COLECCIONISMO

Antik Almoneda: una feria de antigüedades para saludar la primavera

La cita madrileña para coleccionistas celebra en Ifema su 41 edición con el desafío de atraer a un público joven

Visitantes de una edición anterior de Antik Almoneda.

Visitantes de una edición anterior de Antik Almoneda. / IFEMA

Víctor Rodríguez

Víctor Rodríguez

Dicen que es más fácil engañar a la vista que al tacto. Lo saben bien los aficionados al coleccionismo y a las antigüedades. Las circunstancias y el empuje del tiempo han empujado al sector a explorar el escaparate de las redes sociales y la venta 'online', pero el contacto con la pieza pero también entre el coleccionista y el vendedor siguen siendo esenciales. Y siguen dando razón de ser a ferias como Antik Almoneda que desde este fin de semana se celebra en el pabellón 3 de Ifema.

Desde el sábado 6 y hasta el domingo 14 de abril, un total de 82 expositores entre anticuarios, almonedas y galerías de arte traen a Madrid sus piezas de mobiliario, joyas, objetos de índole diversa, ropa 'vintage' pinturas y esculturas en el marco de una cita que desde 1991 celebra ya su edición número 41. "Indudablemente, funcionamos como un espacio importantísimo para ventas", explica Ana Rodríguez, directora de la feria, "pero también somos el lugar donde se establecen contactos que se materializan posteriormente, sobre todo en piezas de mucho valor. En este mundo es muy importante ver la pieza, tocar la pieza y que te cuenten la historia de la pieza. Que el propio anticuario, con cariño y conocimiento, porque no dejan de ser apasionados, coleccionistas ellos mismos, te hable de la procedencia de ese objeto, es algo valioso. Y eso se consigue en el encuentro cara a cara".

Es en gran medida lo que valoran los visitantes que acuden a examinar miles de artículos, del orden de 15.000, entre postales, relojes, lámparas, alfombras, vajillas, cristales y cuberterías, piezas de arqueología o juguetes. Algunos de ellos de procedencia internacional: aunque la mayoría de expositores son españoles, hay algunos italianos, alemanes y uno inglés.

De 10 a 185.000 euros

Entre las piezas que se ofrecen hay muebles de época como una cómoda de Louis Philippe, de la década de 1820, o jarrones de Émile Gallé, artista del vidrio y figura destacada del 'art nouveau' francés; porcelana de Limoges o china y refinada joyería como un broche de los años 40 de estilo 'chevalier' en platino y diamantes, pero también artículos desde los 5 euros.

Piezas expuestas en pasadas ediciones de la feria.

Piezas expuestas en pasadas ediciones de la feria. / IFEMA

"Cualquiera puede salir con una pieza bajo el brazo", señala Rodríguez. En un espacio como Agurcho Iruretagoyena, se puede hallar un portarretratos de cristal y bronce francés del siglo XIX o un anillo solitario con un brillante de 60.000 euros. Una máquina de escribir de 1888 tiene un precio de 30.000 euros en Antigüedades Elpienna, donde también hay referencias desde 10 euros. De la misma forma que se pueden ver tesoros de seis cifras. La Galería Hispánica exhibe un cuadro del británico Patrick Hughes, 'Credible and Finite', de 2023, un óleo sobre madera con unas dimensiones de 83 x 172 x 23 cm, con un precio de 185.000 euros.

Manolo Valdés, Eduardo Chillida, Joan Miró o Ramón Casas son otros de los artistas cuya obra se podrá adquirir en Antik Almoneda, que se abrió hace años también a artistas más contemporáneos.

Asimismo, Adriá Codina llevará cinco prendas de ropa utilizadas por Freddie Mercury sobre el escenario en conciertos de Queen entre 1982 y 1985. También un pañuelo del cantante, fotografías y una felicitación oficial firmada por todos los miembros del grupo.

El mobiliario, no obstante, sigue siendo uno de los grandes reclamos. "Puedes encontrar cómodas con siglos de antigüedad o piezas únicas de diseño nórdico del siglo XX", apunta Rodríguez. Esos muebles escandinavos son, de hecho, algunas de las 'presas' más codiciadas en los últimos tiempos. También despiertan mucho interés de un tiempo a esta parte las mantelerías, las cuberterías, las vajillas, las cristalerías y, en definitiva, todo lo que tiene que ver con poner una mesa bonita, confirma la directora de la feria, quien observa cómo esos cambios de tendencia en los gustos del público tienen en gran medida que ver con las transformaciones en el estilo de vida. "Quizá antes interesaba más una 'boiserie' gigante o un mueble inglés grande y robusto y hoy, en viviendas de menor tamaño, un cliente más joven sigue buscando esa singularidad, esa pieza única que haga de su hogar un lugar especial, pero de otra forma".

En busca del público joven

En cierto modo, es el gran desafío al que se enfrenta el sector: el de atraer a un público joven. El año pasado unas 18.000 personas visitaron Antik Almoneda. "En cada edición nos vamos esforzando en captar un mayor número de visitantes y compradores que se vayan viendo atrapados por el mundo del coleccionismo y las antigüedades", enfatiza Rodríguez. "Y vemos cierto relevo generacional, vemos que la edad viene bajando".

Una pareja examina algunas de las obras y objetos en Antik Almoneda.

Una pareja examina algunas de las obras y objetos en Antik Almoneda. / IFEMA

A ese propósito se destina en la feria un espacio especial, La cápsula del tiempo, con música, 'foodtrucks' y actividades interactivas. En la última edición se dedicó a la década de los años 90 y en la que comienza el sábado se pondrá el foco en la de los 80, década con iconos como La Guerra de las Galaxias o El Coche Fantástico con los que se pretende que conecte una generación distinta. "El gusto por las piezas únicas se está despertando en las personas jóvenes", insiste la directora de Antik Almoneda.

También para ponérselo más fácil al visitante la feria tendrá un día de puertas abiertas en que el acceso es gratuito. Será el martes 9 de abril. El resto de días la entrada general cuesta 13 euros en taquilla. Hoy, con los espacios todavía en fase de ponerse en escena, son los profesionales los que tienen acceso exclusivo: decoradores, interioristas, anticuarios, almonedistas, arquitectos...

"Es un mundo curioso", concluye Rodríguez. "Siempre me llamó la atención cómo alguien se pasa una vida reuniendo una colección durante décadas y llega un momento en que pasa a otras manos, se disgrega para pasar a integrar otra colección que en un momento dado se vuelve a romper. Cómo esas piezas, como si fueran átomos se van disgregando e incorporando a nuevas estructuras".