Opinión | MIRADAS

¿Qué es realmente un ‘best seller’?

¿Anteojos obsoletos y desenfocados?

Es mentira que los escritores nunca mueren

"No siempre se impone la cordura a la hora de clasificar un libro. De hecho, para mí es un anatema clasificar un libro"

El escritor Milan Kundera

El escritor Milan Kundera / EPE

¿Nos pondremos de acuerdo? Espero que después de este breve análisis el concepto quede claro -porque escribiré con la máxima claridad posible- a ojos de escritores, lectores, agentes, editores, libreros… y todas las personas que quieren mantenerse informadas, sea o no lectores. El concepto perfectamente puede aplicarse a la música.

De todo lo que he visto y vivido tanto en España como en el extranjero, la respuesta a la pregunta del título se puede situar en tres grandes grupos, según la mirada y la información de cada cual.

-Es un libro, novela o ensayo, que por el autor/a, el tema, la colección y la editorial que lo publica a priori no tiene interés cultural y, por lo tanto, se le orilla o directamente se le desprecia. Es basura, sostienen algunos. 

-Se trata de libros facilones de leer, sin ambición, novelas románticas, thrillers, policiacas, históricas, o libros escritos por personas mediáticas. Que se suelen publicar en fechas cercanas a Navidad o a las ferias del libro y que a priori tienen muy corta vida. Esos libros no son alimento del alma o el espíritu, solo nos entretienen un rato y los olvidamos rápidamente. En fin, libros que -dicen- nos aportan cero culturalmente.

-Son libros que sean redondos, cuadrados, thrillers, clásicos de la literatura, ensayos históricos, libros sobre genética o investigaciones sobre la yihad o el narcotráfico -es decir, que nos cuenten lo que sea-, por la virtud de saber atrapar a muchos lectores, se convierten el libros de gran éxito comercial. Aunque hablen de la familia de Matusalén. En este mundo, por suerte, el lector manda. Lee lo que prefiere dentro de un amplísimo surtido de novedades.

Libros que los lectores, sea por los motivos que sea, aprecian, leen y recomiendan. Y eso los convierte en los más venidos de determinado tiempo. En un mundo donde clasificar funciona, las listas de best seller o los más vendidos son un indicador muy valioso para la industria editorial. Porque, muchas veces, se vende-lo-que-se-vende.

Dado el tiempo que llevo circulando por este siempre sorprendente y maravilloso mundo de los libros, mi opinión es que las tres consideraciones se mantendrán, porque, aunque una sea objetiva y las demás subjetivas, no siempre se impone la cordura en el momento de clasificar un libro. De hecho, para mí, ya es un anatema clasificar un libro.

Origen

La palabra best seller nos viene del ámbito anglosajón. Ellos fueron los primeros en poner en práctica estas listas y, además, sin ningún problema hasta el día de hoy, las utilizan como gancho para atrapar a más lectores. Totalmente lícito. Otra cuestión es que de verdad lo consigan.

Pero en nuestro país somos muy listos y rápidamente nos sumamos a la moda conceptual dictada por el editor glamuroso de turno. Y lo que dice se toma como ley. Pero dado que los comentarios descalificadores sin argumentación sólida acaban por desmontarse, nos inventamos algo que sea aceptable y bien visto por la "inteligentsia lectora", ¡no vayan a ofenderse!

Cuando Milan Kundera o Umberto Eco -por citar a autores recientes, no quiero ir hacia atrás para citar a William Styron y muchísimos clásicos contemporáneos que también pasaron por estos vericuetos- se sitúan en el primer puesto de estas listas se convierten en best seller literarios.

Aaaamigos, aquí tenemos solución para todo. Estos, como son cultura pero "desgraciadamente" venden mucho, los adjetivamos para que no sean cuestionados ni mal vistos por esta élite que guarda las esencias de la cultura.

Me parece lamentable que tengamos la mirada tan corta. 

La conclusión que quisiera que sacaran es que un libro sin ser leído no puede ser calificado. Que un libro es un mundo. Y que si los lectores coinciden en que les gusta, sea redondo o cuadrado, bien está que se venda mucho. 

No soy nada partidario de adjetivar. Puede ser una forma de exclusión peligrosa.

Lean lo que les apetezca e intenten disfrutar de la lectura. La vida humana tiene un final; los libros, no.