ANIMALES Y PLANTAS

Plagas y enfermedades que se están cebando con tus plantas este otoño

Como en cualquier época del año, hay que tener cuidado a la hora de plantar: los brotes son una presa segura para plagas y bichos

Planta con pulgón.

Planta con pulgón. / EPE

Vega S. Sánchez

Vega S. Sánchez

A pesar de las temperaturas casi estivales, hace más de un mes y medio que llegó el otoño; una época en la que la luz solar pierde intensidad. Por este motivo, y ante la ausencia del frío propio de esta fecha, el otoño es un buen momento para paliar los daños causados por el calor del verano.

Esta época del año es perfecta para plantar y trasplantar todo tipo de plantas y árboles, además de flores, verduras y hortalizas. Siempre, eso sí, que no se viva en una zona donde los cambios de clima sean excesivamente severos.

En maceta o en tierra

Las verduras, por ejemplo, se pueden plantar en tiesto o directamente en la tierra dependiendo de la especie; lo más importante es aprovechar que el sol está más suave y el terreno más fresco, por lo que la tierra retendrá mejor la humedad. Desde ajos canónigos, pasando por calçots, acelgas o zanahorias, por poner solo unos ejemplos, hay muchos árboles frutales y verduras u hortalizas cuya siembra se debe realizar en otoño.

Pero como en cualquier época del año, hay que tener cuidado a la hora de la plantación si ésta se realiza en forma de brotes o si tienen un rápido crecimiento, como es el caso de los ajos —que tardan en germinar apenas 7 o 10 días, si las condiciones son buenas—. Porque los brotes son una presa segura para plagas y bichos que se alimentan de ellos.

Procesionara del pino

Por ejemplo "la procesionaria del pino se encuentra en fase reproductora en esta época del año, y es fácil verla en forma de nidos colgantes o bolsones", explica Núria Abellán, conservadora y responsable de las colecciones de vivero del Jardí Botànic de Barcelona.

Esta especie de lepidóptero provoca la defoliación y destrucción de los árboles en los que anida y supone un peligro para los seres humanos, pudiendo generar fuertes reacciones en ellos si se toca o se aspira por error (dermatitis, lesiones oculares, urticarias y reacciones alérgicas).

Pero sobre todo supone un riesgo para animales de compañía como los perros, a los que puede incluso matar.

Plagas

También son muy numerosas en esta época del año las plagas de "pulgones, caracoles, babosas o caparretas" o cochinillas, amén de los "escarabajos picudos o las mariposas del geranio", enumera Abellán.

El modus operandi de estos depredadores de plantas es similar: pulgones y cochinillas succionan el jugo o savia de las plantas, sobre todo de las hojas, mientras que babosas y caracoles se alimentan rascando la superficie de las hojas, tallos y flores.

El escarabajo picudo, por su parte, pone sus huevos dentro de las plantas y sus crías son las que al nacer van devorando lentamente la planta hasta acabar con ella. Además este insecto es portador de una bacteria que causa la podredumbre en las plantas.

Más ladina es la mariposa del geranio, cuyas larvas se comen primero el capullo del geranio y posteriormente y de forma discreta devora los tallos de las plantas desde dentro hasta llegar al tronco.

En cuanto a las enfermedades que pueden sufrir las plantas en otoño, las más comunes son las provocadas por el hongo de ceniza blanco y la roya, explica Abellán.

Hongo de la encina

El hongo de la ceniza u oídio es una enfermedad fúngica que cubre hojas, frutos, ramas y brotes de las plantas con una capa blanca que recuerda a la ceniza. Si no se elimina, "ataca a toda la planta y la acaba secando", explica la experta del Jardí Botànic de Barcelona. El oídio crece en las hojas de las plantas y afecta a su crecimiento, ya que reduce su capacidad fotosintética hasta llegar a dejarla completamente sin luz y, por tanto, matarla. Puede afectar a plantas ornamentales, como rosales, crisantemos y begonias; pero también a frutales y hortalizas, siendo muy frecuente en las viñas.

Hongo roya

La roya es "una enfermedad fúngica bastante común" en otoño, explica Abellán, en el que se dan condiciones de "humedad, niebla y buena temperatura", añade. Se identifica fácilmente porque "deja en las hojas o en el borde de los brotes una especie de bolitas anaranjadas, amarillas o rojizas" que acaban convirtiéndose en un polvo del mismo color. Ataca sobre todo a "claveles, rosales, malvasías... y a casi cualquier planta que se desarrolle en un balcón o jardín", asegura.

Para acabar con estas plagas, "hay funguicidas químicos y otros naturales, como la cola de caballo o las cáscaras de huevo", asegura Abellán. "Sé de gente que también utiliza leche", añade.

Sin embargo, es "muy difícil" erradicarlas, "cuesta mucho". Lo mejor para ello es "eliminar las partes de la planta afectadas" y procurar poner a las plantas en "un sitio más ventilado y soleado, para evitar la humedad" y, con ella, la proliferación de estos hongos, dice Abellán.

Tanto el oídio como la roya de la hoja se desarrollan con temperaturas atmosféricas de entre15 ⁰ y 25⁰C; si hay temperaturas superiores a 40ºC detienen su crecimiento. Además, la humedad es esencial para el desarrollo de ambos hongos, por lo que la infección ocurre durante el periodo lluvioso.