Sácale el máximo partido a este producto: los trucos que no sabías que tenía el amoniaco

El amoniaco nunca falta en los hogares, y es que el poder que tiene de quitar la grasa y las manchas es conocido universalmente. Este compuesto, cuando se diluye con agua, es un gran aliado para la limpieza del hogar.

Te contamos los numerosos usos que puede tener el amoniaco, ¡quédate si quieres aprender alguno nuevo!

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Lo primero que se nos viene a la cabeza al escuchar 'amoniaco' es el olor que deja después en cada superficie.

El olor tan desagradable que tiene nos deja pistas de lo potente que es, y es que se trata de un compuesto químico de nitrógeno que está presente en muchos productos de limpieza en menor cantidad.

Puedes optar por comprar productos que tengan ya la medida idónea de amoniaco para la limpieza del hogar. Sin embargo, si te apetece tener una botella de amoniaco en casa para gestionarla a tu manera, te contamos cómo hacer la mezcla, qué limpiar con él y las precauciones que debes tener.

¿Cómo usar el amoniaco?

La mezcla que debes hacer para emplear el amoniaco para limpiar tu casa es muy sencilla. Puedes seguir estos pasos con agua caliente, fría o templada, pero ten en cuenta que si usas agua caliente obtendrás mejores resultados.

1. Vierte un poco del producto con agua caliente, fría o templada. Las cantidades exactas son: 1 porción de amoniaco por cada 2 de agua.
2. Remueve la mezcla.
3. Humedece un paño con el producto obtenido y pásalo por la superficie que quieras limpiar.

¿Qué puedo limpiar con amoniaco?

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Cocina

Puedes usar la mezcla para limpiar a fondo tu cocina. Eso sí, ten en cuenta que una vez pases el líquido por cualquier superficie, deberás esperar un par de horas para que haga efecto.

Lo ideal es rematar después pasando una esponja con jabón para lavar los platos.

Bronce y cobre

Devuélvele el brillo a tus objetos de bronce y cobre humedeciéndolos en la mezcla.

Frota tus productos con ayuda de unos guantes y un cepillo y, pasado un rato, verás cómo vuelven a estar como nuevos.

Ropa

Por su poder desengrasante y quitamanchas, el amoniaco es un aliado perfecto para las aquellas prendas que creías insalvables. Para quitar esas manchas tan difíciles, deberás verter la mezcla en un pulverizador y echarla directamente en la zona afectada.

Después, frota la mancha y mete la prenda en la lavadora con el resto de tu ropa.

Por otro lado, si lo que quieres es eliminar los malos olores de la ropa, tan solo tendrás que mezclar amoniaco, agua y jabón y dejar las prendas en remojo.

Tapicería

Limpiar los tejidos del hogar que no pueden desenfundarse nunca había sido tan fácil. Y es que la mezcla de amoniaco con agua quita cualquier mancha que aparezca en los sofás o en los asientos de tu coche.

Cristales

Si quieres presumir de cristales brillantes, prueba a limpiarlos con este producto. Pásales un paño de algodón justo después para quitar el olor que se pueda quedar impregrando en la superficie.

Baño

Mantén esta campo de tu hogar impoluto empleando amoniaco para limpiarlo. Deja reposar durante una horas la mezcla en la mampara de la ducha, el lavabo o el inodoro y verás cómo mantienes a raya los gérmenes.

Precauciones que debes tener

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El amoniaco no deja de ser un compuesto químico, así que aquí tienes un par de recomendaciones que deberías seguir si te decides a limpiar con él.

1. Ventila tu casa siempre que uses amonaico.
2. Mantén alejados a los niños y animales de la zona que estés limpiado y de la mezcla.
3. Usa guantes cada vez que limpies con él.
4. Ten cuidado con estar en contacto con el olor del amoniaco durante mucho tiempo, te puede provocar dolor de cabeza y molestias en los pulmones y los ojos.
5. No mezcles el amoniaco con otros productos de limpieza como la lejía.

Ahora que sabes cómo hacer la mezcla correctamente entre amonaico y agua y qué superficies limpiar con ella, puedes usar este líquido para un sinfín de usos en tu hogar.

Eso sí, no olvides seguir las recomendaciones de seguridad para no sufrir ni ocasionar ningún daño en el proceso.