Opinión | EEUU

El discurso más preocupante de Joe Biden

El presidente de la autodenominada “nación indispensable”, que, como nos enseña también la historia, ha sembrado destrucción y caos en tantos países que ha invadido

El presidente de EEUU, Joe Biden.

El presidente de EEUU, Joe Biden. / efe

Para el presidente Joe Biden, o los “neocons” que le escriben sus discursos, Hamás y Vladimir Putin son equiparables: ambos constituyen “una amenaza para la seguridad nacional” de EEUU. En su segundo discurso a la nación desde que llegó a la Casa Blanca, Biden no se molestó siquiera en distinguir entre un grupo islamista radical y el líder del Kremlin, al que calificó de “tirano”.

Biden, el veterano político demócrata que siendo todavía sólo senador de Delaware, dio un rotundo “sí” a la invasión norteamericana de Irak, no ha de preocuparse de matices ni de florituras diplomáticas. El Presidente quiso desquitarse del fracaso de su viaje a Oriente Medio, que sólo sirvió para dar un cheque en blanco al Estado judío para seguir machacando a Gaza, a cambio de lo cual sufrió el desaire de que el líder palestino y otros dos dirigentes árabes más bien afines a Washington se negaran a reunirse con él.

Y pronunció un discurso lleno de tópicos en el que mezcló las dos guerras que más preocupan al mundo actualmente para pedir a sus compatriotas “unidad” y al Congreso más dinero. Según se ha sabido, 60.000 millones de dólares para Ucrania y 40.000 millones para Israel y Taiwán y la defensa de la frontera sur de EEUU.

“No podemos dejar que triunfen terroristas como Hamás o tiranos como Putin”, dijo Biden, quien explicó a sus compatriotas que, por lejanos que puedan parecerles a algunos esos conflictos, lograr que los ganen israelíes y ucranianos es “vital para la seguridad de América”.

“Si nos marchamos y dejamos que Putin acabe con la independencia de Ucrania, futuros agresores de todo el mundo se envalentonarán e intentarán lo mismo”, advirtió. No podía faltar en sus palabras una clara referencia a Irán, también bestia negra de los israelíes, país del que dijo que “apoya a Rusia en Ucrania y a Hamás y a otros grupos terroristas en Oriente Medio”.

“La historia nos enseña, explicó Biden, que cuando los terroristas no pagan un precio por su terrorismo ni tampoco los dictadores por sus agresiones, sólo generan más caos, destrucción y muerte”. 

El presidente de la autodenominada “nación indispensable”, que, como nos enseña también la historia, ha sembrado destrucción y caos en tantos países que ha invadido, proyecta ahora cínicamente sobre otros aquello de lo que tantos acusan a Washington.

Y presenta a EEUU como el único capaz con su “liderazgo” de “mantener al mundo unido” y construir junto a sus socios “un mundo mejor”. Está claro que los EEUU de Biden se resisten como gato panza arriba a perder la hegemonía en un mundo que, totalmente al margen de todo lo que sucede, siguen en su fantasía creyendo “unipolar”.  Y para ello, y esto es lo más preocupante, hay quienes en aquel país no parecen preocupados por la posibilidad, si continúa la escalada, no sólo de nuevos ataques terroristas sino de una guerra de proporciones difíciles de imaginar.