ENTREVISTA

Angélica Liddell: "No hubiera sobrevivido al dolor sin la ayuda del diablo"

La premiada escritora, directora, actriz y dramaturga estrena 'Vudú (3318) Blixen' en el Festival Temporada Alta. Su teatro rescata el lado oscuro del ser humano y nunca deja a nadie indiferente

Angélica Liddell, retratada en Barcelona en el verano de 2021.

Angélica Liddell, retratada en Barcelona en el verano de 2021. / ARCHIVO

Las propuestas de la premiada escritora, directora, actriz y dramaturga Angélica Liddell (Figueres, 1966) nunca dejan indiferente. Las amas o las odias. En el escenario se transforma y conecta con esa herida de donde surgen sus creaciones, brutales, bellas e impactantes. "En vez de descuartizar niños, escribo. ¿Tendré que repetirlo una vez más? Mis venganzas son ritos, sacrificios estéticos en los altares de lo incomprensible", dice la artista en Kuxmmannsanta, su último libro. Su teatro rescata la parte oscura y ancestral que anida en el ser humano y lo transforma en arte. Sus espectáculos son un desafío y Vudú (3318) Blixen, que estrena en el Festival Temporada Alta, promete. Tiene algo de satánico, dura seis horas y conecta con la figura de su admirada Karen Blixen, la autora de Memorias de África, entre otros. Todo está listo ya en Salt para acoger este sábado 18 la primera de las dos funciones del fin de semana de programadores que concentrará en Girona a profesionales del sector de una decena de países.

P. ¿Qué pretende con Vudú (3318) Blixen, a qué se enfrentará el público en esta ambiciosa creación?

R. Quería poner a prueba el poder mágico del escenario. Cada una de las imágenes entraña un ritual para conseguir un mal mayor, que en el fondo es un bien mayor porque se trata de un bien estético, no moral. La obra existe porque el diablo me permite que exista. Yo le he ofrecido mi corazón arrancado en una mano, y el diablo me ha concedido esta obra. Su asistencia ha estado presente de principio a fin. Le debo esta obra al diablo.

"Vudú", el nuevo espectáculo de Angélica Liddell.

"Vudú", el nuevo espectáculo de Angélica Liddell. / LUCA DEL PIA

P. ¿Cuál es el mayor desafío si lo comparamos con anteriores creaciones suyas y cómo se prepara para estar este espectáculo de seis horas, con descansos incluídos?

R. El mayor desafío para el público es reconocerse a sí mismos. Si el arte tiene un objetivo es recordarle al ser humano que es simplemente un ser humano, pura escoria sin glorificación. Me encanta la Comedia onírica de Strindberg porque lo describe con gran maestría, la penosa condición humana. Por mi parte, resisto esas seis horas gracias a la herida, al público y a que después del trabajo me encierro en mi habitación hasta el día siguiente. Tengo una vida totalmente monacal con respecto al trabajo.

P. ¿Cómo está presente el vudú en la obra?

R. Cada una de las acciones pretende tener una consecuencia mortal, como el velo envenenado que Medea regala a la esposa de Jasón. Es una venganza mítica a través de cuanto sucede en escena. Fabrico mi propio muñeco vudú que finalmente es la poesía. Todo, absolutamente todo lo que ocurre en esta obra, son actos vudú dirigidos a esa venganza trágica, estética, ritual. No hubiera sobrevivido a la realidad sin esta venganza estética. No hubiera sobrevivido al dolor sin la ayuda del diablo.

"Vudú", el nuevo espectáculo de Angélica Liddell.

"Vudú", el nuevo espectáculo de Angélica Liddell. / LUCA DEL PIA

P. ¿Qué conexión hay entre Angelica Liddell y Karen Blixen?

R. La baronesa hizo un pacto con el diablo, y el diablo le prometió que todas sus vivencias se transformarían en una obra. Esa es precisamente mi relación con la literatura. Toda mi vida se convierte en obra, pero el demonio a cambio me despedaza, me atormenta y me hostiga por las noches. He de calmarle dándole más obras. Siempre hay que entregar algo muy importante de tu alma para que las vivencias se transformen en canto, para que ese canto exista, para que el berrido primordial exista. Por otra parte, la admiración que siento por Karen Blixen supera cualquier pasión razonable. Simplemente me hubiera gustado ser ella. Hubiera sido capaz de asumir todos sus sufrimientos, sus placeres y sus perversiones con tal de escribir igual que ella, en fin, de ser ella, ella, la baronesa. El arsénico circula por nuestras venas.

"Vudú", el nuevo espectáculo de Angélica Liddell.

"Vudú", el nuevo espectáculo de Angélica Liddell. / LUCA DEL PIA

P. Sus espectáculos son ceremonias fantásticas, rituales que no se parecen a nada pero que conectan con muchas ideas. ¿Se siente como una sacerdotisa en escena o como una medium de emociones?

R. Bueno, siempre aviso a los actores y a las personas que están conmigo por primera vez en un escenario, les digo, cuidado, veréis a otro ser, veréis a una enajenada en su mundo ritual, con sus fantasmas, con todo su odio, con todos sus miedos, con todos sus demonios, como si me hubiera picado una araña y necesitara liberar el veneno. El periodo de construcción de una obra, por contra, es muy estricto y disciplinado. Soy sumamente ordenada, seria y disciplinada, trabajo los textos durante horas, no me gusta improvisar. Pero en el instante de la misa me quedo sola con mis fantasmas, como Jacob con el ángel, y a luchar, siento la guerra interior, esa guerra, y el fuego sale de mi lengua para hacer cabalgar a las palabras que en ese preciso momento salen directamente de la herida, y esa transfiguración sí me permite unir dos mundos, el de los dioses y el de la tierra.