REUNIÓN CON PUIGDEMONT

El "protagonismo" de Yolanda Díaz incomoda al PSOE: "Ella ha ido para tener su foto"

Sumar asume que los socialistas están molestos porque Díaz se haya adelantado en propiciar esa imagen y destacan que la investidura también es cosa de ellos porque sus votos son necesarios

La líder de Sumar y vicepresidenta en funciones, Yolanda Díaz, con Carles Puigdemont, de espaldas, este lunes en Bruselas.

La líder de Sumar y vicepresidenta en funciones, Yolanda Díaz, con Carles Puigdemont, de espaldas, este lunes en Bruselas. / Olivier Matthys

La legislatura no ha echado aún a andar pero ya han asomado los primeros conflictos en el seno del futuro Gobierno. Ese tira y afloja constante que ha caracterizado la relación entre el PSOE y Podemos no se apaga, aunque la heredera de Pablo Iglesias sea una figura menos controvertida como Yolanda Díaz. Hace unos días por la rapidez para encarar la salida de Luis Rubiales, ahora por las negociaciones con Carles Puigdemont, de cuyos partido depende la continuidad del Ejecutivo en funciones. 

La entrevista que la vicepresidenta segunda y líder de Sumar mantuvo este lunes en Bruselas con el expresident de la Generalitat ha soliviantado, y mucho, al bloque socialista del Gobierno. Al menos esa ha sido la posición que han querido que trascienda. Frente a quienes mantienen que al PSOE le interesa que Díaz haga de avanzadilla y reconstruya la relación con Puigdemont, fuentes del Ejecutivo sostienen que "ella ha ido para tener su foto", sin valorar si esto ayuda o no en las conversaciones que el PSOE tiene ya en marcha para lograr la investidura de Pedro Sánchez.

El malestar era indisimulable en todo el núcleo duro del presidente. Desde el primer momento se desvincularon del viaje a Bruselas de su socia en el Gobierno y desde Moncloa dejaron claro que no iba en su nombre. "No tiene nada que ver con nosotros", destacaron. Para añadir, además que ellos -la parte socialista- "seguimos nuestra vía", en referencia a que ya han abierto un canal de comunicación con Junts con María Jesús Montero, Félix Bolaños y Santos Cerdán como negociadores.

La imagen de Díaz con Puigemont -la "foto" que piensan que ella buscaba- incrementó todavía más sus esfuerzos por poner distancia. "Ha ido por su cuenta y riesgo", defendían en el Gobierno. "Y le ha dado igual si suma o resta", resaltaban para dejar claro que se trata de una decisión unilateral, que ha carecido de un consenso previo y que se ha adoptado sin medir qué repercusión puede tener en las conversaciones ya impulsadas por el PSOE. "Ya es tarde para valorar si beneficia o perjudica".

El relato de Moncloa es que se enteraron el domingo "a última hora de la noche, a hechos consumados" y que eso impidió cualquier otra reacción. Algo similar sucedió con el nombramiento de Jaume Asens, la persona que este lunes le acompañó a Bruselas, como interlocutor con Junts para avanzar en la investidura de Sánchez. Fue un nombramiento que nadie del ala socialista le pidió pero que la vicepresidenta entendió que debía hacer. Esa designación ya se vio con el mismo recelo que ahora se exhibe ante su visita a Bruselas.

Porque aunque haya quien piense que la normalización de las relaciones con Puigdemont que Díaz pretendía con este viaje pueda ayudar al PSOE, para los socialistas pesa más la exclusividad del diálogo abierto con el expresident sobre una posible amnistía de los delitos del 'procés' y la claridad sobre que únicamente ellos pueden garantizarle los términos de un acuerdo.

Sumar se reivindica: "Somos una marca autónoma"

En Sumar son conscientes de la incomodidad existente en las filas socialistas, pero cuestionan abiertamente esta postura. Sí coinciden con el PSOE en que el núcleo de la polémica es la imagen pública del encuentro, pero arguyen precisamente que "lo que les molesta es la foto, no la reunión", ya que "puede quitar potagonismo" a la parte socialista durante esas negociaciones, deslizando que es ahí donde se verían heridos. No tanto en el fondo de la negociación, sino en la relevancia pública de sus actores.

Este mismo lunes, la portavoz parlamentaria, Marta Lois dijo respetar las "suspicacias" que han provocado en el PSOE, pero quiso reivindicar su papel y aseguró que "Sumar es una fuerza política autónoma que tiene su agenda, su programa y su forma de actuar que, como siempre, nuestra marca de la casa es el diálogo". En este sentido, calificó la reunión como "una iniciativa muy importante que va a permitir que otros actores continúen esta línea de diálogo", dando a entender que abren la senda que después tomará el PSOE.

Así, reivindican su papel y defienden que la reunión con Puigdemont va encaminada a "normalizar" la relación con Junts, asegurando que es una reunión entre los líderes de dos partidos, homologando ambas posiciones. En la plataforma de Díaz apuntan a que todas las formaciones, incluidos los socialistas, están manteniendo conversaciones con los actores independentistas de manera normal, tal como ocurrió para lograr los apoyos que hicieron presidenta del Congreso a Francina Armengol. La diferencia entre aquellas negociaciones del PSOE y estas de Díaz, consideran, es que en aquellas "no hubo foto".

"Las negociaciones no dependen de un solo partido"

En Sumar definen las negociaciones de invesitdura como "multilaterales", donde existen distintos interlocutores, y rechazan que estén pilotadas en exclusiva por el bloque socialista. "Las negociaciones para confomar Gobierno no se hacen como Gobierno, sino como partidos", advierten, "y no dependen de un solo partido".

Así, apuntan a que el PSOE negocia en su nombre y que Sumar hace lo propio, siendo sus votos tan imprescindibles como los socialistas para obtener una mayoría; una circunstancia que, creen, les da carta de naturaleza para tener presencia en esas negociaciones. En este sentido, aseguran que "coincidimos con el PSOE en el objetivo de conformar una mayoría", pero rechazan "que solo haya un interlocutor válido".

Vía Asens

Insisten en que el objetivo es dotar de normalidad a la relación con Junts, y destacan que las conversaciones llevan semanas produciéndose entre las fuerzas independentistas y Jaume Asens. Ha sido precisamente él quien cerró el encuentro entre el líder de Junts y la vicepresidenta segunda en funciones.

Jaume Asens, Yolanda Díaz, Carles Puigdemont y Toni Comín, antes de su reunión en Bruselas.

Jaume Asens, Yolanda Díaz, Carles Puigdemont y Toni Comín, antes de su reunión en Bruselas. / SUMAR

La gallega contaba con otras figuras próximas que comparten escaño en el Parlamento Europeo, como es su propio portavoz Ernest Urtasun o quien fuera su coordinadora de progama, Mª Eugenia Rodríguez Palop, también eurodiputada. Sin embargo Díaz optó por los cauces que ya estaban abiertos para organizar este encuentro, del que se avisó directamente al presidente de Gobierno, Pedro Sánchez.

Iglesias apunta a una exigencia de Puigdemont

No pasa desapercibido el análisis que hizo del encuentro el fundador de Podemos y ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, que aseguró que la reunión se producía como una "exigencia" de Puigdemont, que "está exigiendo reconocimiento político y eso pasa por una foto", explicó el ex dirigente en Rac3 este lunes.

"Una foto de un miembro del Gobierno español que va a dejar claro que Puigdemont ya no es un fugado que hay que llevar a la cárcel sino un interlocutor político", detalló, antes de considerarse partidario de que "Puigdemont debe exigir esa foto y ese reconocimiento" también a Pedro Sánchez para, según aseguró, "hacerle pasar por debajo del futbolín".

Sobre el malestar existente en el PSOE, el ex dirigente, que a día de hoy es director de la fundación de Podemos República y Democracia, aseguró que "están sacando codos para buscar todos algún tipo de protagonismo", y aprovechó para criticar que la situación "no transmite que haya mucha organización ni mucha seriedad en las negociaciones".