Altercados

La 'cafetería-after' clandestina de Aluche que atormenta a los vecinos: "Hay peleas cada vez que abre"

Las intervenciones policiales con detenidos son habituales en los últimos tres meses

La última operación acabó con 8 arrestados; en noviembre, una pelea acabó con un herido grave

Una chica mira hacia el interior de la cafetería, que tiene las puertas cerradas pero gente dentro

Una chica mira hacia el interior de la cafetería, que tiene las puertas cerradas pero gente dentro / DLF

David López Frías

David López Frías

Una chica de unos veinte años espera en la puerta del bar La Canteen 73, en el madrileño barrio de Aluche. Son las 11 de la mañana de un miércoles y el establecimiento debería estar abierto, como corresponde a una cafetería de barrio. Alguien la citó allí a esas horas. Pero las persianas están bajadas a cal y canto. La chica mira al interior por las ventanas tintadas, pero no parece haber nadie dentro. No quiere hablar con este diario. Finalmente escribe unos mensajes por el móvil, pide un Uber y se marcha.

"Por el día abren cuando quieren. A veces abren un ratito por la tarde, por un tema de licencias, pero enseguida cierran. Su horario de verdad es de madrugada, para recoger a los que vienen de fiesta", explican a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA en un bar de enfrente. Un bar de verdad, que ve cómo La Canteen 73 tiene apariencia de cafetería, pero en realidad funciona como un after clandestino.

"A veces abren los sábados, a veces los domingos, a veces los lunes... pero están siempre liándola", cuenta a este periódico un vecino de la calle Ocaña, que es donde, en el número 73, se ubica el establecimiento: "Por detrás tienen otra puerta, que no sea que estén entrando por allí", advierte. Pero no, también permanece cerrada. El miércoles, el jueves, el viernes y el fin de semana. "Llevan cerrados desde el último follón"; apunta otra vecina.

Uno de los detenidos en la última reyerta que tuvo lugar en la puerta del bar

Uno de los detenidos en la última reyerta que tuvo lugar en la puerta del bar / Cedida

El último follón

Por 'el último follón' se refiere a una monumental trifulca que acabó con heridos, una acusación de agresión sexual, otra de robo con violencia y otra de agresión a la autoridad. Y ocho personas detenidas, todos ellos por riña tumultuaria: 6 varones de nacionalidad peruana, otro de nacionalidad ecuatoriana y una mujer de nacionalidad peruana, igual que el dueño del establecimiento, según ha podido saber este diario.

Los heridos fueron tres, ambos leves. Dos fueron atendidos por el Samur y el tercero se negó a que le asistiesen. Sin embargo, los vecinos se asustaron porque alguno de los agredidos "tardó en levantarse del suelo. Estaba tirado en plena calle y pensábamos que lo habían matado", cuenta una residente del bloque del mismo bloque de pisos, que vio "el espectáculo desde el balcón".

"El problema es que eso pasa a media mañana; veías a uno tirado en mitad de la carretera, porque le habían pegado una paliza. A otro borracho, a otro esposado", relata el propietario de un bar próximo. "Porque si pasa de madrugada, a mí me da igual, que tengo el bar cerrado. Pero eso ha pasado a las 9, a las 10 de la mañana, a plena luz del día". Porque el horario de apertura de La Canteen 73 suele ser de 6 de la mañana hasta mediodía, "o hasta que se aburren", concluye.

No es, además, el primer incidente que tiene lugar en ese after clandestino que abrió sus puertas en verano de 2023. "Eso era un bar normal, pero lo reabrieron estos nuevos propietarios ya con la idea de que fuese un after", cuenta el propietario de un negocio muy próximo que abre a las 10 de la mañana: "Una vez, un cliente nuestro llegó antes de las 10 y entró en ese bar 'por equivocación'; para hacer tiempo y esperar a que abriésemos, pensando que sería un bar normal. Luego nos dijo que no sabían ni hacer un café con leche y que todo el mundo estaba borracho".

Gente esperando en la puerta a que abra la persiana el bar: una estampa habitual

Gente esperando en la puerta a que abra la persiana el bar: una estampa habitual / DLF

Herido grave

El anterior incidente que requirió presencial policial tuvo lugar a finales de noviembre, cuando otra pelea acabó con un varón de 36 años herido de gravedad tras una pelea que también empezó en el interior del bar. Los hechos tuvieron lugar en torno a las 9 de la mañana y requirió de la presencia de varias patrullas, según confirmó la Policía a este diario. El hombre fue ingresado en el Hospital Doce de Octubre con un traumatismo craneoencefálico. Su agresor fue detenido.

"Aquella vez sí que sabemos que fue grave, pero por las noticias y por el montón de ambulancias que vinieron a por una sola persona. Estuvieron bastante tiempo intentando reanimarlo", prosigue la vecina que reside en el mismo bloque donde está situado el after clandestino. En total fueron ocho las ambulancias que acudieron a asistir a aquel hombre.

En septiembre hubo otro caso en el que un taxista acabó refugiándose en su propio vehículo para repeler una agresión de los clientes del bar. Llevó a una chica hasta la cafetería. Ella no le pagó y le aseguró que entraba a buscar el dinero. Como no salía, el taxista entró a buscarla y acabó huyendo del bar y encerrado en su propio vehículo para evitar ser linchado, según explicaba el diario ABC.

Hartos

Es ese periódico el que ha podido hablar con el dueño, que aseguró que "aquí todo es transparente, si los vecinos quieren pueden venir y les mostramos tranquilamente. ¿Que hay problemas en la calle? Y en dónde no hay problemas. Nosotros solo podemos asegurar lo que pasa dentro. Y dentro nunca ha pasado nada". EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha acudido en repetidas ocasiones al bar y ha llamado otras tantas al teléfono, que está fuera de servicio.

Los vecinos insisten en que, "además de lo que pueda pasar, que algún día va a haber algún disgusto, es la imagen que da. Que este barrio siempre ha sido una zona tranquila y ahora tenemos que ver cada dos por tres a gente pegándose, chillando, bebiendo o vomitando por las esquinas", explica el dueño de un comercio próximo. De momento, no hay actividad. Pero los vecinos siguen esperando el día en el que vuelva a reabrir esta cafetería "y volverá a haber follón".