MISCELÁNEA

He venido a hablar de mi libro: Txani Rodríguez

El recorrido de La seca es aún algo muy incierto, pero siento que he escrito sobre lo que quería escribir y he seguido una intuición poderosa

La escritora Txani Rodríguez

La escritora Txani Rodríguez / Aimar Gutierrez Bidarte

Txani Rodríguez

En 2018, me invitaron a escribir un reportaje para la revista Minerva. Yo iba en el tren, no podía alargar mucho la conversación con la editora, así que acepté el encargo enseguida y, para mi propia sorpresa, le apunté en ese mismo momento, como si fuera algo decidido de antemano, el tema sobre el que quería escribir: la saca — la extracción— del corcho en el Parque Natural de Los Alconorcales.

Hice llamadas, entrevisté a corcheros y corcheras, ordené datos y me lancé a redactar con decisión, como si me internara en un terreno familiar. El reportaje se publicó en 2019, ilustrado por Sara Morante. No fui consciente, al entregar aquel texto, de que estaba a punto de abrir una puerta a la ficción desde el periodismo narrativo. El ruido del hacha, el bosque cerrado, las manos negras de lo corcheros me llamaban poderosamente.

Ese universo, tan estético y potente, estaba en mí mucho antes de que yo misma lo supiera, aunque no es raro que me atrajese: soy nieta, hija, sobrina y prima de corcheros. Cuento todo esto porque algo germinó tras la escritura de aquel reportaje: el Parque Natural de Los Alcornocales siempre había sido para mí un territorio mítico, pero al confrontarlo con la realidad — las condiciones laborales de los corcheros, el futuro incierto del oficio— lo mítico se transmutó en conflictivo y, por tanto, en literario.

En la actualidad, los alcornocales están amenazados por una enfermedad que se conoce popularmente como “la seca”. Si los árboles decaen, decaerá un ecosistema singular y una forma de vida, pero, además, el paisaje se verá alterado sin remedio. Me da vértigo pensarlo. El paisaje, tal y como lo concibo, ofrece el consuelo del arraigo — quizá de un modo singular a quienes, como yo, somos hijos de la emigración— y es el paisaje lo que permanece cuando los seres queridos nos van faltando y lo que permanecerá cuando nosotros también faltemos.

Transformación

La protagonista de esta novela, Nuria, verá cómo su mundo afectivo, algo limitado, cambiará durante un verano determinante; un verano en el que, además, tendrá que enfrentarse a la destrucción de su amado paisaje, víctima de las consecuencias del cambio climático y del egoísmo de las personas. La novela muestra, por tanto, la transformación de un entorno concreto y la transformación interior de la protagonista.

Nuria llega al pueblo, desde Euskadi, cansada y con ansiedad, tras haber pasado los últimos meses cuidando de su madre; se enreda de nuevo en una relación con un corchero —¿conviene alargar los amores de verano?—; y recibe la visita imprevista de su mejor amigo y del padre del mismo. Su insatisfacción la empujará al temblor de los malos presagios —creo que esa parte supersticiosa e inquietante está presente porque nunca me contaron tan bien las historias de miedo como en Andalucía—.

Escribo estas líneas antes de que la novela se haya publicado, por lo que el recorrido de La seca es aún algo muy incierto; sin embargo, siento que he escrito sobre lo que quería escribir y que he seguido una intuición poderosa, como si viniera de muy lejos.

'La seca'

Txani Rodríguez

Seix Barral

272 páginas

19 euros