Este es el trucazo para dejar impecable la parte más sucia de la lavadora

La lavadora es uno de los electrodomésticos más útiles que existen, y su uso es tan generalizado que nadie concibe una casa sin lavadora. Sin duda, los tiempos en los que se lavaban las prendas a mano en alguna fuente de agua corriente, han quedado en el pasado.

Aunque ya no es un bien que tenga un coste demasiado elevado, conviene tenerla en buen estado para que dure el mayor tiempo posible y no descienda su rendimiento con el paso del tiempo. Para ello, es importante mantenerla limpia por dentro, pues al ser un espacio húmedo pueden acumularse gran cantidad de gérmenes e incluso moho.

Conviene limpiar o cambiar también la goma de la lavadora, pues al ser de plástico tiene una vida útil menor que la del resto de componentes metálicos que hay en el interior de la máquina, y si esta acumula suciedad puede llevarla después a la ropa que introduzcas en los lavados.

Cómo limpiar la goma de la lavadora

La goma de la lavadora es la parte de este electrodoméstico que más suciedad acumula, ya que la humedad en ese material hace que incluso se pueda generar moho y se acumulen bacterias que pueden llegar a ser peligrosas. Es importante en primer lugar evitar que la goma acumule esa suciedad, por ejemplo dejando la puerta abierta tras cada uso, así estará expuesta al aire libre y se secará rápidamente.

El trucazo que te vamos a recomendar para limpiar la goma de la lavadora es con lejía, y lo puedes poner en práctica fácilmente siguiendo estos pasos:

1. Lo primero que tienes que hacer es ponerte unos guantes, así evitarás posibles salpicaduras al manipular la lejía y que te pueda dañar la piel.
2. Coloca en el suelo varios trapos de cocina viejos y traza una franja sobre ellos con lejía, colocándolos después en el interior de la goma de la lavadora, uno al lado del otro hasta cubrir toda la circunferencia de la goma.
3. Deja que los trapos reposen en la goma durante una hora y después quítalos.
4. Una vez que has quitado los trapos de la goma, programa un lavado en vacío para que se eliminen los restos de lejía y no se pueda estropear la ropa que metas en el siguiente lavado.
5. Cuando termine ese lavado, deja la puerta abierta para que la goma se seque y pasa un paño seco para eliminar toda la humedad, verás que ha quedado impecable.
6. Puedes repetir este truco con cierta frecuencia para mantener la goma siempre en las mejores condiciones.