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'Wag the dog'

Génova tiene dificultades para distanciarse del marco mental en que le sitúa el Gobierno, perdiendo el control del relato y la iniciativa política

El director de 'Wag the dog', Barry Levinson, con Dustin Hoffman y Robert de Niro

El director de 'Wag the dog', Barry Levinson, con Dustin Hoffman y Robert de Niro / EPE

Las bombas de humo son un instrumento muy eficaz para desorientar a los rivales. Existe el riesgo, si no se utilizan correctamente, de cegar también a los aliados, y esa es la sensación que esta semana tienen algunos socios del presidente Sánchez. Tanto emular la célebre Wag the dog (Cortina de humo en España), con Dustin Hoffman y Robert de Niro magistrales, que la política española lleva varios días instalada en el caos.

En ese tiempo, España ha retirado sine die a su embajadora en Argentina tras un intercambio de insultos entre el Gobierno español y el presidente Javier Milei, que recordemos inició el ministro Óscar Puente, e Israel ha llamado a consultas a su representante en Madrid tras el anuncio realizado por el propio Sánchez de que el martes reconocerá oficialmente a Palestina.

Nada parece casual a unas horas del inicio de la campaña electoral para las europeas, cuando el juez ha llamado a declarar al empresario recomendado por la mujer del presidente y con el Gobierno preparándose para sufrir una segunda derrota en el Congreso en apenas 48 horas. Es este último un hecho muy relevante que ha pasado casi desapercibido, distraídos como estamos por la agitada política exterior del Ejecutivo: perder dos votaciones clave en las Cortes en tan poco tiempo refleja la volatilidad de los apoyos de Sánchez, porque el descalabro es por la falta de respaldo de sus socios.

La primera ley en decaer fue la que perseguía el proxenetismo, que ni siquiera superó el filtro para ser tramitada en el Congreso. La vicepresidenta Yolanda Díaz sumó sus votos a los de PP, Junts, PNV, ERC y Bildu para rechazar la propuesta socialista. Como hoy hará, si no hay rectificación de última hora, con la Ley del Suelo, una norma que ha emanado del propio Gobierno del que forma parte Sumar. La formación de Díaz se unirá al menos a ERC, Podemos y Junts para tumbar la ley si el PP no sale al rescate de Sánchez, evidenciando una vez más la paralización legislativa del Gobierno.

Un Ejecutivo sin presupuestos y sin actividad parlamentaria puede aguantar unos meses, más fácilmente si el país está sometido a una cascada de elecciones, como es el caso, pero tras las europeas el campo estará expedito de comicios al menos hasta febrero de 2026, cuando tocarán las elecciones de Castilla y León, y entonces se visualizará con crudeza las dificultades del Gobierno para legislar.

Mientras, no puede negarse que el Gobierno no esté consiguiendo sus objetivos. El humo ha cegado al principal partido de la oposición, que no consigue salir de la pinza que le han hecho Moncloa y Vox, como en otras ocasiones a lo largo de esta legislatura. Génova tiene serias dificultades para distanciarse del marco mental en que le sitúa la estrategia del Gobierno, perdiendo el control del relato y la iniciativa política. Consecuencia, en parte, de que Feijóo siga mirando por el rabillo del ojo a Abascal.