LA VIDA CONTIGO

Qué fue de César Lucas… el fotógrafo todoterreno que fue procesado por el histórico desnudo de Marisol en ‘Interviú’

El abulense ha tocado casi todos los palos de la fotografía a lo largo de su larga trayectoria, y actualmente disfruta de su jubilación 

El fotógrafo César Lucas posa frente a algunas fotografías de su exposición 'Marisol, el resplandor de un mito'

El fotógrafo César Lucas posa frente a algunas fotografías de su exposición 'Marisol, el resplandor de un mito' / EFE

Si hay una portada de Interviú que se ha quedado especialmente grabada en la retina de la gente esa es la del desnudo de Marisol, publicada en septiembre de 1976. El cuerpo de la estrella, deseado por montones de españoles que la habían visto transformarse de niña prodigio a mito erótico, revolucionó el mercado y llegó a ser objeto de debate nacional. Pero también acabó llevando al autor de aquellas magníficas fotografías, César Lucas, a tener problemas con la justicia.

"Aunque estaban hechas en estudio, a la cantante y actriz no le sentó nada bien que se publicaran, puesto que no había posado expresamente para Interviú, sino para su propio álbum de fotos", escribió al respecto Basilio Rogado, ex director de la revista Interviú. "En cualquier caso, ese desnudo, por el cual la ex niña prodigio no cobró ni una peseta, supuso la puesta en órbita de la revista y significó no solo el lanzamiento del grupo Zeta, sino el inicio del ‘imperio Asensio’, culminado en 1992 con su desembarco en Antena 3 Televisión".

En el año 1970, Carlos Goyanes, que apenas llevaba unos meses casado con Marisol, a quien años atrás había descubierto su padre, el productor de cine Manuel J. Goyanes, habló con César Lucas. Quería que el fotógrafo hiciera una serie picante para el book personal de la joven artista, que debía cambiar su imagen para romper con los clichés y conquistar a los productores internacionales —en ese momento aspiraba a protagonizar un musical en Broadway—. Quedaron para hacer las instantáneas en una finca que la familia de Carlos tenía cerca de la localidad toledana de Ocaña. “Después de comer comenzamos la sesión”, relató el propio Lucas. "Tanto ella como yo estábamos muy nerviosos. A mí casi me temblaban las piernas cuando la miraba por el visor de la Hasselblad. Apenas había hecho desnudos en mi vida. Fue Goyanes hijo el que le sacó hierro al asunto y nos dio confianza a los dos. Hice unos veinte rollos entre negativos y copias para papel, que era lo que necesitaban ellos".

Paparazzi por una vez

César entregó el material a Carlos Goyanes, pero se quedó con varias fotos para su colección personal. Durante los siguientes años, sus relaciones con Marisol sufrieron algún que otro altibajo. El peor encontronazo se produjo cuando la artista, ya separada de su primer marido, se quedó embarazada de Antonio Gades y viajó con este a Argentina, donde el bailarín actuaba. Intuyendo que el parto estaba próximo, César les siguió a la capital argentina.

César Lucas se quedó con algunas fotografías de Marisol para su colección personal.

César Lucas se quedó con algunas fotografías de Marisol para su colección personal. / EFE/MARISCAL

"En Mar de Plata, Marisol salió de cuentas y, mientras esperaban el parto, Gades y César [Lucas] se dedicaban a navegar y a jugar al parchís", relató Rogado. “El fotógrafo, como es lógico, esperaba el momento del parto para hacer las fotografías de la madre y el niño. Hasta que un día, poco antes de nacer la criatura, Gades le dijo a César: ‘Tú no vas a hacer ninguna foto’. No medió explicación alguna. Por más que César intentó dialogar con Gades no obtuvo ninguna razón, y mucho menos una solución. Entonces, el fotógrafo se convirtió en paparazzi por primera y última vez. Si no las fotos del niño, al menos tendría la noticia del parto".

Sin pensarlo dos veces, al día siguiente se puso a seguir a la matrona que iba a casa de Marisol y descubrió la clínica donde trabajaba y a la que iba a acudir su amiga. Alquiló una furgoneta de dos caballos, se dispuso a hacer guardia frente al hospital, y consiguió hacer las fotografías de la comadrona que salió con la recién nacida, María, y después la de Marisol al abandonar el centro. En cuanto pudo se volvió para España con el reportaje y la noticia, y por lo visto ya no volvió a coincidir con la pareja. Pero en 1976 recibió una llamada telefónica de Antonio Asensio, entonces director de Interviú, que le dijo que sabía que tenía unas fotos eróticas de Marisol y quería publicarlas en la portada

Casi un millón de ejemplares vendidos

Como estaba enfadado con la malagueña y la oferta económica (200 mil pesetas de la época) era suculenta, César aceptó el trato. Aquel número vendió casi un millón de ejemplares, pero el fotógrafo fue procesado por un supuesto delito de escándalo público. Marisol no solo no demandó a su otrora amigo, sino que le llegó a comentar: “Sé que estás teniendo problemas con mis fotos. Si en algo puedo ayudarte, cuenta conmigo”. El fiscal pedía tres meses de arresto, nueve años de inhabilitación profesional y una multa de 30.000 pesetas para él, aunque César resultó finalmente absuelto en 1980. 

Tras sobrevivir a su peor trance, el de Ávila logró consolidar su imagen de fotógrafo todoterreno. Tenía cinco años cuando llegó a Madrid, donde fue aprendiendo la profesión de manera autodidacta, sobre todo después de que un amigo fotógrafo le enseñara el laboratorio para revelar que tenía en casa y él se quedara asombrado de que un papel sumergido en agua pudiera resultar en una instantánea. Alguna vez ha contado que se curtió colaborando con Europa Press, agencia para la que realizó, con solo dieciocho años, la cobertura de la visita que el Che Guevara hizo a Madrid en 1959

Después de pasar por el diario Pueblo, fundó su propia agencia gráfica, Cosmo Press, y combinó hábilmente su trabajo en prensa con la realización de encargos como fotógrafo de los rodajes de las estrellas del cine que venían a España. También dejó claro que a lo largo de su carrera siempre antepuso la aventura a la comodidad. Tanto es así que a mediados de los setenta rechazó una tentadora oferta de Julio Iglesias que le podía haber convertido en millonario para integrarse en el equipo fundacional de El País como su primer jefe de fotografía. Cuando el periódico se consolidó, para escapar de la monotonía, aceptó el reto de convertirse en director de fotografía de Ediciones Reunidas del Grupo Zeta.

Moderno y riguroso

Su compañero y amigo Raúl del Pozo escribió en una ocasión que, de todos los grandes fotógrafos con los que trabajó en su época de reportero, César sobresalía por moderno y riguroso: "Su genialidad se basa en que no hizo de su oficio una costumbre. Salía cada día como un demiurgo a descubrir el aura de las personas y los acontecimientos. Tiene astucia de furtivo para mirar y sabe cuál es el momento de invadir una intimidad. Ya publicaba en ‘Life’ en los años sesenta. No iba de esteta, ni de paragüero; no le recuerdo flash, pero sí recuerdo que solo con la deslumbrante luz de la vida, una cámara y una sonrisa de latin-lover iba retratando todas, casi todas las cosas dignas de ser amadas: la mujer, la música, los héroes y los vencidos".

A lo largo de su carrera, César llegó a ser parte del patronato de la Fundación Española de la Fotografía, y fue el primer español invitado a integrar el jurado internacional del concurso World Press Photo. Con el tiempo, pasó a dedicarse a la fotografía de viajes y moda. Se jubiló en 2009, siendo editor gráfico de la revista Viajar, y hace poco, a sus 82 años, asistió orgulloso a la inauguración de la exposición de la Galería Nikon de Madrid César Lucas, toda una vida. La España retratada, que rindió homenaje al trabajo del que sin duda fue uno de los pioneros de la libertad. 

"A menudo me encuentro con que la gente joven se hace con una cámara, aprende a manejarla, hace alguna fotito y enseguida pretender ser, no sé, como Navia", reflexionó en una entrevista. "Hay que saber que el trabajo que él hace es el resultado de un proceso en el que el ojo y el cerebro se van acomodando, de una madurez, de un tiempo de trabajo… Estamos en una sociedad de la velocidad en la que a menudo se oye decir ‘Si a mí me pagaran como a fulanito también lo haría’, y en la que no nos damos cuenta de que si fulanito cobra eso es precisamente porque hace esas cosas y no al revés. En la fotografía, como en la vida, todo es cuestión de tiempo".