CRÍTICA

'Ofert a les mans, el paradís crema', de Pol Guasch: la amistad ante la extinción

En este libro, el autor experimenta de nuevo con la narrativa sin caer en hermetismos

El escritor Pol Guasch

El escritor Pol Guasch / Maite Cruz

Valèria Gaillard

Pol Guasch (Tarragona, 1997), una de las voces noveles de la literatura catalana más talentosas del momento, presenta su segunda novela, Ofert a les mans, el paradís crema, en la que mantiene un pulso innovador con la narrativa y renueva su voluntad de experimentar con el género sin caer en hermetismos. Una de sus estrategias es introducir, en el hilo de una narración en tercera persona, la primera persona, en cursiva, para saltar del relato al discurso de manera fluida. Otra, incluir un capítulo que reproduce el diario íntimo de la protagonista cuando era niña, tachones y pasajes subrayados inclusive.

Así pues, más que una historia al uso, bien perfilada y cronológica, Guasch -poeta y que tiene una formación importante en el campo de la teoría de la literatura- propone fragmentos de vivencias y los narra jugando con diferentes focalizaciones, algunas originales, como cuando recurre a una descripción de los objetos que constituyen el altar del protagonista. El repertorio es variado. 

Si hubiera que señalar un tema, sería la amistad, un amor poco explorado literariamente y que Guasch presenta como el más verdadero, independientemente de las orientaciones sexuales, al tiempo que es el más invisible y condenado al olvido. La amistad une a dos jóvenes de horizontes muy distintos, tanto social como económicamente, que coinciden en el desierto en el que se ha convertido la vida a los 20 años: Rita, que vive en una colonia industrial que explota -y subrayo explota- una mina casi exigua, la Colònia, y Líton, un chico de ciudad (no se define cuál) que apaga los fuegos que arrasan el paisaje por culpa de una grave sequía siguiendo las órdenes del Servicio. 

Supervivientes en un mundo moribundo

Al autor le interesa su relación, ofreciéndonos un retrato de cada uno a veces de manera indirecta, como cuando una voz de la Colònia habla (registro oral bien marcado) de Rita y de su evolución en forma de chismorreo de peluquería. Líton, que cae enfermo, vive sus fulgurantes encuentros amorosos con Réné como si el mundo fuera a acabar y en un entorno hostil: "El horizonte se alargaba como una mancha de un color tirando a marrón y neutra". Rita también empieza una relación con Fèlix, pero únicamente en Líton encuentra una parte que desea y que solo él posee, lo que hace que su relación sea más fuerte. Perdidos, parecen dos supervivientes en un mundo moribundo y sin futuro.

Como en Napalm al cor (2021), el tono es elegiaco, casi apocalíptico. Esto se plasma en un lirismo que se quiere transcendental y que vehicula una tristeza infinita. Más cerca de un registro simbolista que realista, Guasch recurre a numerosas figuras retóricas para dar fuerza a una narración que no busca tanto contar una intriga como recrear una atmósfera y provocar sensaciones.

Prevalece el contraste entre oscuridad y luminosidad, perdición y salvación, dolor y placer, sin que llegue a esclarecerse el sentido de la advertencia del título, extraída de unos versos de Marina Tsvetáyeva. Sí que se refleja la mirada del héroe romántico que aspira al absoluto, al tiempo que se da cuenta de que su empresa es fracasar, puesto que este es inaccesible, una mirada atravesada por la ausencia, la melancolía de un mundo soñado, pero inalcanzable.

'Ofert a les mans, el paradís crema'

Pol Guasch

Anagrama

160 páginas

17,90 euros