Opinión | LA CARTILLA DE LA DIRECTORA

Gemma Robles

Page en el laberinto del PSOE de Sánchez

El presidente de Castilla y La Mancha es tendencia: en política eso tiene ventajas e inconvenientes. De lo último seguro que se ha dado cuenta por lo virulento de la respuesta del PSOE. Sobre ventajas.... está haciendo cuentas

Pedro Sánchez y Emiliano García-Page en un acto del PSOE.

Pedro Sánchez y Emiliano García-Page en un acto del PSOE. / EFE

En estas últimas horas Emiliano García Page es tendencia. Eso, en política, tiene sus ventajas y sus grandes inconvenientes. De lo último seguro que se ha dado cuenta por lo virulento de la respuesta que, esta vez, el PSOE de Pedro Sánchez le ha dedicado por tierra, mar y aire. Sobre las ventajas.... debe estar haciendo cuentas en estos momentos el veterano presidente castellanomanchego para ver cómo sacarle rédito a una situación aparantemente incómoda. Él ha buscado foco con dos acciones polémicas, sin entrar de momento en si lleva razón o no: la reunión informal que este miércoles provocó él mismo en Fitur, con tres barones populares para insistir en ejercer, de forma coodinada, presión al Gobierno central sobre la necesidad de crear un fondo de compensación previo a la reforma del modelo de financiación. La segunda es su rechazo público a la enmienda avalada por el PSOE para que en la futura ley de amnistía al ‘procès’ quepan posibles delitos de terrorismo de baja intensidad

El primer asunto parece haber sorprendido muchísimo al público en general y a la prensa madrileña en particular. Como si Page hubiera tentado a la suerte llamando a la puerta de hombres fuertes del PP y le hubieran recibido, en medio de la polémica de la enmienda a la ley de amnistía y a causa de su posición ante dicha enmienda, con los brazos abiertos. Sin embargo eso no es exactamente así... Mi compañera y enorme periodista Isabel Morillo publicó en este diario que están leyendo esta información en primicia el pasado 27 de diciembre. Sí, sí, hace ya casi un mes. Atentos: "Las comunidades peor financiadas en el actual sistema de financiación autonómica planean una reunión a finales de enero. La cumbre fue avanzada por el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, y en el encuentro llevan semanas trabajando los barones del PP en las comunidades que reciben menos financiación por habitante con el modelo en vigor, aprobado en 2009. Valencia, Andalucía y Murcia conforman el eje de las autonomías con peores datos, según los informes técnicos de Fedea, que suman a este club de las regiones infrafinanciadas a Castilla-La Mancha. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, habló con el socialista Emiliano García-Page la pasada semana, según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, para proponerle que acuda a esta cita que se planea para finales del mes próximo y que aún no se sabe dónde se celebrará [....]". Vamos, que de casual tiene lo justito este interés de Carlos Mazón, Juan Manuel Moreno, López Miras y García-Page por darle caña yendo de la mano al Ejecutivo central con la financiación, como evidencia la noticia que hace ya semanas adelantó Morillo, quien seguirá por cierto marcando su propia tendencia en el panorama informativo dirigiendo a histórica cabecera El Correo de Andalucía, otro periódico ‘hermano’ editado por el grupo Prensa Ibérica.

Pero volvamos a Page y a sus andanzas en el laberinto del PSOE de Pedro Sánchez, que sin duda darán juego. El presidente castellanomanchego ha situado a su partido en el extrarradio de la Constitución por sus cesiones en la tramitación de la ley de amnistía, pese a que luego lo ha querido arreglar puntualizando que es Junts quien quiere arrastrar al PSOE a los márgenes de la Carta Magna. Entre Page y la actual cúpula de su partido no hay hada que arreglar, porque no hay más PSOE que le valga a Sánchez que el suyo propio. Acaba de fusionar en la práctica su equipo de gobierno con la cúpula en Ferraz. No hay aparato que medie entre el Gobierno y los barones porque el aparato socialista es también monclovita. Sánchez debió jurarse, después de mucho tiempo de ser la voz discordante en otro PSOE y sufrir las consecuencias de tener criterio propio, que nadie volvería a pasar por lo que él pasó. Lo malo es que para evitarlo, en vez de acoger con agrado las opiniones distintas y darles cabida con naturalidad, permite que en su nombre otros salgan a acallarlas rápidamente. Eso solo sirve para aislarse de la realidad, por más que Page se haya equivocado, como el mismo Sánchez, muchas veces. La amnistía y cómo se va a hacer es un tema que preocupa a muchos progresistas. Sobre todo a los que creen en una reconciliación sosegada y real con Cataluña, y no por hacer, desde el poder, virtud de la necesidad.