GASTO EN CASA

Pequeños trucos para mejorar la eficiencia de tu hogar (y ahorrar por el camino)

¿Dejas el piloto de la televisión encendido todo el día? ¿Pones siempre el ciclo de lavado más largo porque "así queda más limpio seguro"? No es necesario: sigue estos consejos para mejorar la eficiencia de tu casa

Utilizar regletas con un interruptor propio, clave para evitar la pérdida de energía en reposo.

Utilizar regletas con un interruptor propio, clave para evitar la pérdida de energía en reposo.

J.M.C.

¿Eres de los que llena la bañera o se pasa veinte minutos bajo la ducha? ¿Precalientas el horno más de la cuenta "por si acaso"? ¿Crees que la única opción de aliviarte del calor del verano es tener puesto el aire acondicionado a 20ºC? Aquí os dejamos una lista con pequeños trucos que podemos seguir para mejorar la eficiencia de nuestros hogares y reducir el consumo energético, algo que siempre le viene bien tanto al medioambiente como a nuestros bolsillos.

Los electrodomésticos, siempre a punto

Lo barato sale caro. Y lo estropeado, en términos de eficiencia, más aún. Por eso, debemos comprobar el buen funcionamiento de nuestros electrodomésticos, para que no gasten más energía de la necesaria por falta de mantenimiento. Sistemas de calefacción, hornos, frigoríficos, lavadoras... todos los aparatos consumen más si no están a punto. Si vemos que hay algún desperfecto, arreglarlos cuanto antes o incluso comprar otro nuevo si no tiene fácil solución.

Y si finalmente tienes que cambiar de electrodoméstico, lo mejor es buscar aquellos que tengan un buen nivel de eficiencia energética. Para ello debemos comprobar las etiquetas que clasifican la calidad del producto mediante letras (de la A a la G, siendo la primera la mejor). Así conseguiremos ahorrar en la factura de la luz y ayudas a su vez a reducir las emisiones de dióxido de carbono.

Lavar en frío y ciclos cortos

Una de las tareas del hogar principales es lavar la ropa, donde surgen dos de los electrodomésticos que más gasto producen. ¿Cómo aumentar nuestra eficiencia en un acto tan cotidiano como utilizar la lavadora o la secadora? Comprar aparatos con una etiqueta de nivel energético A, como hemos visto, es un gran primer paso. Y a la hora de lavar, no es necesario poner el programa más largo y completo. Si la ropa no está completamente manchada, es mejor hacer uso de los programas ecológicos que ahorran agua, llenar siempre bien el tambor de carga o poner ciclos cortos y agua 'fría' (30ºC es suficiente para acabar con las manchas normales).

Si nos toca secar la ropa, hay que tratar de evitar la secadora siempre que podamos. El calor y las vueltas que tiene que provocar la convierte en una voraz consumidora de energía. Por ello, recomendamos utilizarla solo en situaciones estrictamente necesarias. Tender la ropa para que se seque de manera natural es mucho más eficiente.

Cocina con cabeza

A la hora de cocinar, hay que estar atento a una serie de consejos. Cuando vayamos a hervir algo, siempre ponerle tapa a la cacerola para que no se disipe el calor (sobre todo al principio, antes de que rompa a hervir) y no pasarnos con la cantidad de agua, ya que si no tardaría más en calentarse. Para calentar, las placas de inducción son más eficientes que la vitrocerámica. Para pequeños platos ya cocinados, mejor utilizar el microondas que una sartén. Aprovéchate del calor residual: la cocina eléctrica y el horno se mantienen calientes durante un tiempo una vez los apagamos, lo que podríamos aprovechar para calentar otros alimentos (pan, por ejemplo) o terminar de dar ese puntito de cocción a la comida que estemos preparando sin malgastar electricidad. Y no precalentar el horno si no es estrictamente necesario y evitar abrir y cerrar continuamente la puerta para ver cómo va el interior (usa la luz).

Ojo con el frigorífico

Otro de los electrodomésticos clave a la hora de aumentar la eficiencia en la cocina es el frigo. Controlar el termostato para que esté a una temperatura razonable, no por debajo de lo normal (a menos grados, más energía es necesaria para mantener el frío). Además, evita pegarlo demasiado a otros aparatos que desprenden calor como la vitrocerámica, el microondas o el horno. Si tenemos que coger algo del interior, pensar antes de abrir la puerta: mantenerla abierta durante mucho tiempo disipa el frío del interior (por eso también debemos comprobar que está cierre bien). Los alimentos recién cocinados es mejor esperar a que se templen antes de introducirlos.

Aunque mucha gente lo desconozca, el frigorífico consume mucho más si está estropeado u obstruido. Así que debemos mantener sin polvo las rejillas de ventilación y no pegarlo demasiado a la pared, para que el aire pueda fluir por los laterales y por detrás.

El frigo también gasta mucha más energía si acumula placas de hielo en su interior. Un aparato 'no frost' es ideal para evitarlo, pero en el caso de que no dispongamos de esta característica en nuestro electrodoméstico, debemos recordar descongelarlo periódicamente (para eso, la mejor opción es esperar a consumir la comida y desconectarlo).

Usa LED para iluminar

Está totalmente comprobado: las luces LED son más eficientes que las antiguas bombillas incandescentes (más de un 80% en la reducción de consumo). Y no iluminan peor. Aunque suponga un nivel de gasto inicialmente superior, utilizar mecanismos de presencia que enciendan o apaguen las luces cuando detectan a una persona es otra gran manera de ahorrar. Y, sobre todo, lo más importante es no ser despistado y apagar las luces en las habitaciones en las que no vayamos a estar.

Adiós al 'pilotito rojo'

Las pérdidas de energía de aparatos electrónicos en reposo son el problema más fácil que podemos revertir. Todos los expertos inciden en lo mismo como primer paso para mejorar la eficiencia en el hogar: acabar con el 'stand by'. Televisiones, consolas, ordenadores... Los aparatos electrónicos que se quedan con la lucecilla roja continúan consumiendo energía, aunque sea en pequeñas cantidades. Pero poco a poco provocan entre el 5 y el 13% del consumo eléctrico en países occidentales. Utiliza regletas o enchufes múltiples con un interruptor propio para facilitar la desconexión de varios aparatos a la vez.

En cuanto a los objetos que requieran ser cargados, como ordenadores, teléfonos móviles o maquinillas, también hay que desconectarlos de la red eléctrica una vez lleguen a su tope de batería. Mantenerlos en la corriente hace que consuma algo de energía. Los ordenadores, una vez dejados de utilizar, es mejor apagarlos: no solo evitarás que la batería disipe energía, sino que ayudarás a que no se estropee por posible sobrecalentamiento.

Aclimata correctamente las estancias

Mantener la casa fresca en verano y cálida en invierno sin despilfarrar en aire acondicionado o calefacción. Aunque no lo creamos, hay pequeños trucos para lograrlo. Debemos tratar de lograr el mejor aislamiento térmico de la casa para tener una temperatura adecuada. Cambiar las ventanas tradicionales por otras aislantes es un primer paso: con un cristal más grueso evitamos la entrada del frío en las noches invernales, además de suprimir los ruidos que vengan del exterior.

Si queremos refrescar la casa en verano, mantener las persianas bajadas durante el mediodía y principio de la tarde, cuando más pega el sol, ayuda a no sobrecalentar las estancias. Abrir ventanas y airear las habitaciones a primera hora de la mañana, cuando más frío hace, también es bueno para refrescar el hogar y mantener una buena aclimatación.

Ducha rápida, no baño

Por último, cabe incidir en el uso del agua. Si decíamos antes que a la hora de cocinar, fregar o lavar ropa hay que estar atentos para no desperdiciarla, de igual forma ocurre cuando nos aseamos. No vamos a recomendar el 'coduching' porque está claro que no funciona, pero sí otros pequeños trucos que, aunque parezcan obvios, sirven. Primero, prioriza las duchas cortas por delante de llenar la bañera y, sobre todo, apaga el grifo mientras te enjabonas. Si pierdes la noción temporal cuando estás bajo el agua, usa música: canta o silba una canción para acotar al mínimo el tiempo que estás duchándote. O, incluso, instala un economizador que limite la cantidad de agua que consumes.