REAL MADRID 3-CÁDIZ 0

El Real Madrid cumple ante el Cádiz y el Girona le convierte en campeón

Brahim, con un golazo y una asistencia a Bellingham, fue el jugador desequilibrante de un Real Madrid que jugó al trote con la unidad B

El Cádiz perdonó dos contras claras y se hunde camino de un descenso merecido por la falta de pegada de su plantilla

La victoria por 4-2 del Girona le convierte en campeón de Liga

Brahim Díaz celebra el 1-0 ante el Cádiz en el estadio Santiago Bernabéu en Madrid

Brahim Díaz celebra el 1-0 ante el Cádiz en el estadio Santiago Bernabéu en Madrid / EFE/Rodrigo Jiménez

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

El Real Madrid cumplió su parte para que se produzca el primer alirón en diferido de su historia y se convirtió en campeón porque el Girona mandó a la lona al Barça con un 4-2 que le da el título a los blancos y mete a los 'gironis' en la segunda posición y clasificados para la Champions. El Madrid ganó la Liga al trote cochinero ante un Cádiz sentenciado que deambula por el campo sin pegada alguna, por más que dispongas de ocasiones claras. En el Bernabéu tuvo dos clamorosas y no acertó con ninguna de ellas. El alirón en diferido comenzó celebrándose sobre el césped del Bernabéu, donde los jugadores se quedaron a festejar con la afición una celebración con aroma a título. Un final de fiesta más propia de cualquier equipo de la Bundesliga que de la Liga. Hasta Ancelotti reunió a todo el staff en corro. Y luego todos se fueron al vestuario a seguir el partido de Girona por los medios.

El Madrid compareció en el Santiago Bernabéu en el día del posible 'alirón en diferido' pensando más en el Bayern que en la Liga. Solo había que pasearse por el once que dispuso Ancelotti para comprobarlo: Courtois, Militao, Fran García, Dani Ceballos, Arda Güler, Joselu… Se había ganado el italiano la licencia de gestionar los esfuerzos de los suyos sin renunciar a pelear por los títulos en este final de temporada.

Un Cádiz rácano con el gol y en los despachos

Toda la relajación que se adivinaba en las filas blancas se traducía en tensión en las cadistas, obligados a sumar para apurar sus complicadas opciones de quedarse en Primera. Es paradójico que los amarillos puedan descender el año que más barata está la permanencia. Pero la alarmante falta de gol de su plantilla, en la que su presidente, Manuel Vizcaíno, ha estado poco generoso a la hora de sacar la chequera, les va a condenar. Es difícil de explicar que un equipo que lleva cuatro temporadas en Primera, con los ingresos que eso genera, especialmente los televisivos, no invierta en gol y prefiera fiar su destino a jugadores que nunca han sido goleadores contrastados en Primera.

El partido, con más pólvora en los banquillos que en el campo (Bellingham, Vinicius, Rodrygo, Maxi Gómez, Iván Alejo, Machís, Guardiola…), arrancó con un ritmo trotón. Suficiente para que el Madrid dominase el juego y acumulase en el primer cuarto de hora un centro de Fran García que se paseó por el área pequeña visitante, un disparo de Militao lejano se lo sacase de encima de Conan, y dos verónicas de Arda Guler, que confirmó que hay un Curro Romero en él.

Militao dispara en una acción del partido entre el Real Madrid y el Cadiz

Militao dispara en una acción del partido entre el Real Madrid y el Cadiz / J. Guillén/EFE

Tuvo el Cádiz una contra en un desliz de la zaga blanca, pero Sobrino ni llegó a probar a un Courtois que disfrutó de un plácido regreso, al que podía haber aparecido tranquilamente en chanclas y con toalla. Por lo demás el Bernabéu apenas pudo llevarse a la boca algunas manoletinas de Modric, Adra y Brahim. Caños, fintas y virguerías varias que acompañaban el paso de los minutos en un partido tedioso en el que sobraban las porterías. Una volea alta de un Joselu que debe ir afinando la puntería para la Eurocopa fue lo más salvable en el tramo final.

Brahim, gol y asistencia

Subió dos marchas el Real Madrid en el inicio de la segunda parte y el goteo se convirtió en hemorragia. Una falta de Arda, un zapatazo de Carvajal... Respondió Chris Ramos con una contra de 50 metros en la que evidenció que Militao no está aún para partidos de Champions y Courtois confirmó que sí lo está. Al susto le sucedió una jugada de Brahim, en le que se revolvió hacia adentro y puso la pelota con la derecha en la escuadra de Ledesma. Abierta la lata, y con el Madrid con los deberes hechos para que se produjera el alirón en diferido, había más curiosidad por ver cómo reaccionaría el Cádiz que por ver cuándo llegaría el segundo de los blancos, que no había duda que acabaría cayendo. 

No hizo falta esperar mucho. La primera pelota que tocó Jude Bellingham acabó en la red. Una combinación rápida en el área entre Modric y Brahim que el malagueño puso al corazón del área pequeña donde apareció Jude para finiquitar al Cádiz y dejar la pelota en el tejado de Girona. Un gol postrero en el descuento de Joselu, que llevaba una tarde negada, cerró el triunfo incontestable de los blancos. Y el Bernabéu celebró el final del partido entre gritos de ¡Campeones, campeones! Luego Portu emergió desde el banquillo en Montilivi y convirtió al Madrid en campeón, además de disparar la euforia de un Girona que se aúpa a la segunda plaza y sella su billete para jugar la Champions. Un final surrealista para un partido que en realidad se acabó jugando a 700 kilómetros de distancia.