SALUD

María Hernández-Mora, la española pionera en crear una unidad contra la adicción al porno en un hospital de la UE

"Tengo a pacientes desde los 9 hasta los 72 años y la lista de espera es larguísima"

"Es una vergüenza que en España no se trate este problema desde la sanidad pública"

María Hernández-Mora ha creado la primera unidad de tratamiento de adicción al porno en Francia

María Hernández-Mora ha creado la primera unidad de tratamiento de adicción al porno en Francia / Cedida

David López Frías

David López Frías

María Hernández-Mora (Madrid, 1992), llegó a París por estudios y se quedó por amor. "Yo estudiaba psicología, fui a hacer el Erasmus y allí conocí a mi marido", le explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Se quedó en Francia por él y por la pornografía. Pero no piensen mal: lo que hace María es tratar de ayudar a las personas, mayoritariamente hombres, que sufren de esta adicción. Un problema que, según sus propias palabras, se está expandiendo a una velocidad que asusta: "En 10 años vamos a tener un problema terrible con esta adicción".

Esta madrileña se especializó en adicciones, después de haber trabajado en España para el reputado psiquiatra Carlos Chiclana. Y decidió que su doctorado versaría sobre la dependencia al porno, "que está muy presente en la sociedad, cada vez más, pero que casi nadie trata". Fue así como acabó contratada en el Hospital Simone Veil, en el servicio especializado en adicciones de la capital francesa. "Había unidades de tratamiento para el alcohol, las drogas y el juego. Pero, ¿por qué no para la pornografía?", se pregunta.

Se lo pregunta porque cada día ve a más gente con esta problemática. Personas, mayoritariamente hombres, "que son conscientes de que necesitan ayuda. Pero no había en toda Francia un centro de referencia accesible y gratuito donde poder acudir". Ni allí ni en ninguna parte. No existe, al menos en la Unión Europea, un precedente similar. En ese hospital parisino apostaron por el proyecto y ella creó (y conduce) la primera unidad especializada en tratar la adicción al porno del país.

Ahora está pasando unos días en su Madrid natal, pero no por ocio. Ha sido invitada por la ONG Daleunavuelta.org (tal vez el único proyecto español plenamente especializado en este tipo de dependencia) para impartir un curso de formación sobre esta adicción a profesionales de la salud españoles, "porque a los propios profesionales les falta información. Muchas veces, el adicto trata de buscar ayuda y recurre a psicólogos que minimizan, banalizan o no se sienten capaces de tratar el problema", asegura.

El perfil

"El perfil del adicto es el hombre, de 35 años, que lleva muchos años sufriendo esa adicción, pero que lo detecta muy tarde. Tengo casos de gente que lleva toda su vida viendo pornografía de forma compulsiva. Uno que empezó con 9 y ha empezado a tratarse con 37", asegura. Este tipo de pacientes, "solamente piden ayuda cuando se han encontrado en una situación grave; es gente que ya no consigue excitarse en relaciones sexuales normales. Que tienen que plantear siempre escenarios pornográficos, que todo lo relacionan con eso", explica.

"El paciente medio tiene esa edad, pero yo tengo a pacientes desde los 9 hasta los 72 años, que están enganchados. Y no te imaginas la lista de espera que hay para acudir a tratarse. Es larguísima. Es un problema que no discrimina edades ni clases sociales. Así como en otras adicciones puede influir más el contexto social, aquí no hay distinciones. Y eso se debe, entre otras cosas, a lo accesible que es", explica.

"Solamente hace falta un teléfono móvil. Se estima que el primer contacto de las personas con la pornografía se viene dando en muchas ocasiones en torno a los 9 años. Niños con accesos a pantallas con poco control de su familia. Si el menor está muy solo, se acostumbra y acaba por caer", relata. Contenidos fáciles de conseguir, a un sólo click de distancia y de forma gratuita. Factores que no tienen otras adicciones como las sustancias o la ludopatía.

"No se entiende por qué no se están poniendo más medios para intentar tratar este problema. Es, con diferencia, la adicción con más prevalencia sobre la población". En los estudios internacionales (porque en España no hay ninguno sobre cifras de adicción), se habla desde el 3% de la población hasta el 12%. "Yo, según mis estudios, creo que estará en un 6% de la población, pero en un 11% de los hombres". Unas cifras cuya magnitud le dan a esta adicción la categoría de problema de salud pública.

Asco

Hernández-Mora cuenta que a su consulta llegan todos los días "hombres que han hecho a un uso compulsivo de la pornografía y que se acaban por dar asco a sí mismos. Se mueren de vergüenza cuando me lo explican. Me dicen que ni me imagino las cosas que tienen que llegar a ver para excitarse, que cada vez tienen que ver cosas más duras. Se insensibilizan".

Hernández-Mora, durante el curso organizado por Daleunavuelta.org

Hernández-Mora, durante el curso organizado por Daleunavuelta.org / Cedida

Porque ese es uno de los grandes problemas de esta adicción: la escalada. "Se acostumbran a ese chute de dopamina y cada vez necesitan más, subir la intensidad". Y hace especial mención "a los niños, a los que estos contenidos les producen un shock psicológico muy grande. Los niños y adolescentes que descubren la pornografía sienten un conjunto de emociones y sensaciones opuestas e incomprensibles para ellos. Sienten asco y al mismo tiempo curiosidad y fascinación. Sienten vergüenza y al mismo tiempo placer. La mente de un niño o un adolescente es especialmente vulnerable ante estos contenidos, porque no se sabe integrarlos y regular sus efectos".

También insiste en que "hemos normalizado que los hombres consuman pornografía. Yo tengo amigas que me dicen que lo ven normal. Dan por hecho que eso es así. Y eso no debería ser así. No es así, en realidad. Los hombres no están configurados para ver pornografía. Pero a veces, cuando alguno detecta que tiene un problema y pide ayuda a un profesional, ni siquiera el psicólogo le sabe dar respuestas. Le restan importancia. Por eso es tan importante la formación específica".

Salud pública

Para Hernández-Mora, la magnitud del problema es tal, "que España debería empezar a abordarlo desde el sistema de salud pública. Porque no hay respuestas especializadas para ello. Hay para la ludopatía, para la drogadicción, para el alcoholismo e incluso para los videojuegos, pero no para la pornografía. Y es una vergüenza".

Ella, junto a Daleunavuelta.org, trata de formar a profesionales en este ámbito, pero "es una iniciativa privada. Es hora de que entre el estado. Se trata de un problema moderno, no hay suficiente investigación empírica todavía y falta información". De hecho, hay quien aún cuestiona que este problema sea una adicción. Hernández-Mora lo tiene muy claro: "Entre los profesionales de la salud no hay dudas: es una adicción y es urgente que le demos respuestas cuanto antes". Le encantaría poder ayudar a darlas en España. Pero, como sucede tan a menudo, el talento local acaba volando a otros países donde lo valoran más.