HUERTOS EN CASA
¿Puedo comer lo que planto en mi huerto urbano? Esto deberías saber de la contaminación
La contaminación de las ciudades está en su mayoría influenciada por el tráfico rodado
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D. M.
Las grandes ciudades tienen mayores oportunidades hablando de lo laboral si lo comparamos con pueblos más pequeños o zonas rurales. Oportunidades culturales, de ocio, transporte que no tenemos en las zonas más pequeñas. Pero, sin embargo, las ciudades grandes no podían tener todo bueno y es que hay un aspecto que destaca en las zonas rurales.
Cuando se trata de comida, las grandes ciudades tienen sus inconvenientes. Y es que en cuánto a productos frescos existe un menor acceso, y ese menor acceso es de menor calidad. En las ciudades lo que prima son los alimentos procesados y en general la comida es más cara y de peor calidad que en las zonas rurales.
La opción de un huerto urbano
Muchas de las personas que viven en ciudades por lo ya comentado anteriormente, como unas salidas laborales mejores, deciden plantar sus propias frutas y verduras. Utilizan el balcón de casa como jardín vertical o bien haciendo uso de alguno de los huertos urbanos cooperativos que cada vez están más presentes en las ciudades.
La contaminación de las ciudades
La contaminación de las ciudades está en su mayoría influenciada por el tráfico rodado. La contaminación atmosférica puede tener una serie de efectos negativos para la salud, como problemas respiratorios.
España es uno de los países con mayor contaminación atmosférica en Europa y Madrid es una de las capitales europeas más contaminadas, llenas de partículas en suspensión. Estas partículas están con seguridad en el aire de tu ciudad, lo que quiere decir que, están en los tomates y lechugas que cultivas en el balcón o en tu huerto urbano.
El riesgo para tu salud
Las hortalizas cultivadas en las ciudades contaminadas pueden contener niveles más altos de metales pesados, -plomo, mercurio-. En un estudio realizado por Environmental Research en 2019, sostuvieron que los niveles de toxicidad nunca se superaban salvo en casos de contaminación extrema, como por ejemplo plantas regadas con aguas residuales de una fábrica. Esto quiere decir que apenas hay motivos de preocupación derivados de los metales pesados respecto a los tomates de balcón y las lechugas de huerto urbano.
Cómo evitar la contaminación en tus verduras
Si te preocupan los efectos de la contaminación atmosférica en las verduras de tu huerto urbano o balcón, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir el riesgo:
- Elegir verduras menos sensibles a la contaminación atmosférica, como las de hoja verde o las de raíz.
- Cultiva las verduras en un lugar protegido de la contaminación atmosférica, como detrás de una valla o en un patio.
- Utiliza plantas de cobertura para ayudar a filtrar la contaminación atmosférica.
- Riega las verduras con regularidad para eliminar los contaminantes que puedan haberse acumulado en las hojas.
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