ESTUDIO

El calor extremo en verano ha disparado un 10% las hospitalizaciones en España en la última década

Los ingresos que más aumentan son los relacionados con obesidad (97,5%), insuficiencias renales (77,7%), infecciones urinarias (74,6%), sepsis (54,3%) y trastornos endocrinos (52%)

Sanitarios atienden a un paciente ingresado en una unidad de cuidados intensivos.

Sanitarios atienden a un paciente ingresado en una unidad de cuidados intensivos. / Julio Carbo

Valentina Raffio

Valentina Raffio

El avance de la crisis climática está dando lugar a veranos cada vez más cálidos en España. Esto junto a la llegada de olas de calor más frecuentes y extremas no solo se refleja en los termómetros sino que, tal y como apuntan innumerables estudios, tiene un impacto directo en la salud de la población española. Un análisis de ISGlobal muestra cómo los extremos de calor han provocado un aumento de los ingresos hospitalarios en toda España en la última década. Sobre todo entre niños menores de un año y personas de más de 85. En ciudades como Barcelona, por ejemplo, se registra un aumento de ingresos del 13,5% y en Madrid del 9,5%. En los casos más extremos, como Zaragoza y Guipúzcoa, el número de ingresos se dispara por encima del 16% durante los meses de calor.

Barcelona registra un aumento de ingresos del 13,5% frente al 9,5% de Madrid o el más del 16% de Zaragoza

Hace años que la comunidad científica advierte de los riesgos del calor extremo para la salud humana. Por un lado, porque estar expuesto a temperaturas extremas aumenta el riesgo de sufrir golpes de calor. Y por otro lado, y quizás más preocupante, porque el calor en sí actúa como disparador o acelerador de enfermedades preexistentes. El análisis publicado este mismo miércoles, de hecho, apunta a que el conjunto de ingresos por todo tipo de enfermedades aumenta alrededor de un 10% durante los meses de calor extremo. Este fenómeno se ha visto incrementado en los últimos años debido al aumento de las temperaturas veraniegas y a los extremos de calor cada vez más elevados que se registran en España.

Enfermedades que más empeoran

Los registros apuntan a que las enfermedades que más empeoran con las altas temperaturas son los trastornos endocrinos y metabólicos (en los que se registra un 52,5% más de ingresos) o los derivados de la obesidad (cuya incidencia se dispara un 97,8%). Los especialistas que han liderado este estudio, encabezados por el investigador Hicham Achebak, sugieren que este fenómeno podría deberse a que las personas con obesidad tienen más problemas para regular su temperatura corporal en tanto que "la grasa actúa como aislante" y, de este modo, los dejaría más expuestos a sufrir los efectos extremos del calor en su organismo. Pero este no es el único caso.

Los ingresos por trastornos mentales y de comportamiento aumentan un 28% en verano

Los ingresos por insuficiencia renal aumentan un 77,7% en los veranos de temperaturas extremas. Las hospitalizaciones por infecciones urinarias se incrementan un 74,6%. Las infecciones por sepsis, que en los casos más graves pueden resultar mortales, suben un 54,3% en los meses de calor.

Los casos de intoxicación tanto por fármacos como por otras sustancias no medicinales aumentan un 47% cuando los termómetros marcan valores extremos. Las enfermedades respiratorias y los cuadros más graves de bronquitis suben entre un 27% y un 31%. Y los ingresos hospitalarios por trastornos mentales y del comportamiento, ya sea por esquizofrenia o por depresión, se incrementan alrededor de un 28% en condiciones de calor extremo.

En la mayoría de casos todavía se desconoce cómo el calor consigue desencadenar resultados tan adversos para la salud pero, según explican los expertos, parece que tiene que ver con la forma en la que nuestro propio cuerpo regula su temperatura. Hay estudios que apuntan a que cuando los termómetros superan un cierto umbral de calor extremo nuestros cuerpos entran en una especie de "estado crítico" en el que se dispara el metabolismo y se pone en marcha toda la maquinaria para intentar reducir la temperatura interna.

Según algunos estudios, superado cierto umbral de calor el cuerpo entra en un "estado crítico" en el que se dispara el metabolismo

Un análisis de la Universidad de Roehampton (Reino Unido) ya apuntó a que este proceso, en los casos más extremos, puede desencadenar "daños en cascada" que afectan desde el conjunto del sistema circulatorio a órganos como el cerebro, el hígado, los pulmones y el corazón. Esto, a su vez, podría explicar el aumento de la incidencia de enfermedades metabólicas, cardiacas y respiratorias.

Colectivos más afectados

Según apunta el estudio liderado por ISGlobal, en colaboración con expertos del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (Inserm) de Francia, el calor extremo impacta de forma diferente en hombres y en mujeres. Los registros, de hecho, muestran que en los días más calurosos los hombres tuvieron un mayor riesgo de hospitalización por lesiones, mientras que las mujeres fueron más afectadas por enfermedades parasitarias, endocrinas y metabólicas, respiratorias o urinarias.

En este sentido, los expertos destacan que las mujeres destacan como uno de los colectivos más vulnerables a las altas temperaturas ya que "sus mecanismos de sudoración se activan más tarde y a partir de un umbral más alto de calor" y, por lo tanto, son más susceptibles a sufrir daños por calor extremo.

Las mujeres son más vulnerables que los hombres porque "sus mecanismos de sudoración se activan más tarde" y, por tanto, son más susceptibles a sufrir daños

También hay estudios que alertan sobre el impacto del calor extremo en niños y ancianos. En el caso de los menores, la elevada actividad física (muchas veces en entornos especialmente expuestos al calor), la posible falta de medidas de protección (como la ingesta de agua) y las propias características metabólicas de la edad pueden exponerlos a un mayor riesgo de sufrir un golpe de calor.

En el caso de los ancianos, en cambio, preocupa la acumulación de enfermedades crónicas, el efecto de la medicación, la reducción de la propia capacidad de producir sudor o factores como la disminución de la sed, que a su vez aumenta el riesgo de deshidratación y de golpe de calor.

Cada vez son más los estudios que señalan que los peligros derivados del calor no solo se concentran durante los días de ola de calor sino, en general, en el conjunto de meses estivales donde los termómetros están alcanzando valores cada vez más altos y de forma sostenida en el tiempo. "Por eso defendemos que los sistemas de alerta temprana deberían activarse no sólo durante los días de ola de calor, sino también durante periodos en que se registren temperaturas extremas de forma no persistente", afirma Joan Ballester Claramunt, investigador de ISGlobal y coautor del estudio. Hace tan solo una semana, el Ministerio de Sanidad presentó un nuevo sistema de alertas por calor en España en el que, por ejemplo, Asturias puede activar un aviso por calor a partir de los 24 grados y Córdoba a partir de los 40.