FENÓMENO CULTURAL

Funk carioca: el estilo musical de las favelas de Río de Janeiro que ha conquistado las pistas de baile del mundo

El Museo de Arte de Río (M.A.R) dedica su exposición principal a un género musical que gracias a Anitta ha adquirido una dimensión global y de masas

'Soundystem' de un baile funk en una favela de Río de Janeiro. La imagen está recogida en el libro 'Rio Baile Funk'.

'Soundystem' de un baile funk en una favela de Río de Janeiro. La imagen está recogida en el libro 'Rio Baile Funk'. / Vincent Rosenblatt

A mediados de 2023, el lanzamiento del videoclip Funk rave de Anitta estuvo precedido de una fuerte polémica por sus presuntas escenas de sexo oral. En realidad, el sexo oral del vídeoclip no era explícito: Anitta protagonizaba una escena caliente con un hombre que juega al fútbol en una favela, intercalada con imágenes de una naranja exprimida o de la artista chupando una especie de polo. Anitta se rio del escándalo, alegando que el sexo oral "siempre fue la idea" de la escena. La lluvia de críticas continuó, especialmente contra la sexualización de hombres negros y de las mujeres que rebolan (algo así como "menean") sus traseros en la favela Tijuquinha de Río de Janeiro. “La canción es un rescate de la cultura que creó esa Anitta que conocéis. Un homenaje al ritmo del funk, la cultura de las comunidades (favelas) y del suburbio, a la estética de los bailes funk", argumentó entonces la artista.

Anitta se refiere el estilo musical conocido como funk carioca o funk de favela, que a principios de los años dos mil llegó a las pistas de baile del mundo. Un estilo bastardo que a partir de los años ochenta abandonó su origen funk y soul, se mezcló con Miami bass y ritmos electrónicos. Un género musical cocinado en los bailes funk de las favelas de Río de Janeiro en cuyas letras se amalgaman sexo explícito, problemas sociales e incluso cierta apología al tráfico de drogas (en su variante proibidão). El escándalo de Anitta revela la incomprensión del circuito musical mainstream ante un estilo que es el rey indiscutible de Spotify en Brasil en número de visitas. Y que tiene en su esencia las letras casi pornográficas.

La exposición FUNK: Um grito de ousadia e liberdade, del Museo de Arte de Río (M.A.R), inaugurada a finales de 2023, es todo un homenaje a un estilo sonoro nacido en los márgenes. La muestra, compuesta por más de novecientos objetos expositivos, aborda el funk carioca como un fenómeno cultural urbano, con desdoblamientos estéticos, políticos y económicos. "Mucha gente tiene prejuicios porque es una música que se escucha alta, y también por racismo", asegura Marcelo Campos, comisario jefe del M.A.R.

Del soul al beat


La primera sala de la exposición está dedicada a la influencia de la black music en Río de Janeiro. En los años setenta, proliferaron bailes de soul y funk estadounidense en el suburbio carioca, muchos de ellos en el espacio público. Aunque a partir de los ochenta llegaron el Miami bass y otros estilos electrónicos, los espacios festivos y los ritos de la black music en Río de Janeiro propiciaron lo que hoy se conoce como baile funk. El single Planet Rock de Afrika Bambaataa y Soulsonic Force, de 1982, un cruce de James Brown y la electrónica de Kraftwerk, fue un auténtico meteorito en el universo del baile funk. "Lo que mucha gente no sabe es que el funk carioca es una música muy brasileña. Tiene ritmos del maculelê y el candomblé (manifestaciones culturales brasileñas de matriz africana)", afirma Marcelo Campos.

Gê Viana,  'Radiola de promessa' (2022), una de las obras que se pueden ver en la muestra.

Gê Viana, 'Radiola de promessa' (2022), una de las obras que se pueden ver en la muestra. / M.A.R.

Durante los años noventa, el laboratorio sonoro de las favelas de Río de Janeiro consolidó un estilo propio. Dj Marlboro, todo un embajador del funk carioca, trabajó duramente para exportar el sonido al resto del país. En 1995, explotaba el éxito Rap da felicidade, de Cidinho & Doca, cuya letra se convirtió en todo un himno de las favelas de Brasil: "Yo solo quiero ser feliz / Andar tranquilamente en la favela donde nací". Al inicio de los años dos mil, artistas como Catra, Tati Quebra Barraco, Valesca Popozuda o Deize Tigrona seducían a la clase media brasileña con la receta funkeira de sexo y elogio de la vida en los márgenes. "El funk tiene esa potencia de originalidad, la osadía de la cultura de la favela. El favelado es audacioso, creativo, le da la vuelta a los problemas sociales y hace malabarismos para poder sobrevivir", asegura Deize Tigrona a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

El 'funk' tiene esa potencia de originalidad, la osadía de la cultura de la favela"

Deize Tigrona

— Artista de 'funk carioca'

El mundo se rindió al funk carioca en los inicios de los años dos mil. En 2003, la canción Quem que Caguetou?", de Tejo, Black Alien y Speed, arrasaba en Europa y acabó en un anuncio de una marca de coches. Dj Marlboro triunfó en el Sónar de Barcelona en 2004. Catra, DJ Sandrinho o Tati Quebra Barraco conquistaron Europa. El funk carioca, con su torrente de energía, era la niña bonita de las pistas de baile, gracias a djs y músicos como Diplo, Buraka Som Sistema o M.I.A., que regrabó Injeção, de Deize Tigrona. El fotógrafo francés Vincent Rosenblatt, que lleva dos décadas registrando bailes funk y que tiene mucho material expuesto en el M.A.R, reflexiona sobre la capacidad de seducción de dicho estilo musical. "La primera vez que fui a un baile funk, todo me encantó y pensé desde el primer momento: esto me va a entretener durante mucho tiempo. Fue en 2005... Desde el punto de vista musical, de las letras, el funk me explicaba la verdad y las tensiones de las relaciones en Rio de Janeiro", asegura Vincent a este medio.

Veinte años antes del escándalo del sexo oral de Anitta, Tati Quebra Barraco decía sin tapujos en sus letras "abre las piernas y mete la lengua”. Deize Tigrona triunfaba diciendo "yo follo con quien quiero, porque mi coño es mío". Y los conciertos de la Gaiola das Popozudas incluían el striptease de una enana. La paradoja es que mientras que la clase media critica el machismo de las letras del funk carioca, las artistas femeninas del género se sienten parte de una revolución. El funk es feminista, escribía la periodista y profesora de filosofía Carla Rodrigues en 2012, en uno de los primeros artículos que resaltaban la importancia de que las mujeres funkeiras reivindicaran el sexo por puro placer. "El funk carioca es una ostentación de ritmo, rituales, territorios e identidades", escribe Vincent Rosenblatt en la introducción de su foto-libro Rio Baile Funk.

Nuevo Glamour

A partir de 2013, el funk carioca comenzó un giro hacia el glamur. La carrera en solitario de Valesca Popozuda cantante histórica de la Gaiola das Popozudas, considerada la reina del funk carioca despegó con el clip Beijinho no ombro, una mega producción muy alejada de la estética de favela. Por otro lado, el funk carioca se empezaba a conocer ya como funk brasileiro. Y empezaba a arrasar en São Paulo, donde el rap siempre fue mucho más popular, adoptando una glamurosa estética cinematográfica. El clip Baile de Favela, de MC João, primero del género que alcanzó los cien millones de visitas en You Tube, marcó un antes y un después. Desde São Paulo, las mega producciones lanzaron al funk hacia el universo mainstream. Atrás quedaban vídeos caseros como Passinho do volante, de MC Federado e os Leleques, con coreografías casi improvisadas en una favela de Río de Janeiro. El funk ostentação, en el que los artistas usan ropas de marca, posan junto a vehículos caros y hablan de consumo, tiene cada vez más público.

El 'funk pop' que conquistó Brasil tal vez pueda ayudar a esos otros Brasiles a entender y respetar más al 'funk' del baile de favela. Yo pude ver de cerca la precariedad y la fragilidad de una escena que estaba en los márgenes, siempre amenazada"

Vincent Rosenblatt

— Fotógrafo, autor del foto-libro 'Rio Baile Funk'

Artistas como Anitta y Ludmilla recogieron el legado glam del funk brasileiro. Anitta exportó el funk al mundo, cantando en inglés y español, arropando el estilo en aromas pop. "El funk pop que conquistó Brasil tal vez pueda ayudar a esos otros Brasiles a entender y respetar más al funk del baile de favela. Yo pude ver de cerca la precariedad y la fragilidad de una escena que estaba en los márgenes, siempre amenazada", asegura Vincent Rosenblatt. Para Deize Tigrona, el funk, a pesar del proceso de glamurización, no ha perdido su esencia: "Las plataformas digitales están agitando todo y hay un crecimiento de subgéneros dentro del funk. No es malo. Mi canción Sadomasoquista es de 1998, y los adolescentes la siguen cantando". La gran diferencia es, según Tigrona, dar un concierto en una favela de Río o en el asfalto de São Paulo, porque nada iguala en emoción al formato baile funk.

Bruno Lyfe, 'Tá ok' (2023), otra de las obras que se exhiben.

Bruno Lyfe, 'Tá ok' (2023), otra de las obras que se exhiben. / M.A.R.

La esencia del funk está los detalles. El vídeo Dança Batalha dos Passinhos de la exposición del M.A.R, que intenta explicar las competiciones de baile que se producen en las favelas de Río de Janeiro, revela uno de ellos. Los passinhos, coreografías exclusivas que cada bailarín o conjunto de bailarines crea, son una fuerte fuente de identidad y prestigio. "Quien tiene poder en la favela, o es traficante o es bailarín", explica una persona entrevistada en el vídeo.