La eterna rivalidad entre el Bayern de Múnich y el Real Madrid, en 10 capítulos

El ‘loco del Bernabéu’ (31 de marzo de 1976).

Era la primera vez que el Bayern y el Madrid se veían las caras en la Copa de Europa. Y aquel estreno no estuvo exento de polémica. En el partido de ida de las semifinales, disputado en el Santiago Bernabéu, los 110.000 espectadores que acudieron al coliseo blanco celebran el gol de Roberto Martínez a los siete minutos de juego, pero poco antes del descanso Gerd ‘Torpedo’ Müller logra el empate para los alemanes. El partido se va calentando en el césped y en la grada. El portero de la selección alemana, Seep Maier le rompe la nariz al goleador madridista al despejar de puños un balón en el área. El arbitraje del austriaco Linemayer no satisface a los blancos, que reclaman inútilmente dos penaltis.

Nada más acabar el partido, un aficionado madridista salta al campo, corre hacia el árbitro y le propina un puñetazo. Si la cosa no fue a más fue porque el jugador del Bayern Uli Hoeness consiguió reducir al agresor. Después apareció la policía y detuvo al hincha. Sin embargo, de forma misteriosa, aquel hombre logró escapar y retornar a la grada donde le aguardaban su esposa embazada, un hermano y su cuñada. Muchos años después se conocieron los detalles de su arranque de ira. El agresor tenía 26 años, respondía a las iniciales de J. D. P. y reconoció que su padre le había dejado de hablar durante dos años. 

Un amistoso muy ‘doloroso’ para la memoria blanca (5 de agosto de 1980)

No fue una buena idea la de acudir a Múnich a disputar un amistoso cuando el equipo que ya dirigía Vujadin Boskov (“Fútbol es fútbol”, dixit) apenas llevaba una semana de entrenamientos. Enfrente aguardaba un equipo ya en la recta final de la preparación, con el inicio de la Bundesliga a la vuelta de la esquina. Era el Madrid de los García (Pérez García, García Navajas, García Remón, García Hernández…). El equipo acudía con las bajas de Juanito y Del Bosque, pero eso no justificaba que al descanso en el marcador luciera un deshonroso 7-0. El desastre quedó fijado finalmente en un 9-1 que se recuerda con regusto en la capital de Baviera. Hoeness hizo aquel día tres goles, y Rummenigge otros dos. El británico Laurie Cunningham marcó el gol ‘del honor’ para el Real Madrid desde el punto de penalti. Boskov trató de salir de aquella nefasta contienda con una frase también para el recuerdo: “Prefiero perder un partido por nueve goles que nueve partidos por un gol”. 

El Bayern se va del campo (2 de septiembre de 1981)

Tras el fallecimiento de Santiago Bernabéu el 2 de junio de 1978, el nuevo presidente del club, Luis de Carlos, decide que se organice un trofeo cada verano en su honor. Así, en 1979 se celebra la primera edición. La gana el Bayern, que repetirá un año más tarde. En la tercera, el Bayern cae por sorpresa en la semifinal ante el AZ 67 holandés. Eso le lleva a disputar el partido de consolación frente al Dinamo Tbilisi, que acaba con el equipo muniqués abandonando el terreno de juego.

A la media hora de juego, el árbitro aragonés Pes Pérez señala una falta de Paul Breitner, que decide salir del campo. El entrenador del equipo alemán se ve obligado a hacer un cambio. Justo antes del descanso, en el minuto 44, Pes Pérez señala una falta de Karl Heinz Rummenigge junto a la banda. El internacional alemán protesta la falta y el sector del público más cercano comienza a abuchearlo, a lo que el delantero teutón responde con unos gestos poco decorosos. El árbitro lo ve y decide su expulsión. Entonces más jugadores del Bayern se encaran con Pes Pérez, que acaba expulsando también a Dieter Hoennes y a Breitner, que ha regresado al césped solo para indicarle al colegiado mediante gestos que está mal de la cabeza. Ante el tumulto y el reparto de cartulinas rojas, los jugadores del Bayern deciden retirarse del campo y dar por concluido el partido. De nada sirven los intentos del Real Madrid y del gerente del Bayern para que los futbolistas alemanes acaben el partido. Estos piden que se cambie de árbitro. También se sugirió que los expulsados pudieran volver a jugar. Nada de ello se aceptó y así acabó aquel día el partido. 

El pisotón de Juanito (8 de abril de 1987)

El Real Madrid y el Bayern volvían a disputar una semifinal de la Copa de Europa. En el partido de ida, en el Olímpico de Múnich, los alemanes se muestran muy superiores. A los 39 minutos, con tres a cero en el marcador, el talentoso centrocampista Lothar Matthäus realiza una violenta entrada sobre el lateral merengue Chendo. En ese instante, Juanito se toma la justicia por su mano y ante las mismísimas narices del colegiado escocés Robert Vonar Valentine pisotea al jugador alemán en la cara. El 7 madridista ve la roja y deja a su equipo con 10 y a Mattäus con una señal del mismo color sobre su rostro. El Madrid acabará jugando esa noche con 9 el partido tras la expulsión de Mino. El marcador final, 4-1, invita a pensar en una de las históricas remontadas blancas en el Bernabéu, pero para eso deben cambiar muchas cosas.

Los cuernos de Augenthaler (con perdón) (22 de abril de 1987)

El partido de vuelta se presenta en el Bernabéu ante una afición deseosa de venganza. El equipo que entrena el neerlandés Léo Beenhakker mezcla a la Quinta del Buitre con jugadores ya veteranos. Los blancos salen a por todas. Santillana anota el 1-0 en el minuto 28 de juego, pero el marcador ya no sufrirá más modificaciones. Y eso a pesar de que el Bayern se quedó con 10 jugadores sobre el campo tras la expulsión de Klaus Augenthaler, un rudo y contundente defensor alemán que agredió al delantero mexicano Hugo Sánchez antes del descanso. El jugador del Bayern enfila el túnel de vestuarios y realiza un gesto a la grada imitando los cuernos de un toro sobre su cabeza. El Bernabéu se enciende. “Hugo Sánchez me provocó y me agredió. Yo repliqué”, dijo en su descargo Augenthaler.

La noche se fue estropeando. El cancerbero belga del Bayern, Jean-Marie Pfaff, anestesió cada acometida blanca y no hubo remontada. Los ultrasur protagonizaron algunos altercados, que provocaron la protesta de la delegación alemana y también las críticas de Ramón Mendoza, presidente de la entidad madridista en ese instante.

La ‘roja a destiempo’ a Roberto Carlos (24 de febrero de 2004)

El Olímpico de Múnich vuelve a albergar un clásico europeo en la temporada 2003-2004. En esta ocasión se trata de los octavos de final de la Liga de Campeones. El Madrid logra arrancar un empate a uno. En aquel partido el defensa argentino del Bayern Demichelis realiza una entrada durísima sobre el lateral brasileño del Real Madrid Roberto Carlos. El árbitro la vio y le mostró la tarjeta amarilla. Lo que no vio el noruego Terje Hauge fue la reacción del defensor madridista, que responde a la entrada golpeando la cabeza de su rival con su puño. Tras el partido, la comisión de disciplina de la UEFA abrió una investigación. “Si hay que sancionar a alguien es al árbitro”, señalaba como respuesta Roberto Carlos. El organismo del fútbol europeo tiene otro criterio. El jugador brasileño acaba siendo sancionado con dos partidos. El Madrid dijo que era una decisión desproporcionada. 

El corte de mangas de Van Bommel (20 de febrero de 2007)

Tras años después, el bombo vuelve a reunir al Real Madrid y al Bayern en un cruce de la Champions. Otra vez en unos octavos de final. El Madrid se impone en la ida, en el Bernabéu, por tres a dos, pero la victoria deja un doble poso amargo. Por un lado, el brasileño Emerson protagoniza un desaire ante el técnico madridista, Fabio Capello, al negarse a saltar al campo supliendo a un compañero cuando el Madrid domina por tres a uno. Por otro, el exazulgrana Mark Van Bommel anotó el definitivo 3-2 en la recta final del encuentro ‘regalando’ a la afición madridista un corte de mangas. "Quiero pedir perdón a la afición, pero no a algunos jugadores del Real Madrid”, apuntó después el exjugador del Barça.

El gol relámpago de Makaay (7 de marzo de 2007)

El tiempo que un velocista tarda en recorrer 100 metros. Ese fue el tiempo que le llevó al Bayern introducir el balón en el interior de la portería del Real Madrid en el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions. No era el mejor inicio posible. Roy Makaay, apodado ‘el fantasma’ por la afición muniquesa, anotó el gol más rápido de la historia de la competición. El Madrid acabó eliminado aquella noche tras perder por dos a uno en tierras alemanas.

El penalti al infinito (y más allá) de Ramos (25 de abril de 2012)

Neuer, Alaba, Kroos, Robben, Lahm y Ribery daban cuenta del potencial del Bayern en un nuevo duelo de semifinales ante el Real Madrid. Los blancos, a las órdenes de Mourinho, buscaban la remontada en casa, pero el 2-1 final resultó insuficiente y el pase a la final se decidiría en la tanda de penaltis. Cristiano Ronaldo y Kaká fallaron sus lanzamientos. Cualquier atisbo de esperanza pasaba después por Sergio Ramos que miró a Neuer y acabó enviando el balón muy por encima de la portería. El Madrid volvía a caer eliminado. Aquel desafortunado lanzamiento del sevillano se convirtió en trending topic mundial a lomos de Twitter. El cancerbero teutón contribuyó al escarnio con una mofa: “No sabía que le gustaba tirarlos tan arriba”.

La toma del Allianz, o de la venganza de Ramos. (29 de abril de 2014)

Fue uno de esos partidos que quedan grabados en la memoria de las aficiones. En la de los alemanes, de forma dolorosa; en la de los aficionados del Real Madrid como uno de esos recitales que se rememoran y se evocan siempre con deleite. El Madrid fue una apisonadora inconmensurable, un torrente, un vendaval que pasó por encima de uno de los equipos más sólidos en su feudo. Los titulares de la prensa reflejaban la alta temperatura del juego desplegado por Modric, Di María, Cristiano, Bale, Benzema y compañía. “El Madrid monta un incendio”, “Incinera al Bayern”, “Humillación”, “Repaso”…

Fue un asalto histórico ante el vigente campeón europeo para plantarse con una autoridad absoluta en la final. Y fue la noche en la que Sergio Ramos consumó su venganza y ajustó cuentas con Neuer. El zaguero blanco fue el autor del primer gol con un testarazo, repitiendo después con un segundo tanto que encarrilaba la eliminatoria. Después llegaron otros dos tantos de Cristiano. Fueron el prólogo a la consecución de la ‘Décima’, en la que la cabeza de Ramos volvería a ser determinante.