Opinión | EL OBSERVATORIO

La vuelta al ‘curso’

Septiembre se ha estrenado mostrando la peor cara de la desigualdad de género, una violencia machista insoportable que se ha cobrado 42 asesinatos de mujeres desde que empezó el año 

Tres alumnos de primaria consultan libros en una biblioteca escolar.

Tres alumnos de primaria consultan libros en una biblioteca escolar. / NOE PARGA

Cada año, septiembre emerge como el periodo para retomar rutinas y obligaciones tras un periodo de desconexión e inactividad. El principal detonante suele ser el clima y el cambio de temperatura, así como las horas de luz, cada vez menos.

En los últimos tiempos, además, es más frecuente estrenar el mes que anuncia el otoño con periodos de gota fría y DANA que dejan importantes destrozos en cosechas, paseos marítimos y ciudades. A pesar de los negacionistas, los registros y la percepción nos indican que cada vez los veranos son más calurosos, lo que nos obliga a estar alerta ante los déficits de agua, las muertes relacionadas con el calor y la prevención y gestión de incendios (unos de los retos más importantes del tiempo que nos ha tocado vivir, al entrar en condiciones climáticas desconocidas).

En septiembre empieza también el curso escolar y con él el esfuerzo económico de las familias en inversión de material escolar y educación. Este será en España el curso escolar con más presupuesto de becas de la historia (2.500 millones de presupuesto) algo fundamental para la igualdad de oportunidades y la justicia social, pero también será este un inicio de curso cuesta arriba, ante el aumento claro del precio de los carburantes, los alimentos, y la vivienda, y el riesgo serio de que la carne, el aceite y la vivienda se conviertan en productos de lujo cuando son de primera necesidad.

Mejorar la asistencia pública a la salud mental en el sistema público educativo y sanitario es otro de los retos más importantes de este inicio de curso en un país donde el 17,4% de la población española ha sido diagnosticado alguna vez con algún problema de salud mental, especialmente en los jóvenes. 

Basta un repaso efímero de la actualidad para recordar asimismo que en septiembre se reanuda también el curso político, bastante peculiar este año, que ha ocupado una buena parte del verano, ante el intento de una legislatura que a todas luces parece no se constituirá en la primera ronda de intento por falta de apoyos y que pone encima de la mesa la cada vez mayor complejidad del tablero político y del debate territorial de un país tremendamente plural condenado a entenderse desde el centro a la periferia, necesitando altura de miras y una política generosa y en mayúsculas que busque la estabilidad , la convivencia y aborde de forma urgente, sin perder tiempo, los retos económicos y sociales que tenemos por delante. 

Septiembre también será un mes intenso en la comunidad internacional que tiene convocadas diferentes citas y cumbres lideradas por el secretario general de la ONU para abordar y reformar las deficiencias de un sistema multilateral más necesario que nunca y redoblar y acelerar el compromiso con los objetivos de desarrollo sostenible, ODS, si queremos garantizar un futuro próspero y justo a nuestros hijos.

Pero sobre todo y ante todo septiembre se ha estrenado mostrando la peor cara de la desigualdad de género, una violencia machista insoportable que se ha cobrado 42 asesinatos de mujeres desde que empezó el año, 7 en agosto, lo que requiere de toda la atención y recursos para desterrar de nuestras vidas la violencia machista y estar a la altura de una sociedad cada vez más feminista, que ya no está dispuesta a tolerar, los abusos y vejaciones machistas de quienes durante años, han actuado con total impunidad.