INTERNET

En busca del fin de los 'pornonativos'

La Agencia Española de Protección de Datos estudia implementar un certificado digital con el único atributo de la mayoría de edad para impedir el acceso al porno a los menores

La mitad de los menores entre 11 y 13 años ha visto vídeos pornográficos, a pesar de que más del 88% de ellos contienen agresiones

El acceso al porno es fácil para cualquier menor con acceso a internet.

El acceso al porno es fácil para cualquier menor con acceso a internet. / UNSPLASH

María G. San Narciso

María G. San Narciso

"El vídeo porno 'online' más visto suma más de 225 millones de visitas. En sus escenas se recrea una brutal violación en grupo. Se puede ver solo haciendo un par de clics, aun teniendo solo nueve años".

Así comienza el vídeo de la campaña Generación XXX de la asociación Dale una Vuelta, con el apoyo de la Oficina del Parlamento Europeo en España, en el que llaman la atención sobre lo que consideran un problema de salud pública: el tener "los primeros niños pornonativos de la historia”. A día de hoy, inciden sus responsables, el 50% de los menores entre 11 y 13 años ha visto porno, aun cuando más del 88% de estos vídeos contienen agresiones físicas. El primer contacto con la pornografía en los niños españoles está entre los 9 y los 11 años y muchos, en esa primera vez, lo hacen casi sin buscarlo.

Para acabar con el fácil acceso a este contenido en España, donde según los expertos la educación afectivo-sexual escasea y solo el 13% de los padres filtran el contenido (un 24% hace uso del control parental), la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) trabaja en un sistema de verificación de edad que restrinja el visionado de este material a los menores.

Privacidad vs Control

A día de hoy, un niño o una niña de solo siete años puede acceder a un vídeo de PornHub, página que solo exige la verificación de la edad cuando vas a subir tus propios vídeos porno para monetizarlos.

"La Agencia está trabajando en unos principios de verificación de la edad y de filtrado de contenidos que sean mucho más certeros que los que utilizan las empresas de internet, y que además garantice la privacidad, porque yo no me meto en que un adulto entre a una página porno, y me parece que ninguno querría que le obligasen a identificarse con nombres y apellidos", señaló Mar España, directora de la AEPD, durante la presentación de resultados de la campaña Generación XXX.

Por eso, la idea es implantar un certificado digital con el único atributo de la mayoría de edad, que no esté ligado al nombre y a los apellidos. El estudio, que parte de un trabajo coordinado con el Ministerio de Interior, la Fiscalía General del Estado, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) y la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), está en una fase de proyecto piloto y se espera que esté listo el año que viene.

Un objetivo común en Europa

El objetivo de la restricción es común en toda Europa. Ahora mismo, el Parlamento Europeo trabaja por conseguir un equilibrio entre la necesidad de protección de los menores y la privacidad de los datos. Para ello, los esfuerzos están puestos en que las tecnologías de verificación de edad sean lo más respetuosas posibles con la cesión de información personal.

"La tecnología va más rápido que las leyes", recuerda Laura Ballarín, actual jefa de Gabinete de la Presidenta del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S & D) en el Parlamento Europeo. Y eso que normativa hay, tanto a nivel europeo como en España, tal como asegura Valentina Milano, profesora de Derecho Internacional de la Universidad de las Islas Baleares (UIB). Están la directiva de servicios de comunicación audiovisual o la ley de comunicación audiovisual, que obliga a proteger a los menores de la pornografía. Lo que ella reivindica es un marco regulador, porque su implementación corresponde a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), un organismo que ya ha indicado que "no existe un procedimiento para una intervención eficaz que sancione y bloquee el acceso de los menores a la pornografía", como sí ocurre en otros países como Alemania.

Porque Alemania es, de todos los países europeos, el que posiblemente más ha avanzado en esta materia, a juicio de Ballarín. El país cuenta con una la ley de protección juvenil y con diferentes instrumentos de verificación y control de la edad.

También en los Países Bajos han puesto en marcha un proyecto piloto para probar una aplicación de verificación de la edad que no revela la identidad o datos personales del usuario, mientras que en Irlanda se ha propuesto un nuevo proyecto de Ley de Seguridad en línea y la regulación de los medios de comunicación “con poderes para emitir códigos de práctica vinculantes” sobre esta verificación. Y el gobierno francés, preocupads porque un total de 2,3 millones de menores de edad entraron cada mes a páginas de internet pornográficas durante 2022 (un 36% más en cinco años), ha defendido un proyecto de ley para restringir el acceso a los menores a las webs porno.

'Wallet' europeo

A escala europea, una de las alternativas en las que se trabaja para el control de la edad en internet es un 'wallet' de identidad europeo, es decir, una cartera virtual que tendremos en nuestro móvil donde, de la misma manera que guardamos el DNI en nuestra billetera física, contenga las credenciales de identidad.

"Hay un mecanismo que está previsto en esta tecnología, que es la 'selective disclosure', que habilita la posibilidad de ceder solo parte de la información que tengo almacenada de mi identidad y no todo, como el nombre, el apellido o el DNI. Solo se cedería la parte de que soy mayor de edad”, ha explicado José María Deza, jefe de Área de Documentos de Identificación y Tarjetas de la FNMT.

También trabajan con certificados electrónicos, certificados de atributos y 'tokens de edad', cada uno con sus pros y sus contras. Con todos ellos, y con el Reglamento de Servicios Digitales que entrará en vigor en toda su totalidad el 17 de febrero de 2024, esperan atajar este problema que, como advierte Laura Baena, del Club Malas Madres, "está normalizando las relaciones sexuales con violencia".