la tercera autoridad del Estado, no está en juego pero sí que están dispuestos a buscar un perfil para este puesto que tenga el visto bueno de los nacionalistas.

No solo el PSOE está tratando de cerrar una mayoría en la Mesa del Congreso, los populares también están intentando jugar sus cartas. En el caso el PP, sumando a Vox, necesitarían a los nacionalistas para tener mayoría. Todas las llamadas del partido de Alberto Núñez Feijóo al PNV han sido respondidas con un sonoro portazo. No obstante, desde las filas populares insisten en mantener el diálogo abierto “con todos”, también con Junts, según dijo el coordinador general del PP, Elías Bendodo, lo que motivó una advertencia de Vox, que en RNE, dejo claro que no formarán parte de ninguna ecuación con los independentistas.

Desde la dirección del PP no niegan que pudieran ofrecer la presidencia del Congreso al PNV como última bala para tratar de atraer a la formación jeltzale, que ya ha dicho que no pactará con el PP pero que los populares se jactan de poder disuadir con una buena oferta. No sería nuevo ceder ese puesto. El PP ya ha cedido en sus acuerdos las presidencias del Parlamento a Vox en Baleares, Aragón, Valencia y Castilla y León. No sería nada nuevo que ese puesto de máxima responsabilidad estuviera sobre la mesa para llegar a un acuerdo pero en esta ocasión para tratar de sumar al PNV.

El ‘no’ del partido de Andoni Ortuzar entierra para Feijóo cualquier posibilidad de llegar a los 176 votos que necesitaría para ser investido presidente. El PP cuenta con 171 votos, añadiendo los de Vox y UPN y negocia los 172 con Coalición Canaria. El PNV seguiría siendo imprescindible y romper el muro de los nacionalistas vascos parece ser inviable hasta con el puesto más importante de la Mesa del Congreso, la presidencia. Tanto PSOE como PP dejan todo abierto con un “ya veremos”.

Nacionalistas en la Mesa

No sería la primera vez que los nacionalistas forman parte de la Mesa del Congreso. Desde 1982 tanto CIU como PNV han formado parte de este órgano, que maneja los tiempos y la agenda política y que se erige fundamental en una legislatura con mayorías tan ajustadas entre los bloques de derecha e izquierda. Tanto Felipe González como José María Aznar hicieron hueco a los nacionalistas vascos y catalanes. Los convergentes han ostentado responsabilidades en la Mesa en nueve de las catorce legislaturas, según una información recopilada por Efe. En el caso del PNV, han tenido vicepresidencias o secretarías desde 1993 en un total de tres legislaturas, también con PSOE y PP en la presidencia.