Opinión | 36 TÍTULOS

Las ligas tristes del Madrid

La afición está pendiente únicamente del Bayern: si no se gana la 15 este año, la temporada se considerará un fracaso y el madridismo estará triste

Los jugadores del Real Madrid, en su visita a El Sadar esta temporada.

Los jugadores del Real Madrid, en su visita a El Sadar esta temporada. / Villar Lopez

El Real Madrid ha ganado su 36ª Liga este sábado y nadie parecía estar pendiente de ello. No he visto esta semana la palabra 'alirón' por ninguna parte, no he leído portadas anunciando el más que probable título y hasta este sábado no habían puesto vallas en Cibeles ni hay hinchas calentando el ambiente por redes. La afición estaba y está pendiente única y exclusivamente del partido de vuelta de Champions contra el Bayern la semana que viene. Más allá no hay más. Si no se gana la 15 este año, la temporada se considerará un fracaso y el madridismo estará triste.

El nuevo madridismo, el de los aficionados que nacieron de los 90 en adelante, está mal acostumbrado. Desde 1998 han visto como el club se ha traído 8 Champions League. Las ganamos como si no costara, cuando hay equipos (algunos muy cerca, sólo hay que salir unos kilómetros de la M-30) que llevan toda la vida intentándolo y no han conseguido ni una.

Aún recuerdo cómo me rajé la garganta el 20 de mayo de 1998, gritando aquel gol de Mijatovic en Ámsterdam que nos dio la Séptima. Parecía algo irreal. Un espejismo, un hito imposible, porque llevábamos sin ganar la Copa de Europa desde 1966. Y yo aún, que soy de 1980 y tuve que esperar 'sólo' 18 años. Pero alguno tuvo que esperar 32 años para poder decir "somos campeones de Europa".

Solo hay ojos para la Champions

Cómo han cambiado las cosas desde aquella noche de mayo. Hemos ganado 8 Champions y ya no hay ojos para otra cosa. La exigencia es tal, que la temporada que no se gana es un año tirado a la basura, con la afición cuestionando a entrenador, plantilla, presidente e incluso modelo. Pero, aunque cada vez somos menos, los más viejos del lugar seguimos valorando La Liga.

La exigencia es tal, que la temporada que no se gana la Champions es un año tirado a la basura, con la afición cuestionando a entrenador, plantilla, presidente e incluso modelo

La Liga es el campeonato que premia la regularidad. No sólo del equipo; también de los aficionados de verdad. De los que sacrificamos los fines de semana para tragarnos infames desplazamientos a Almería o Huesca. Es el campeonato que nos acaba otorgando cierta superioridad moral frente a esos aficionados de atrezzo que solamente se ponen en primera línea cuando toca partido legendario contra el City o el PSG de turno.

LaLiga es ese campeonato que te permite conocer a los jugadores como si fuesen tus hijos, identificar sus tics, conocer su estado de forma, saber quién está para ser internacional y quién para pegar un último atraco en Arabia; tanto de tu equipo como del rival. La Liga te permite saber lo mucho que cuesta ganar en Pamplona o que hay más ambiente en Granada o en Bilbao que en otros estadios que siempre presumen de esa vitola. La Liga es el trofeo que te permite decirle a tu compañero de trabajo: "Oye, somos mejores que vosotros", que es algo que no puedes hacer con la Champions, porque en el curro no suele haber aficionados del Bayern Múnich.

La Liga te permite saber lo mucho que cuesta ganar en Pamplona o que hay más ambiente en Granada o en Bilbao que en otros estadios que siempre presumen de esa vitola

Ganar LaLiga tiene un mérito enorme

El 30 de abril de 2022 escribí una columna en términos similares, a la que titulé: "Es LaLiga, estúpidos", porque es lo que parece en los últimos años. Que ganar sólo LaLiga es algo triste. Y yo no me cansaré de reivindicarla. De festejarla. Porque, aunque los más jóvenes sólo tengan ojos para la Champions, ganar LaLiga tiene un mérito enorme. Especialmente desde que nos hemos enterado de que cierto club español le ha estado pagando religiosamente a uno de los jefes de los árbitros, vete tú a saber con qué intención.

Y es que eso es una cosa distinta: que la propia competición española esté sufriendo una devaluación procedente de sus propias entrañas, con árbitros pagados bajo mano, dirigentes corruptos y un rumbo más que cuestionable, no quita que cueste mucho salir campeón. Por eso, vamos a celebrar la 36... y ya habrá tiempo para la 15. Algunos la esperaron 32 años, ya no viene de unos días o incluso de una temporada. Porque, aunque perdamos en Champions... festejemos, que es muy difícil es ganar LaLiga.