LA VIDA CONTIGO

Qué fue de… Ángel Garó, el cómico que triunfó en ‘Un, dos, tres’ y con el tiempo se convirtió en su mayor chiste

El actor gaditano gozó de fama y prestigio en los años noventa. Ahora, tras protagonizar algunos escándalos, lleva una temporada algo desaparecido

El humorista Ángel Garó.

El humorista Ángel Garó.

Puede que los más jóvenes solo conozcan a Ángel Garó por los escándalos que ha protagonizado en los últimos tiempos. Fue en la primavera de 2017 cuando los medios se hicieron eco de que el actor y humorista había sido detenido por presuntamente agredir a su novio, Darío Albelaira. Al poco de ello, alguien grabó unas imágenes en las que Garó aparecía en el balcón de su casa, aparentemente desnudo y bastante cabreado. Al parecer, los vecinos habían tenido que llamar a los policías municipales porque Garó subió demasiado el volumen de la música para no tener que oír el ruido del camión de la basura. "¡Ahora llaman la atención porque se escucha música alta! Yo no voy a bajar para darles el gusto. Ellos son mis empleados, que para eso pago 2.800 euros de IBI. ¡Y ya se enterará el alcalde!", gritaba él a los agentes, con tono altivo.

Esa imagen de hombre excéntrico y prepotente contrasta con la del joven y simpático humorista que en la década de los noventa, con solo aparecer ante el público y decir "uh", arrancaba montones de risas. Natural del municipio gaditano de la Línea de la Concepción, Garó hacía poemas a los tres años, al menos según sus padres, y estando todavía en el colegio estudiaba Arte Dramático al tiempo que sus amigos opinaban que ya se creía una estrella. "Empecé haciendo teatro normal, recitando poemas y cosas así", dijo él sobre sus inicios. "Me vine a Madrid con 30.000 pesetas para introducirme en el mundo del teatro pero, viendo que tenía que pasar demasiadas horas en castings, creé un espectáculo donde había un abanico de posibilidades de interpretación. Se llamó Un estreno en Broadway. Con él recorrí varias salas de España y me di cuenta de que a la gente le gustaba el humor que yo hacía".

Después de llevarse un chasco tras probar suerte en la madrileña sala Cleofás, donde el público mostró muy poco entusiasmo ante sus representaciones, Garó hizo su debut en televisión en el programa Pero… ¿esto qué es? (1989). Aunque realmente saltó a la fama en noviembre de 1991 de la mano de Chicho Ibáñez Serrador en la séptima etapa del concurso Un, dos, tres…, donde en la subasta, vestido siempre de negro, interpretaba a personajes estrafalarios (y, según él mismo, con cierto mensaje). "Juan de la Cosa representa a un sector marginal de la sociedad que son los homosexuales, tiene muchos problemas y a través de sus miserias hace reír. Pepe Itárburi es un drogadicto que no entiende muy bien su rol de macho ibérico y hace reír. Maruja Jarrón es esa señora de la época negra de España que todavía existe y también hace reír. Esa es la vida. Sé que mi espectáculo es chocante, porque toca neuras, pero creo que es más gratificante reírse sabiendo de qué. Es como conocer el truco".

Su paso por los teatros

Cuentan las malas lenguas que Garó tuvo roces con su jefe durante el tiempo que permaneció en Un, dos, tres… De hecho, un compañero que trabajaba en el programa le contó a la periodista Pilar Eyre que Garó se fue "por su mala relación con Chicho", y que ambos dejaron de hablarse tras tener un enfrentamiento por el tema económico: "Chicho lo contrató por 90.000 pesetas cuando era un cómico desconocido y lo ayudó a desarrollar sus personajes, pero al convertirse Ángel en estrella del programa seguía pagándole lo mismo. Ibáñez Serrador, que era algo tacaño, se negó a subirle el sueldo argumentando que gracias a él había triunfado ¡y que nadie era imprescindible!". Sea esto verdadero o falso, lo cierto es que el realizador de televisión volvió a llamar a Garó en 1996 para participar en el programa El semáforo, al que acudía gente que deseaba salir en televisión a cantar, disfrazarse o contar chistes.

Gracias a la buena acogida que sus interpretaciones tuvieron entre los telespectadores, al gaditano le empezaron a llover las ofertas de trabajo. Aunque durante su pico de popularidad también se llegó a ver un tanto agobiado. Él mismo señaló que algunos confundían al actor con los personajes a los que encarnaba y le solían pedir chistes cuando lo encontraban por la calle. Por eso decidió tomar distancia de la fama mediática y se embarcó en una gira de teatro de dos años con un espectáculo titulado Personas humanas. También metió cabeza en el mundo del doblaje: además de ingresar en el libro Guinness de los récords al convertirse en la primera persona que dobló a todos los personajes de una película de animación —en este caso FernGully, las aventuras de Zak y Crysta (1992)—, puso voz en castellano al protagonista animado de El emperador y sus locuras (2001). Eso sí, nunca se desvinculó del todo de la pequeña pantalla, y de hecho participó en algunos programas de José Luis Moreno como Noche de fiesta, emitido en TVE entre 1999 y 2004. "He paseado mi trabajo por los teatros más importantes de este país", presumió una vez. "Siempre he sido el autor y director de mi trabajo. Siempre he hecho lo que me ha venido en gana. He compartido cartel desde con Nuréyev hasta con Liza Minelli".

Ángel Garó durante su participación en el programa ''Mira quién baila".

Ángel Garó durante su participación en el programa ''Mira quién baila". / JUAN MANUEL PRATS

En el año 2001 inauguró en la planta baja del edificio donde entonces vivía, en pleno centro de Málaga, un restaurante-museo que estuvo regentando hasta el año 2015. Allí pudo dar rienda suelta a sus dos pasiones: la gastronomía y el arte. Como bien comentó él mismo en una entrevista, ejercía de coleccionista desde que siendo todavía un chaval, al ganar “el primer dinerito”, pudo adquirir en Barcelona una talla de madera de un niño Jesús del siglo XIX que siempre guardaría como oro en paño. Ojo, porque entre las más de 300 obras que poseía se encontraban piezas de artistas como Picasso, Dalí, Alberti, Julio Romero de Torres y George Hayter. "Siempre he intentado ser polifacético, he considerado que había que tocar todos los palos: he pintado, esculpido en barro... Hay que cultivarse en todas las facetas", explicó Garó, que en su día cedió gratuitamente su colección de arte al Ayuntamiento de Estepona por cinco años.

Vida privada

En honor a la verdad, Garó ha copado en los últimos tiempos más titulares por las habladurías sobre su vida privada que por sus proyectos profesionales. De hecho, una de sus ex parejas comentó en un programa de televisión cosas tan bonitas como que al gaditano le encantaba empinar el codo, y que "no se comporta como una persona humana, es como si tuviera tres o cuatro caras". Después le dio réplica Garó, que acusó al susodicho de tener problemas de salud mental graves. Todo previo pago de su importe, claro. Durante aquel periplo, al actor le dio tiempo a entrevistarse a sí mismo en Sábado Deluxe, en lo que sin duda fue uno de los momentos más delirantes de la historia del programa, y se lamentó en voz alta de que la prensa del corazón, esa misma que él siempre ha detestado en el fondo, estuviera arruinando su reputación al sacar sus trapos sucios delante de todo el país.

En septiembre de 2018, después de haber mostrado sus dotes culinarias en el programa Ven a cenar conmigo, Garó tuvo que abandonar durante unas horas la casa de Gran Hermano VIP, donde en ese momento concursaba, para ser juzgado por la supuesta agresión a Darío, con el que por lo visto salió durante alrededor de un año y medio. Por suerte para él, el juzgado de lo Penal número 5 de Málaga lo acabaría absolviendo del delito de lesiones —por el que la Fiscalía pedía 20 meses de prisión— por falta de pruebas. Sosegada la tempestad, Garó ha impartido en los últimos años algún que otro taller de interpretación, y en 2020 sorprendió a algunos al dejarse ver en varios capítulos de la serie Veneno, de Javier Ambrossi y Javier Calvo (Los Javis).

Hace no tanto se publicó que el artista de 59 años había superado algunos problemas de salud y que las deudas le obligaron a vender su casa-palacio. Y el pasado mes de julio, tras una temporada desaparecido en combate, se convirtió en tendencia en Twitter al publicar un vídeo donde hacía un alegato contra los partidos políticos de izquierdas. "Yo soy homosexual y soy de derechas", decía. "Sin embargo, yo veo la injusticia día a día porque leo, estudio... me parece tremendo el socialcomunismo que estamos viviendo en estos momentos. Y como estamos en democracia yo digo lo que me sale del alma igual que hacen los izquierdistas, negacionistas de la historia".