QUÉ VER EN MADRID

Liria se asoma al arte contemporáneo

El palacio del Duque de Alba, con una impresionante colección de arte de otras épocas, inaugura una sala de exposiciones de creadores actuales. Estos días, algunas piezas se instalan en los salones de siempre

Pieza inspirada en un meteorito rodeado de órbitas, de Denise De La Rue, que se exhibe hasta que finalice ARCOmadrid en el Salón Estuardo del Palacio de Liria.

Pieza inspirada en un meteorito rodeado de órbitas, de Denise De La Rue, que se exhibe hasta que finalice ARCOmadrid en el Salón Estuardo del Palacio de Liria. / Oak Taylor-Smith

Jacobo de Arce

Jacobo de Arce

La apertura al público del Palacio de Liria, hace algo más de cuatro años, dio la oportunidad a madrileños y visitantes de acceder a la residencia privada más importante de la ciudad en términos de patrimonio histórico y artístico. El recorrido por la parte visitable del imponente edificio neoclásico construido por Ventura Rodríguez a finales del siglo XVIII, y reconstruido tras ser bombardeado en la Guerra Civil, es un suntuoso paseo por estancias salpicadas de Goyas, Riberas o Rubens, además de infinitos objetos decorativos y documentos de gran valor. Un viaje al pasado, a la historia de un país y de un mundo de otra época, vistos aquí desde la atalaya de la más alta aristocracia.  

Ahora, el palacio de la calle Princesa acaba de inaugurar un espacio que dedicará de forma casi permanente al arte contemporáneo. Se sitúa en un edificio aledaño al principal que originalmente albergaba las caballerizas, y que el abuelo del actual duque amplió para alojar lo que se llamó ‘el museíllo’: el lugar donde, al terminar la guerra, "estaban depositados todos los cuadros hasta que finalizaran las obras de reconstrucción del palacio", contaba el propio duque hace unos días, durante la inauguración del espacio. 

Vista de la nueva sala de arte contemporáneo del Palacio de Liria, con la exposición de Denise de la Rue 'Un nuevo mundo'.

Vista de la nueva sala de arte contemporáneo del Palacio de Liria, con la exposición de Denise de la Rue 'Un nuevo mundo'. / Oak Taylor-Smith

El aristócrata ya había manifestado en alguna ocasión su voluntad de acercarse a la creación contemporánea más allá de alguna pieza adquirida pero no expuesta, y Álvaro Romero, director cultural de la Fundación Casa de Alba, recogió el guante: "Si no apoyamos a artistas actuales, la colección se queda muerta", asegura a este diario. Y se retrotrae al XIV Duque de Alba para buscar un antecedente histórico del interés de la familia por el arte de su tiempo, cuando este trató en el primer tercio del siglo XIX, sin éxito, de organizar un espacio expositivo en el que reunir las piezas de escultores de la época adquiridas durante su grand tour. En la nueva sala recién abierta habrá una muestra por año, y la familia se quedará con una de las piezas exhibidas para que forme parte de su colección.

Denise De La Rue y Carlos Fitz-James Stuart, el día de la inauguración de la exposición y de la nueva sala.

Denise De La Rue y Carlos Fitz-James Stuart, el día de la inauguración de la exposición y de la nueva sala. / Javier Echanove

El proyecto elegido para empezar es Un Nuevo Mundo, de la artista mexicana Denise De La Rue. Consiste en 17 esculturas inspiradas en uno de los tesoros del palacio, las cartas manuscritas por Colón durante sus exploraciones del continente americano. "Tuve la idea de hacer un paralelismo con la exploración espacial -explica la artista-, porque para Colón el mar era la última frontera, y para nosotros lo son las estrellas. Contacté con NASA y me dejaron también usar sus documentos de la exploración de las misiones Apollo". En las piezas, algunas esféricas inspiradas en meteoritos y otras planchas de kapton foil como las que se usaban en los transbordadores espaciales, la artista ha imprimido mensajes sacados de esos dos grupos de documentos.  

Además, y solamente hasta que termine ARCOmadrid (del 6 al 10 de marzo), los visitantes tanto de la sala como del conjunto del Palacio podrán conocer también las tres piezas (una réplica de un meteorito y dos del ‘disco de oro’ enviado al espacio con el que el divulgador Carl Sagan quería transmitir a nuestros posibles vecinos una muestra de las culturas que habitaban la Tierra) que, a modo de instalación y con recursos multimedia, han sido colocadas en diferentes estancias del edificio principal: la biblioteca, el salón Estuardo y el salón de baile. El resto de la exposición dura hasta julio, aunque es posible que se prorrogue. Después se acogerá un nuevo proyecto, pero eso será ya a principios de 2025. Porque la inmersión de los Alba en lo contemporáneo parece, por ahora, progresiva: reformulando la célebre frase de El Gatopardo, que algo cambie, pero que casi todo siga igual.