BÁRCENAS, RAJOY Y LOS INDECISOS

El PP, a las puertas de las andaluzas: frentes inesperados y obsesión por la abstención

La reaparición de Bárcenas en escena por el recurso del PP y la querella andorrana contra Rajoy llegan a cinco días de las elecciones

La abstención y la ola de calor juega en contra de alcanzar la cifra de escaños que implicaría presionar a Vox para que no exija gobernar

Los 'trackings' de Génova siguen en la horquilla de 46 a 50 diputados

Feijóo, Moreno y Bendodo en el acto central de campaña.

Feijóo, Moreno y Bendodo en el acto central de campaña. / ÁLEX ZEA.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

La balsa de aceite que para el PP estaba siendo la campaña electoral andaluza —con todo de cara, desde las encuestas a la desaparición de la izquierda o los tropiezos de su rival por la derecha, Macarena Olona— se ha visto alterada en las últimas horas y a apenas cinco días de la cita con las urnas. En Génova no evitan ironizar con la reaparición de Luis Bárcenas en escena (a raíz de un recurso en el que el partido pedía la absolución del extesorero en la causa relativa a las obras de la sede pagadas en negro para conseguir también que el partido resultara exonerado) o la investigación andorrana que afecta a Mariano Rajoy y dos de sus exministros por la supuesta extorsión de policías a directivos de un banco del Principado que querían obtener información bancaria secreta de líderes independentistas.

Dos casos del pasado que vuelven en la recta final de la campaña y en plena luna de miel de Alberto Núñez Feijóo como líder nacional. Son dos de los frentes que en algunos sectores del PP han inquietado por la sensación recurrente de que no terminan de cerrar la puerta a los casos de corrupción que tanta factura llevan pasada al partido. La más importante, la moción de censura que expulsó a Rajoy de la Moncloa.

En Génova insisten en restar importancia a los asuntos. Primero, porque son conscientes de que “no darán la vuelta a la campaña en ningún caso” y ni siquiera creen que puedan perjudicar las perspectivas de Juanma Moreno el próximo domingo. “La gente habla de Bárcenas, la ‘caja B’, Gürtel, la corrupción de ese momento y ya suena a lo mismo. Y todo repetido”, dicen, considerando que representa al pasado y no al presente de Feijóo. También insisten en que la campaña andaluza arrancó con los audios de Villarejo y María Dolores de Cospedal “y que no ha tenido incidencia en las posibilidades y el crecimiento de Moreno”.

Juan Espadas y Juanma Moreno se saludan tras Macarena Olona. / Julio Muñoz

Juan Espadas y Juanma Moreno se saludan tras Macarena Olona. / / Julio Muñoz

El optimismo extendido no impide que algunos dirigentes se lamenten por ver que elección tras elección “el pasado siempre vuelve”. De hecho, y a pesar de que no fue un tema central en el segundo debate de candidatos en ‘Canal Sur’, en el PP reconocen que Moreno estuvo “más incómodo” que el lunes anterior en el otro duelo con sus rivales. Algunos candidatos sí mencionaron el caso de Bárcenas y muy especialmente Olona se lo recordó a Moreno, reprochándole a su vez que no hablara de la corrupción de los gobiernos socialistas cuando ella interpeló a Juan Espadas: “¿Por qué no lo hace? Queda muy raro, señor Moreno”. El presidente de la Junta tuvo que pedirle en dos ocasiones a la candidata de Vox que “se ocupara de su debate” que él gestionaría el suyo.

En la dirección nacional consideran que la “incomodidad” de Moreno fue “contención” en un debate más duro en el que el presidente no podía entrar al cuerpo a cuerpo “porque solo tenía algo que perder”. Insisten en que “arriesgaron” los rivales que peor tienen las cosas en este momento y que utilizaron el debate como “una última bala”.

La creencia dentro del PP es que el auge de Moreno será indiscutible, aunque los ‘trackings’ diarios siguen dibujando una horquilla de entre los 46 y los 50 diputados. Aunque supone doblar el resultado de las pasadas elecciones autonómicas, el detalle de los escaños no es menor. Llegar a los 50 (a solo 5 de la mayoría absoluta) no solo implicaría sumar más que toda la izquierda junta, sino alcanzar una ‘barrera psicológica’ en la que el PP ve muy difícil que Vox exija entrar en el Gobierno autonómico.

El presidente del PP-A y candidato a la reelección a la Presidencia de la Junta, Juanma Moreno, junto al presidente del PP, Alberto Núñez Feijoó, clausuran un mitin, en el acto electoral de campaña para los comicios autonómicos del próximo día 19 a 11 de junio del 2022 en Málaga.

El presidente del PP-A y candidato a la reelección a la Presidencia de la Junta, Juanma Moreno, junto al presidente del PP, Alberto Núñez Feijoó, clausuran un mitin, en el acto electoral de campaña para los comicios autonómicos del próximo día 19 a 11 de junio del 2022 en Málaga. / Álex Zea / Europa Press

Todo ello a pesar de que Olona no dejó espacio para la vacilación en el último debate: pedirán formar parte del ejecutivo, dijo la candidata de Vox, “con que necesiten un solo voto” de su formación. Ahí anda el juego, reconocen en Génova. Y, por eso, la batalla de combatir la abstención ha pasado a ser la prioridad en esta recta final. La ola de calor y los fines de semana de playa juegan en su contra y el miedo a que algunos ciudadanos opten por no ir a votar (sobre todo aquellos desencantados con el PSOE que ahora podrían decidirse por el PP) es lo que hace insistir a Moreno en que “no pueden confiarse”.

Como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, es uno de los lemas principales del presidente de la Junta. “Esto no está hecho. Hay que ir a los familiares, a los amigos, a convencerles de que nos voten. No podemos contar con la victoria”, repetía Moreno en los mítines del fin de semana pasado. 

La búsqueda de los abstencionistas es también la de los 200.000 indecisos que el PP tiene identificados. Lograr que esos votos vayan a las siglas populares puede ser crucial para acercarse a la mayoría absoluta. Es la única garantía de un gobierno en solitario para Moreno, ahora que el presidente ya no habla del escenario de repetición electoral. Los populares se juegan mucho en esta cita, que ven como el arranque de un nuevo ciclo tras Castilla y León y con Feijóo al frente. 

Y, para ello, dicen en el entorno del presidente nacional, “hay que lograr una mayoría suficiente para dejar fuera a Vox”. Demostrar, resumen, que el PP puede volver a gobernar solo y que lo de Castilla y León fue algo muy coyuntural por la situación de crisis interna.