TRUCOS DE LIMPIEZA
Este es el secreto para limpiar la vitrocerámica como un profesional
La acumulación de grasa y suciedad en la vitro se convierte en algo cotidiano debido a la utilidad que le damos
Acaba con las manchas más imposibles de la vitrocerámica con este truco casero
Las manchas quemadas o el polvo en los sitios más escondidos se vuelven los aliados perfectos para la vitrocerámica en la que cocinamos todos los días. Usualmente, no tenemos tiempo para limpiarla, pues es un lugar de paso en el que elaboramos la comida y rápidamente desaparecemos.
Igual que con otras áreas de la cocina, la vitro es una de las grandes olvidadas a la hora de la limpieza. No obstante, lo nocivo que puede ser para nuestro organismo y para el que consuma la comida que realicemos, debe ser razón de peso suficiente para hacer que tomemos cartas en el asunto.
Restos de comida quemados, líquidos desparramados y partículas de condimentos se esparcen entre los recovecos de la vitrocerámica, que los alberga hasta que decidimos seguir los consejos de un experto para acabar con ello.
Si además está estropeada, deberás alargar la vida de tu vitro como puedas cuidándola y limpiándola. Te detallamos los trucos de un experto para gestionarlo.
Limpia tu vitro en menos de 15 minutos: los materiales estarán en tu cocina
No hace falta pasar un día entero en la cocina para mantener a raya las bacterias y gérmenes que puedan tener los electrodomésticos. Basta con que nos enfoquemos en uno de los elementos y le dediquemos toda nuestra atención para cerciorarnos de que queden totalmente limpios.
Materiales
- Jabón para la vajilla.
- Trapo.
- Limpiacristales.
- Rascador con cuchilla.
- Estropajo.
Procedimiento
Desengrasa la superficie con un poco de jabón y empieza a frotar con el estropajo, acto seguido, limpia los restos con el trapo. Una vez tengas una superficie medianamente limpia sobre la que trabajar, vuelve a verter un poco de limpiacristales y jabón mientras haces movimientos circulares para quitar las manchas.
Después de dejar que repose un poco la mezcla, retírala con el trapo de antes. Si aún sigue habiendo manchas, con mucho cuidado usa el rascador con cuchilla para desincrustar la suciedad. En este paso deberás asegurarte de que las manchas estén reblandecidas, pues corres el riesgo de arañar la vitro.
Vuelve a limpiar la suciedad con el estropajo y la toalla de microfibra. Una vez tu vitrocerámica esté limpia, coge otro trapo y pasa un poco de limpiacristales por ella para revivir el brillo en el electrodoméstico.
Ahora podrás gozar de una vitro totalmente limpia en la que no habrá riesgo de consumir alimentos o comidas contaminadas por gérmenes y bacterias.
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