MÚSICA

El veto como arma de guerra

La programación de clásica, inmersa en la vorágine de la invasión rusa de Ucrania

Valery Gergiev.

Valery Gergiev. / EFE

Cosme Marina

La sanguinaria invasión de la Federación Rusa a la República de Ucrania está teniendo fuertes réplicas en la mayoría de los países, con afectaciones derivadas de las sucesivas remesas de sanciones que, con diferentes grados, los bloques están imponiendo a Rusia para tratar de frenar la guerra que está afectando de manera tremenda a la población ucraniana y generando un exilio de enormes proporciones en el continente europeo, sin precedentes en décadas.

El mundo de la música clásica también se ha visto afectado de lleno por el proceso bélico. Vetos y boicots se han convertido en algo habitual que se ha ido acrecentando con el paso de los días.

Rusia es una superpotencia en el ámbito de la música clásica: atesora un repertorio espectacular que constituye un pilar ineludible de la historia de la música y, además, mantiene enorme vigor tanto en intérpretes de primera línea, como en instituciones de enorme influencia y también en el aspecto creativo, con fuerte repercusión asimismo en la ópera. Por tanto, su radio de acción ha sido enorme, especialmente, desde el colapso de la Unión Soviética, y sus artistas y formaciones, tanto camerísticas como sinfónicas, son parte esencial de los circuitos de conciertos de élite.

Bailarines del ballet de San Petersburgo durante el ensayo general de la obra 'Chaikovski pros y contras' del coreógrafo Boris Eifman.

Bailarines del ballet de San Petersburgo durante el ensayo general de la obra 'Chaikovski pros y contras' del coreógrafo Boris Eifman. / ARCHIVO

Sin embargo, la invasión ucraniana ha obligado a una toma de posición. En primer lugar, ha llegado la presión para las figuras más cercanas al actual presidente ruso, Vladimir Putin. Valery Gergiev, sin duda uno de los cinco directores de mayor prestigio de nuestro tiempo, se vio desde el primer momento en el centro de la polémica. Muy cercano a Putin desde que este formase parte del equipo de la alcaldía de San Petersburgo e impulsor del enorme crecimiento del Mariinsky, esa relación tan estrecha le está pasando factura con virulencia. Desde formaciones europeas de las que formaba parte como la Filarmónica de Munich y otras instituciones -Filarmónica de Viena, teatro de la Scala de Milán, por ejemplo- exigieron al músico un posicionamiento claro al respeto de la invasión y al no llegar en los términos que consideraban adecuados han decidido prescindir de sus servicios. Ha sido, sin duda, la más impactante consecuencia en estas semanas, pero no la única. 

La supresión del repertorio de autores como Chaikovski roza el esperpento

La soprano Anna Netrebko también se ha visto en una tesitura similar, pero ella misma ha decidido parar su calendario internacional tras emitir un comunicado. En general, la mayoría de los artistas rusos se han pronunciado al respecto, la mayoría de ellos de manera muy tajante en torno de la guerra. También el director Tugan Sokhiev ha decido dimitir de la titularidad del Bolshoi y de la Orquesta del Capitole de Tolouse.

El director de orquesta Tugan Sokhiev.

El director de orquesta Tugan Sokhiev. / ARCHIVO

En el mundo del impacto continuo en el que vivimos, en el que la voracidad de las redes sociales es insaciable, estamos ya asistiendo a otro tipo de consecuencias que rozan el esperpento: las más llamativas la supresión del repertorio ruso en la programación de algunas orquestas que están cancelando obras de autores como Chaikovski. Llegamos ya al absurdo. Alguien debería explicar con algo de coherencia el porqué de determinadas acciones que no son más que fruto de un oportunismo de baratillo. Estoy seguro de que esto no va a quedar así y que veremos aún otras acciones en la misma línea.