LA VIDA CONTIGO

Ocho ideas para ahorrar en ocio: gasta menos sin dejar de lado tu tiempo para disfrutar

La subida de precios afina la picardía a la hora de buscar nuevas opciones para no gastar más de lo necesario

¿Podemos seguir disfrutando del ocio sin gastar tanto dinero?

¿Podemos seguir disfrutando del ocio sin gastar tanto dinero? / Pexels

J.M.C.

Un pequeño cambio en un lugar del mundo genera un efecto en la otra punta. La guerra en Ucrania y las dificultades de obtener ciertos suministros como el gas o el trigo han provocado la vertiginosa subida de precios en todo el mundo. Es un hecho: la inflación se dispara, por lo que el coste de vida en España ha aumentado sobremanera. ¿Qué implica esto? Pues que si hacemos lo mismo que antes, a final de mes nos quedará menos dinero en la cuenta.

Así, nuestra capacidad de ahorro disminuye, lo que nos impide abordar grandes desembolsos cuando realmente lo necesitamos. Entonces, tratamos de recortar gastos. Y son los pequeños desembolsos, conocidos comúnmente como gastos hormiga, los primeros que apuntamos en nuestra lista de prescindibles. Caprichos que parecen insignificantes, pero que a final de año consumen gran parte de nuestro presupuesto y desangran nuestras cuentas corrientes.

Pero nadie quiere dejar de disfrutar de la vida. No es cuestión de eliminar totalmente el tiempo de ocio, pues sin esos pequeños momentos de desconexión la vida no tendría sentido. Sin embargo, no es estrictamente necesario suprimir esos ratitos. Exacto: podemos ahorrar en nuestros momentos de disfrute o, al menos, no gastar tanto. Os dejamos a continuación una serie de ideas para conseguirlo.

Busca ofertas: día del espectador, cupones y descuentos

Un día específico de la semana, una hora concreta, la inauguración, ir en grupo, una característica física como ser joven o mayor de 65 años... Muchas son las excusas que aprovechan los comercios de ocio para atraer a posibles clientes. Aunque sea un cebo y no convenga abusar, aprovecharnos de los descuentos puntuales nunca viene mal para nuestro bolsillo (sobre todo si tenemos en mente realizar igualmente dicha actividad).

El cine es, sin duda, el local por excelencia a la hora de promover ofertas. El miércoles suele ser el día del espectador, con un precio mucho más reducido que el resto de días (cuidado, mejor comprobar cada establecimiento de manera individual, pues hay algunos que lo mueven al lunes o al martes). Un par de veces al año, el sector aprovecha los días de menor afluencia para fomentar la compra de entradas con 'La Fiesta del Cine' e iniciativas por el estilo. Debemos estar atentos para aprovecharlo.

Además, las tarjetas-cliente de los distintos establecimientos, sobre todo si somos clientes habituales, son una buena opción. También podemos aprovecharnos de cupones como los de Groupon o las ofertas de TheFork, una app que nos permite reservar en restaurantes a la vez que obtenemos grandes descuentos sobre el precio de la carta.

Segunda mano o intercambio con amigos

Videojuegos, libros, juegos de mesa, artículos para hacer deporte... Algunos hobbies pueden ser excesivamente caros si no disponemos de un presupuesto holgado. Para evitar desangrar nuestra cuenta corriente, es bueno aprovechar las ventas de segunda mano en tiendas físicas o apps como Wallapop.

Las bibliotecas son también una gran opción a la hora de llevarnos prestados libros o películas, incluso juegos. Si no nos convence ninguna de estas opciones, siempre podemos compartir el ocio en 'multipropiedad': queda con un amigo o familiar, adquiere el producto que queráis y os lo intercambiáis cuando uno lo acabe. Compartís gasto y disfrutáis de la compra por igual.

Hobbies gratuitos

Ir al cine o al teatro, una tarde de copas, alquilar una pista de pádel... El ocio suele suponer un gasto de dinero, en mayor o menor medida. Pero pese a que la construcción de las ciudades y el sistema capitalista nos dirijan cada vez más a consumir constantemente, también existen los planes baratos e incluso gratuitos. Pasear, ir al parque, adentrarnos en la naturaleza o simplemente quedar para charlar sentados en un banco de la calle. Y es que no por desembolsar más lo pasaremos mejor: disfrutar del momento no tiene por qué implicar el gasto de dinero.

Archivo - Parejas, calle, gente, pasear, paseando, compras, centro de Madrid, amor, compra, comprar, compras, caminar, caminando, andar

Pasear sin necesidad de ir a gastar. / EPE

Utiliza apps para controlar el gasto

Una gran opción para saber cuánto dinero tenemos disponible es, precisamente, controlar lo que gastamos. Tener un archivo con nuestros gastos nos permite administrar mejor nuestro ocio. Antiguamente se utilizaban libretas de cuentas, hoy lo tenemos más fácil con la tecnología. Existen apps como Spendee en las que podemos guardar todas las compras que realizamos, para luego comparar. ¿Recuerdas cuánto gastaste en ese restaurante? Así tendrás más fácil calcular cuánto podría costarte una futura visita al mismo local.

Evita (si puedes) los sitios de moda

Abre un nuevo garito al que van famosos, un restaurante está lleno constantemente, el alquiler de pistas de tenis se dispara para emular a Carlos Alcaraz... Las actividades lúdicas, como la ropa, siguen modas. Y nosotros solemos ir detrás, porque es lo que hacen todos. Error: los sitios de moda suelen aprovecharse del exceso de demanda para subir los precios, lo que nos puede llegar a hacer un agujero en el bolsillo si no controlamos. Buscar actividades no tan demandadas puede ser una buena idea para ahorrar a la par que disfrutamos.

Compara precios

¿Un restaurante o un gastrobar? ¿Netflix o HBO? ¿Cine o monólogos? ¿Un concierto o una obra de teatro? Comparar precios antes de dar nuestro dinero es vital para no arrepentirnos luego de los gastos. Y nos abre nuevas opciones de ocio.

Por ejemplo, con cuanto a las plataformas de contenidos audiovisuales. Sin hacer apología de la piratería, podemos contemplar otras alternativas gratuitas a los gigantes como HBO, Netflix o Disney+. Hay vida más allá: RTVEPlay, Runtime, Pluto TV o Rakuten TV Free son algunos de los ejemplos. Y, aunque en la mayoría de casos tengamos que aguantar las odiosas pausas publicitarias, nuestro bolsillo lo agradecerá.

Pon límites a tu tarjeta

Controlar el gasto y poner topes. La mejor manera de no pasarnos es marcarnos un máximo de dinero para gastar en ocio. Apartar algo del presupuesto mensual disponible en otra cuenta bancaria (o bajo el colchón, como prefiramos) nos ayudará a ahorrar.

Otra buena opción, aunque parezca anticuado, es dejar la tarjeta de crédito en casa. Contar solo con efectivo a la hora de salir es una gran idea si no hemos colocado ningún tope de gasto a la tarjeta. Llévate el cash justo y deja el resto a buen recaudo para no malgastar.

Di adiós a "la última"

¿Son las cinco de la mañana y estás a punto de irte a casa? Esa copa te sobra. ¿Has comido por encima de tus posibilidades pero quieres probar la tarta de queso especial de ese restaurante? No lo hagas, espérate a otro día. Decir "no" a los caprichos innecesarios es necesario. Nuestra economía lo agradecerá y nuestro yo del futuro aún más.