LA OPINIÓN A CORUÑA

La inmigración rejuvenece A Coruña al aportar casi el doble de menores de 30 que de mayores

La oferta de empleo y la disponibilidad de vivienda, claves para seguir atrayendo población de fuera u Los nuevos vecinos compensan el decrecimiento natural de un municipio en el que hay el doble de muertes que de nacimientos

Una mujer pasea con dos niños, en la ciudad

Una mujer pasea con dos niños, en la ciudad / GERMÁN BARREIROS / ROLLER AGENCIA / ENRIQUE CARBALLO

De no ser por la llegada de personas de otras partes de España y el mundo, A Coruña tendería a la desaparición. En 2022, el último año en el que el Instituto Galego de Estatística (IGE) presenta datos, nacieron 1.433 niños en el municipio, pero murieron más de 2.700 coruñeses, prácticamente el doble. Pero la inmigración causó que la población se incrementase durante ese año, y, por suerte para un municipio cada vez más envejecida, el saldo migratorio hace descender la edad media de la ciudad. Este saldo suma coruñeses de todas las edades, pero en 2022 permitió ganar a la ciudad 2.672 personas de menos de 30 años, frente a 1.521 de 30 o más.

Según explica la socióloga Antía Pérez Caramés, especializada en migraciones y profesora en la Universidade da Coruña, que el saldo sea más positivo en menores de 30 “encaja con la tendencia observada para la ciudad en los últimos años”. Por una parte, A Coruña “es capaz de retener a su población más joven”, al tiempo que atrae a inmigrantes de estas franjas de edad, “principalmente procedente del extranjero”. Sí que señala que “si nos atenemos a las llegadas de población, y no al saldo”, el grueso de inmigrantes que llegan están entre los 30 y los 54 años.

Acerca de si la tendencia se podrá mantener en el futuro, Pérez Caramés considera que es difícil hacer proyecciones, ya que las migraciones son un fenómeno “voluble”. Un factor determinante, considera, van a ser “las oportunidades y condiciones de empleo” que sea capaz de ofrecer la ciudad, y otro “lo relativo a la vivienda, principalmente en lo que respecta a la oferta y al precio”. Esa es una cuestión sobre la que también se ha pronunciado el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia. La presidenta de su delegación coruñesa, Ruth Varela, ha advertido de que los altos precios de la vivienda, tanto en alquiler como en compra, y la orientación del mercado inmobiliario hacia “los inversores” y no las familias, penalizan al crecimiento demográfico y económico de la ciudad.Las migraciones sí son, según Pérez Caramés, las “responsables” de que la población de A Coruña se mantenga “relativamente estable”. La ciudad lleva décadas con un número de vecinos algo inferior al cuarto de millón, aunque con oscilaciones: en 2022 ganó unos 3.000 habitantes. Pero, dado que la mortalidad supera cada vez más a la natalidad, se necesita sangre nueva para mantener la cifra. “De no contar con esta aportación demográfica, la ciudad perdería habitantes, aunque no de forma alarmante”, explica la socióloga.

La falta de nacimientos, y el envejecimiento de las personas que nacieron durante el baby boom, también está provocando que los coruñeses sean cada vez más mayores. En 2003, apenas el 19% de la población tenía 65 o más años, pero ahora es más del 25%. La edad media ha pasado de algo menos de 43 años hace dos décadas a 47,4 en 2023. Para Pérez Caramés, las cifras de inmigrantes “no revierten el proceso de envejecimiento de la población, en todo caso lo moderan un poco”, y advierte de que el rejuvenecimiento de la población es moderado.

Tampoco confía en que las mujeres que llegan de otros países permitan recuperar las cifras de natalidad de décadas pasadas. “Las mujeres inmigrantes tienen una fecundidad ligeramente superior a la de las nativas, pero tienden a amoldarse rápidamente a las pautas reproductivas del país de acogida”, indica, si bien señala que hay un “debate académico de larga trayectoria” sobre esta cuestión, y “se siguen produciendo nuevas aportaciones”.

Más jóvenes extranjeros

La inmigración más joven es sobre todo extranjera. La ciudad recibió 1.733 nuevos vecinos de menos de 16 años en 2022 gracias a la inmigración, de los que la mayoría, 951, vinieron de fuera del país. Al mismo tiempo, emigraron algo más de 1.100, con lo que la ciudad ganó 603 niños y adolescentes. Pero el saldo es especialmente positivo entre los 16 y 29 años, con 4.043 inmigrantes y 1.973 vecinos que salieron de la ciudad. La ganancia es de 2.069 personas. En este tramo de edad, los inmigrantes de otras partes de Galicia, unos 1.700, superan ligeramente a los de origen extranjero, algo más de 1.670.

Pero el grupo más importante en el que los que llegan a la ciudad es la edad madura, de 30 a 54 años. A Coruña recibió a 5.567 personas en este tramo, de los que aproximadamente la mitad son de otros países. Pero también se fueron 4.152 vecinos. En su mayoría, los coruñeses de esta edad se van a otros municipios de Galicia, pero 992 marcharon a otras comunidades españolas y 625 al extranjero.

A partir de los 54 años las llegadas y marchas se equiparan. La ciudad recibió a 1.859 personas de esta edad, aproximadamente la mitad de ellos gallegos y un tercio extranjeros. Sin embargo, se marcharon 1.753, de los que más de los dos tercios escogieron como nuevo hogar otro municipio gallego.