Opinión

¿Instagram asesino?

Un agente de la Policía Nacional en la operación contra la pedofilia que ha dejado diez detenidos en varias provincias

Un agente de la Policía Nacional en la operación contra la pedofilia que ha dejado diez detenidos en varias provincias

Las integrantes del National Centre on Sexual Exploitation (NCOSE), cuya actividad no necesita traducción, no se andan con chiquitas. En su último boletín se preguntan, de manera retórica, cuántos niños tendrán que morir para que Instagram haga algo. Esta red social, muy popular entre niños, adolescentes y jóvenes, en la que se intercambian fotos y datos de contacto, es un auténtico hervidero de depredadores sexuales a la caza de víctimas inocentes. Sin embargo, y a pesar de las múltiples evidencias recogidas, parece que sus directivos no están dispuestos a reaccionar, ya que los beneficios siguen siendo más importantes que su responsabilidad con la sociedad.

NCOSE cita numerosos informes, la mayoría desconocidos en España. Instituciones públicas y organizaciones privadas sin ánimo de lucro han aportado las pruebas que han llevado a las activistas contra la explotación sexual a ser tan agresivas. Estamos hablando del Children’s Commissioner del Reino Unido, y también de entidades como BarkThornParents Together o la canadiense Cybertip. Sus informes e investigaciones revelan un sórdido ambiente en estas aplicaciones que, en manos de pederastas y acosadores sexuales, permiten un contacto sin filtros entre adultos que se hacen pasar por menores y sus posibles víctimas, mientras la propia aplicación mira hacia otro lado, se lava las manos y hace la vista gorda.

El mundo digital, con su propensión al anonimato, se ha convertido en el terreno de juego predilecto de los delincuentes sexuales. Hace unos días, los medios de Prensa Ibérica publicaron un completo reportaje firmado por María G. San Narciso sobre los chats de videojuegos: los inocentes juegos online son también un caladero donde varones adultos se mueven con sutil veteranía y maldad para contactar con menores incautos, con el señuelo de los regalos o packs para seguir jugando o subir de nivel. Esta noticia recogía el trabajo de la Fundación Diaconía que, con motivo del Día Europeo para la protección de la infancia frente al abuso y la explotación sexual, ha lanzado una oportuna campaña bajo el lema ‘Tu juego, ¿tus reglas?’

El riesgo es tan evidente que sorprende el aparente desentendimiento de familias, sistema educativo e instituciones públicas al respecto. Lo que ocurre en otras partes del mundo, y provoca incisivas peticiones de activismo, aquí apenas importa. Cuando un menor desaparece, lo primero que se investigan son sus redes sociales. Pero la consigna es ‘no molestar’.