LA VIDA CONTIGO

Alejandro Entrambasaguas: "Feijóo llamó a Juan Carlos y le dijo que, de ser investido presidente, él podría volver a España"

El periodista de 'El Debate' acaba de publicar un libro donde indaga en la vida lujosa y discreta que el rey emérito lleva en Abu Dabi, donde reside desde 2020

Alejandro Entrambasaguas.

Alejandro Entrambasaguas. / ALFONSO ÚCAR

En 2020, Juan Carlos I dejó de percibir su salario. Se lo quitó su hijo Felipe, quien, después de descubrir que su nombre figuraba junto al de su padre como beneficiario de una fundación con fondos millonarios en el extranjero, señaló públicamente que renunciaba a la herencia de su progenitor y que la Corona debía "preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente". Aquel mismo año, apartado ya de la vida pública, el emérito se marchó sin honores a Abu Dabi. Desde entonces reside en la capital de Emiratos Árabes Unidos, donde lleva una vida lujosa y discreta de la que ahora habla el libro Juan Carlos I, el Rey en el desierto (La esfera de los libros), del periodista de investigación Alejandro Entrambasaguas.

"El libro fue un encargo de la editorial", comenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. "Había muchos rumores sobre su abrupta salida de España y sobre la vida que lleva en Abu Dabi. Aproveché que durante mi estancia en EAU conseguí establecer una relación cordial con Juan Carlos para investigar ambos asuntos y para escribir sobre un tema que nadie había tratado aún en un libro".

P. ¿Por qué escogió Juan Carlos un país como Emiratos Árabes Unidos para fijar su residencia?

Cuando le dicen que se tiene que marchar de España, a él le llueven las ofertas. Estuvo muy cerca de escoger como destino República Dominicana, pero finalmente se decantó por EAU por la buena relación que mantiene con la familia real de Abu Dabi y por cómo le insistieron sus miembros para que lo hiciera. También por tratarse de un país que está relativamente cerca de España y donde la privacidad es una máxima imprescindible, algo que a él también le preocupaba. Sabía que allí se iba a sentir muy seguro.

P. Ni el Gobierno ni la Casa Real quieren su vuelta a España. ¿Cómo vive él ese hecho?

Con mucho dolor y mucha tristeza, porque a él le encantaría poder regresar. De hecho, cuando viene puntualmente a las regatas en Galicia o a alguna celebración familiar no le permiten pernoctar en Zarzuela, y él no entiende esa imposición. Cuando ha venido a Madrid alguna vez ha optado siempre por dormir en el avión o fuera del país. El día de la jura de la Constitución de su nieta la princesa Leonor, por ejemplo, durmió en Londres, lo cual es un poco surrealista.

P. Debe ser duro para él ver cómo todos esos amigos poderosos a los que tanto ayudó en su día ahora apoyan a Felipe, que para eso es quien ostenta el poder.

Sí, pero él no siente eso. Yo siempre digo que un rey no tiene amigos, pero sí personas que conforman un círculo íntimo. En ese sentido, Juan Carlos se siente muy respaldado. Una de las cosas que apenas se conocen es que está recibiendo visitas frecuentes de esos amigos que tiene. Uno sería Félix Sanz Roldán, el exdirector del CNI, quien para él representa el valor supremo de la lealtad. Su gente de confianza sigue estando a su lado, lo que pasa es que no lo publicita.

P. ¿Qué otras personas forman parte de su selecto círculo íntimo?

Pedro Campos también ha sido una figura muy importante para él. Su apoyo no ha sido solo privado, sino también público. Le ha invitado a su casa en Galicia en muchas ocasiones. También están ahí sus médicos de confianza: tiene uno en Barcelona y otro en Vitoria, y ambos van a visitarlo continuamente. Luego también hay personas de su familia que lo visitan con frecuencia. Algunas, como sus dos hijas, son muy conocidas, pero otras no lo son tanto, como Pedro de Borbón-Dos Sicilias. 

P. También forma parte de ese círculo la que fuera su amante Marta Gayá.

A mí me consta que ella va a visitarlo de manera bastante frecuente. Ha sido una mujer muy importante en la vida de Juan Carlos y lo sigue siendo. Lo que más destaca de ella es su discreción. 

P. ¿Qué opina sobre la aparente inquina con que le tratan algunas de sus antiguas amantes, como Corinna?

Considera que Corinna es una mujer despechada que, además, ha traspasado todas las líneas rojas con el único objetivo de rentabilizar económicamente la relación que mantuvieron hace años. Esto es algo que hemos visto en los últimos procedimientos judiciales. Corinna inventó una conspiración para acusar a Juan Carlos de un supuesto acoso que ha quedado acreditado como falso y que solo tenía por objetivo una reclamación económica de 146 millones de dólares. 

P. ¿Tampoco le sorprende lo que ha dicho Bárbara Rey?

A mí me consta que a Juan Carlos le han hecho llegar las declaraciones del hijo de Bárbara Rey, y para él no hay nada nuevo aquí. Juan Carlos reconoce el chantaje a su entorno, y ha habido altos cargos del Estado que han reconocido que se intermedió para comprar el silencio de Bárbara ofreciéndole un contrato en la televisión pública.

P. ¿Está convencido Juan Carlos de que los pecados que se le atribuyen son exagerados?

A día de hoy, Juan Carlos tiene la conciencia tranquila, porque todas las acusaciones que le han hecho han quedado archivadas a nivel jurídico. 

P. Bueno, las investigaciones de Suiza y España acreditaron sus irregularidades. Lo que pasa es que los delitos no son perseguibles judicialmente porque están prescritos o porque se cometieron cuando gozaba de inviolabilidad.

En cuanto al tema de la inviolabilidad, esto es algo que entra dentro de las reglas del juego, algo que figura en la Constitución. A Juan Carlos lo único que se le puede reprochar es que no declarara a Hacienda una serie de ingresos que le hicieron en especie. La mayoría de ese tipo de fondos económicos eran viajes, vuelos privados,... y cosas que no fueron declaradas. La propia Fiscalía ha declarado que sus regularizaciones fiscales fueron voluntarias y espontáneas, y que nunca hubo delito de fraude fiscal. 

P. ¿Mantiene Juan Carlos algún tipo de contacto con su hijo?

Sí. A diferencia de lo que mucha gente piensa por los rumores que circulan, sí que mantienen contacto. Obviamente se trata de un contacto telefónico, aunque yo en el libro revelo un encuentro personal que mantuvieron en Abu Dabi antes de que Juan Carlos viniera a España por primera vez.

P. Lo que llegó a mis oídos es que hoy día solo hablan a través de personas interpuestas.

Es verdad que hay una persona importante, el duque de Calabria, Pedro Borbón Dos Sicilias, que es quien ejerce de puente entre padre e hijo. Pero ellos sí mantienen una relación telefónica fluida.

P. ¿Alguna vez te ha hablado de lo que siente por Sofía?

Ese es un tema delicado. Uno de los momentos más delicados fue aquel en el que Juan Carlos tuvo que preparar su salida de España. Días antes de que eso pasara, organizó en un restaurante de Madrid una comida secreta junto a las personas que le acompañaron durante su etapa como jefe del Estado para despedirse de ellas. Fue una despedida encubierta, porque él no les dijo a los comensales que se iba fuera de España. En esa comida estuvo la reina Sofía, que le mostró su apoyo. Eso de que la reina no ha ido a visitarlo nunca porque no le apoya, no es cierto. Sofía está a su lado y ambos mantienen una relación cordial.

P. Otra cosa que comentas es que los días del emérito "se suceden uno tras otro con una rutina gris".

Sí, es una rutina monótona y casi me atrevería a decir que aburrida. Salvo que tenga alguna visita, cosa que pasa de manera habitual pero no todos los días, lleva una vida muy de monje: madruga, se pone a leer la prensa y pasa mucho tiempo hablando por teléfono. En el libro comento que no solo habla con amigos, sino también con políticos. Una de las personas con las que habla de manera habitual es Isabel Díaz Ayuso, pero también aparecen otros nombres como Felipe González. De vez en cuando va a visitarlo el presidente de EAU. Para este último Juan Carlos es, más que un amigo, una especie de hermano. Le pide consejo sobre determinadas cuestiones internas del país, algunas inversiones económicas,... Cuando recibe la visita de algún familiar o amigo es cuando aprovecha para ir a comer o pasear fuera de la isla en la que reside. Lleva una vida muy discreta y muy transparente. 

P. ¿Es cierto que se planteó regresar definitivamente a su país si Núñez Feijóo resultaba investido presidente del Gobierno?

Sí. De hecho, te voy a contar algo en exclusiva: don Juan Carlos recibió una llamada de Núñez Feijóo, con el que habla de manera habitual, en la que este último le dijo que, si él era investido presidente, podría volver a España sin ningún problema ya el mismo día siguiente. Eso es cierto. Juan Carlos estuvo muy pendiente de las elecciones. Al ver que, pese a ganar las elecciones, Núñez Feijóo no había podido formar gobierno, entendió que aquello ya no seguía en pie.

P. Como periodista, ¿no te llama la atención el silencio de la prensa española sobre los mensajes de Jaime del Burgo?

Ese es un tema sobre el que yo personalmente no quiero pronunciarme, porque no tengo ningún elemento de juicio sobre el asunto.

P. Se ha llegado a publicar que Juan Carlos podría estar detrás de la campaña de desprestigio contra Letizia. ¿Qué opinas?

Es absolutamente falso que Juan Carlos esté detrás de ninguna operación. A pesar de las desavenencias que ellos han mantenido, Juan Carlos siempre destaca ante su entorno lo positivo de Letizia. Lo que más destaca es lo bien que ha educado a sus hijas y la buena preparación que está teniendo Leonor, la futura reina. Él considera que Letizia ha aportado frescura y ha sabido adaptar la monarquía al siglo XXI. A mí no me consta que mantenga contacto con Letizia, pero sí tiene contacto con sus nietas. De hecho, Juan Carlos estuvo en la celebración privada posterior a la jura de la Constitución de la princesa Leonor, y ambos han hablado por teléfono en reiteradas ocasiones. 

P. ¿Y cómo ve tu biografiado el futuro de la monarquía española?

Juan Carlos considera que su nieta va a ser la próxima reina de España. No obstante, en estos momento es testigo de cómo ejerce su hijo de jefe de Estado. Reconoce que lo está haciendo mejor que él. Está orgulloso de cómo lo está haciendo su hijo, entre otras cosas, por seguir los consejos que siempre le ha dado.