Opinión | MUNDO DIGITAL

De guerras y víctimas

Frente a la hegemonía incontestable de las redes, se nos ofrece información de calidad, objetiva y verificada

Destrucción causada por los bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza

Destrucción causada por los bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza / Mohammed Abu Elsebah/dpa

Viendo las imágenes que llegan de Gaza, y antes de Israel, es difícil escribir que “cuando se declara la guerra, la verdad es la primera víctima”, como afirmara Sir Arthur Ponsonby en 1928. Sin embargo, los principales medios de comunicación del mundo, desde la BBC al New York Times, desde el Washington Post a la revista TIME, andan muy preocupados por cumplir con su papel de informadores objetivos, ante un conflicto que polariza como pocos y que constituye en sí mismo un campo de batalla de medias verdades, bulos descarados, mentiras interesadas y una propaganda que hunde sus raíces en los peores años de la Guerra Fría.

El Washington Post ha escrito que “una avalancha de desinformación modela las opiniones sobre el conflicto entre Israel y Gaza”, citando memes, vídeos falsos y datos carentes de la más mínima comprobación. Joan Donovan ha comentado en la revista TIME que “en tiempos de guerra, la verdad necesita un defensor”. Steven Lee Myers ha recordado, en el New York Times, que la erosión de la credibilidad de los medios tradicionales ha impulsado la proliferación de todo tipo de sitios alternativos, a los que la gente acude en busca de la corroboración de sus propias convicciones. Sitios premiados por los algoritmos, que a su vez impulsan los contenidos emocionales sin importar lo que transmitan. En ese mismo medio se destaca que se ha “distorsionado el ecosistema de información”.

El protagonismo de las redes alcanza su punto álgido en estos momentos de furia. En la Unión Europea, se ha apercibido a la antigua Twitter por su contribución a la diseminación de todo tipo de informaciones e imágenes falsas sobre lo que de verdad está ocurriendo en Gaza e Israel. También TikTok parece estar haciendo un cierto examen de conciencia sobre la ausencia de filtros y verificaciones en sus contenidos virales. Para los medios de toda la vida, este conflicto parece ser una oportunidad para recuperar la credibilidad perdida. Frente a la hegemonía incontestable de las redes, se nos ofrece información de calidad, objetiva y verificada.

La BBC dispone de un completo equipo antibulos, liderado por el periodista Shayan Sardarizadeh, que no ha tenido pelos en la lengua: “el volumen de desinformación en Twitter superó todo lo que he visto nunca”. Pero entre todas las citas de estos días, destaca la que Pere Vilanova publicó en La Vanguardia, citando a un alto cargo de la seguridad israelí: “nosotros tendremos seguridad cuando ellos tengan esperanza”.