Opinión | CAMPAÑA ELECTORAL

El gran esfuerzo

La mayoría de grandes reporteros buscan con ahínco ponerse enfrente de los personajes más buscados que resultan claves para situarse en la acción de cada época

Pedro Sánchez en el programa de Ana Rosa

Pedro Sánchez en el programa de Ana Rosa / Imagen del perfil de Twitter de Ana Rosa

Pensando en el destinatario no creo que exista un género más completo que el de la entrevista. Lo digo como lector, como espectador, bueno y como currito del sufrido papel prensa. La mayoría de grandes reporteros de los diferentes medios que han poblado el universo buscan con ahínco ponerse enfrente de los personajes más buscados que resultan claves para situarse en la acción de cada época. He disfrutado estos encuentros de firmas de referencia como un poseso y lo que se extrae de no pocos de ellos me sirvió mucho más que la mayor parte de las asignaturas de la carrera por no decir de todas.

¿Por qué? Porque del resultado se desprende que esta es una profesión seria siempre que el entrevistador se haya empapado de los aspectos a tocar hasta el extremo de dominar la materia tanto o más que líderes y especialistas pasados por el radar. Es la única forma de que quien va en no pocas ocasiones a venderte la moto se quede en fuera de juego y se le mude la cara.

Dado el revuelo previo he visto las apariciones del dúo aspirante a gobernarnos en breve tanto en El hormiguero como con Ana Rosa y de ambas citas los invitados han estado muy lejos de quedar bien retratados cuando los dos tienen cuitas pendientes. Con apenas modificaciones han soltado el mismo guión que vienen repitiendo en la interminable ronda que despliegan gracias a que la hoja de ruta pergeñada por sus interrogadores no ha sido sino un manual de lugares comunes que los "afectados" se sacuden sin inmutarse. Pedro Sánchez, más cauto en estos casos concretos al encontrarse en territorio comanche. El gran esfuerzo al que hubo de enfrentarse el empecinado combatiente del sanchismo no fue la ley del "solo sí es sí" ni Bildu de los coj... ni la cosa tomatosa con independentistas ni dónde estará el Falcon. Con lo que tuvo un cuidado escrupuloso fue con no llamarla María Rosa. Porque Oriana no se le iba a escapar.