El Barça arrolla con su discurso al Real Madrid y la lucha por la permanencia se agrieta

El fútbol, como la sociedad, padece de cierta austeridad emocional. Hay un miedo terrible al efecto boomerang. Existe limitación a la hora de vivir los goles propios, porque siempre puede haber remontadas. Si estás en un campo en el que estuviste como jugador, pide perdón. Si eres un equipo grande, mejor sé recatado. ¿Eres de los que buscan la salvación? No te extralimites, que tu ilusión será un efecto temporal. Las ruedas de prensa imponen ese discurso de coerción, en lo políticamente correcto, hasta que llega el momento de la verdad. Y se apaga el "creéis que todo tiene un límite y así estáis todos limitados" de Eskorbuto. [Así está LaLiga]

El Barça fue acusado de sobrepasarse. De intentar imponer su relato después de perder contra el Real Madrid en la Supercopa. De vivir una realidad paralela, corrigiendo sus defectos en un torneo que le era impropio como la Europa League, a una distancia sideral en puntos del conjunto blanco en LaLiga. Celebrar el proceso fue el comienzo del todo, como ha demostrado, destrozando al líder de la competición, un eterno rival desmenuzado en el mismo feudo donde hace unos días celebraba ser el rey de Europa y donde Xavi convirtió a Carlo Ancelotti en una víctima de su reconstrucción (0-4).

“Esto es lo que hay”

Quedó aplazado el “esto es lo que hay” de Koeman. Del límite salarial asfixiado, la contabilidad ingenua y el curso definitivamente iba a terminar como una transición hacia ningún lado. Este Barcelona está completamente rehabilitado para luchar por lo que se proponga. Y en este proceso sideral, líderes como Aubameyang, al que acusaban de inhabilitado para la práctica de élite y que no deja de encadenar un gol tras otro.

Duro correctivo para un Real Madrid que igualmente pecó de exceso después de remontar al PSG y que inundó los aledaños del Bernabéu de un éxtasis impropio por meterse en los octavos de final de un torneo que ha dominado con inédita regularidad. Lo mismo con LaLiga, que mira desde la cumbre, aunque con desconfianza.

Cuando sales por primera vez en 15 jornadas del descenso, lo normal es que pierdas los estribos. Rubén Sobrino lloró como si se tratara de una final tras otorgar al Cádiz un triunfo en el último minuto ante el Villarreal (1-0). Los tres puntos sirven para dibujar un horizonte optimista justo en el tramo más importante de la temporada. Nueva Mirandilla ya no causa ruina como nombre y la memoria histórica vuelve a ser la de la victoria. 

El equipo de Sergio González había crecido en las últimas jornadas y la recompensa es abrir la escotilla después de todo un periplo de agobios y miedos. La parroquia amarilla se juntó en un día de lluvia. El chubasquero eran las derrotas de los rivales directos en la clasificación como Mallorca y Alavés. Y el Cádiz convirtió su necesidad en virtud. Se bebió el partido con una jugada coral que remachó Sobrino del único modo posible. Poniendo la tibia. Mejor con una parte impensable del cuerpo. Así seguro que entra hasta el fondo de la atmosfera. 

Sobrino compartió lágrimas con Luis Suárez, delantero colombiano del Granada que encontró su redención en un partido alocado frente al Alavés (2-3), que lo perdió absolutamente todo. Dejó que un rival directo conquistara su feudo, vio como su goleador, Joselu, fallaba un penalti -el primero de la temporada- y se iba sustituido. Los síntomas no pueden ser peores. Aunque el Mallorca comparte diagnóstico y se queja tanto o más de su desgracia. “Estoy sufriendo como un perro, aunque tengo fuerzas para sacar esto adelante”, lamentaba Luis García Plaza tras la derrota del Mallorca ante el Espanyol (1-0).

El miedo del Mallorca

El cuadro bermellón es el único de los siete últimos clasificados que no ha cambiado de entrenador. Los ecos del pasado resuenan. En la temporada 2019/2020 confió en Vicente Moreno, el artífice del ascenso, hasta el final. Terminó perdiendo una categoría que recuperó rápidamente, pero en la que ahora se tambalea. No sabía aún cómo era el olor del pozo, amargo, y al que hay que acostumbrarse. Reconocerlo por primera vez, precisamente a estas alturas, con solo nueve jornadas para el final, es tremendamente peligroso. El miedo es libre y todo el que mira para abajo más de la cuenta, aunque la brecha sea grande, acaba con las fosas inundadas del mismo pavor.

El temor se ha convertido en la asunción de lo irremediable en el Levante, reducido a un milagro tras fracasar en el Sadar contra un Osasuna (3-1) que ya no se siente amenazado por el descenso. No después de implantar un tratado de eficacia ante el colista. Fácil de palabra, complicado en la práctica. Que se lo digan a un Getafe que rasca puntos para no emborronar uno de los mejores expedientes de resurrección que se recuerdan, de la mano de Quique Sánchez Flores. Sacó un punto de un feudo como San Mamés después de jugar media hora con diez y poner un muro en la portería. Soria encendió sus aspas para repeler todo tipo de ataques de un equipo como el Athletic de Marcelino (1-1) al que la ineficacia le lastra de por vida.

Koke, resurrección atlética

Hay costumbres que se recuperan. El Atlético de Simeone es, de nuevo, un macizo central que se hace difícil de escalar independientemente del clima. Esto es gracias a unas cumbres a veces borrascosas, pero que siempre están ahí. El sistema operativo rojiblanca pasa por un buen mantenimiento de la CPU de Koke Resurrección, el chico de barrio que resquebrajó el candado de Vallecas para darle la victoria al Atlético (0-1).

Cuando el capitán padece, el corazón del equipo madrileño se descompone. Es su marcapasos. Lo demostró en la eliminatoria frente al Manchester United y volvió a ser el punto de luz que deshizo la ceguera de un Atlético que ha vivido todo el camino realizado por Simeone. Sus ocho títulos y la inédita racha reciente. Koke está a solo 18 partidos de ser el jugador con más encuentros como rojiblanco y superar así a Adelardo. Defendió el terreno y a los suyos, cerca de las calles donde aprendió a jugar: "¿Dónde va a estar Joao, si tiene contrato aquí?", respondió sobre una crítica a contratiempo tras el triunfo. Él manda.

Celebrar cada gol

Hay que celebrar cada gol como si fuera el último. Porque uno nunca sabe cuántas oportunidades necesitará para volver a llegar a este momento en el que cada garganta entona como le parece la alegría, aunque siempre termina en un grito fuertísimo que se incrusta en el recuerdo de los que lo viven. “¿Usted recuerda cuando Guedes metió aquel tanto contra el Elche mientras se iba cayendo?”. Pues seguramente el aficionado no sabrá repetir la descripción del Martínez Valero (0-1), pero sí que se alegró y mucho de ver que la máxima efigie ché sigue anotando mientras mira a Europa y espera la final de Copa contra el Betis, agobiado por últimos acontecimientos.

Ni el chándal de Pellegrini, amuleto en anteriores ocasiones, sirvió para romper el dolor emocional que causó la eliminación de Europa League. Balaídos registró un partido que sirve para cumplir como aficionado (0-0). Sin goles, competido y donde cualquiera acabó dando por bueno sumar. Más de lo mismo en el Sánchez Pizjuán, donde el Sevilla se mostró cansado en un combate nulo frente a la Real Sociedad (0-0). Hastiado de las lesiones y de tener una enfermería desbordada. Pensando en lo duro que será defender la segunda plaza y en lo poco que ha disfrutado y celebrado la misma. Siempre con la presión de aspirar a derrocar al Real Madrid, empujado por el deseo común de la masa para derrocar a un cabeza de familia que naufraga de un modo puntual pero trágico. Nada que celebrar.

Resultados jornada 29 LaLiga

Athletic 1 - 1 Getafe

Alavés 2 - 3 Granada

Elche 0 - 1 Valencia

Osasuna 3 - 1 Levante

Rayo 0 - 1 Atlético

Espanyol 1 - 0 Mallorca

Cádiz 1 - 0 Villarreal

Celta 0 - 0 Betis

Sevilla 0 - 0 Real Sociedad

Real Madrid 0 - 4 Barcelona

Clasificación LaLiga

1. Real Madrid: 66 puntos
2. Sevilla: 57
3. Barcelona: 54 (un partido menos)
4. Atlético: 54
5. Betis: 50
6. Real Sociedad: 48
7. Villarreal: 45
8. Athletic: 41
9. Valencia: 40
10. Osasuna: 38
11. Celta: 36
12. Espanyol: 36
13. Rayo: 32 (un partido menos)
14. Elche: 32
15. Getafe: 29
16. Granada: 28
17. Cádiz: 27
18. Mallorca: 26
19. Alavés: 22
20. Levante: 19