LA VIDA CONTIGO

Qué fue de… Nina, la directora de la academia de 'OT' que hizo del teatro musical su principal profesión

Apadrinada por Xavier Cugat, la cantante catalana llegó a participar en Eurovisión; hoy día comparte con sus alumnos todo lo aprendido en cuatro décadas de carrera

Nina comparte su conocimiento y experiencias de aprendizaje en NinaStudio.

Nina comparte su conocimiento y experiencias de aprendizaje en NinaStudio. / FUNDACIÓN LA CAIXA

Ser azafata en Un, dos tres…responda otra vez y representar a España en Eurovisión son experiencias que siempre brindan fama a sus protagonistas. Sin embargo, ninguna de ellas le trajo a Nina tantísima popularidad mediática como las primeras ediciones de Operación Triunfo, un programa de televisión donde el concursante mejor considerado ganaría una carrera discográfica. "Trabajar es mi pasión", contó la cantante y actriz al respecto. "Puedo parecer demasiado estricta, pero no me interesa perder tiempo. Estoy con gente que quiere cantar y triunfar, y no pueden despistarse. Al pasar tantas horas con ellos, viéndoles trabajar, sufrir y reír, me voy enamorando. Me implico demasiado. Soy muy pasional".

La de Barcelona, que nació en 1966 en el seno de una familia de pescadores, era ya igual de entusiasta de pequeña, y heredó la vocación artística de su padre, quien hizo sus pinitos en el mundo del cine. "Era una niña muy acomplejada", contó a una revista. "Era muy alta, porque crecí rápido, y tenía el pelo tan rizado que en conjunto parecía una especie de 'pato mareado’. Tenía muchos complejos, pero en cuanto comenzaba a cantar perdía ese miedo al ridículo. Cuando cumplí quince años y estudiaba BUP, decidí repentinamente abandonar los estudios. Pensé que aquello no me valía para nada realmente y me coloqué en una zapatería".

Nina, en la presentación de unas jornadas de la gamba en Palamós.

Nina, en la presentación de unas jornadas de la gamba en Palamós. / JOAN CASTRO (ARCHIVO)

A los 16 años, Nina se presentó a un festival de música donde conocería a los miembros de la Orquesta Costa Brava, que se interesaron por ficharla como cantante. Después de pasar varios años actuando con ellos de pueblo en pueblo, empezó a trabajar con Janio Marti, hasta que el famoso director de orquesta Xavier Cugat, el único español con cuatro estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood, decidió apadrinarla y la presentó como su nuevo descubrimiento en Un, dos, tres...

Paso del escenario al plató

Entusiasmado con su portentosa voz, Chicho Ibáñez Serrador le ofreció entonces trabajo como azafata de su programa, posiblemente el concurso más famoso de la historia de la televisión. "Cambio un medio, el escenario, que he pisado, vivido, y me es tan familiar por uno desconocido y mitificado, la televisión", contó ella en sus memorias Con voz propia. "La interpretación única e irrepetible del momento por la actuación repetida hasta el aburrimiento, cuyas trampas hace falta vencer para generar el nervio y la adrenalina que solo el directo crea. El paso del escenario al plató significó uno de mis grandes aprendizajes".

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Nina en el Festival Jardins de Cap Roig, en 2003. / JOAN CASTRO (ARCHIVO)

En 1989 fue seleccionada para participar en Eurovisión, donde interpretó el tema de Juan Carlos Calderón Nacida para amar, y se tuvo que conformar con un muy meritorio sexto puesto, pese a que todos los periodistas le auguraban el primero. Aquel mismo año se casó de forma precipitada con el chileno Juan Carlos Mendoza, que era quince años mayor que ella y trabajaba en la Orquesta Mondragón. El matrimonio duró solo tres meses y algún tiempo después vio la luz su relación con el actor Miquel Cors, exmarido de Silvia Munt, con el que también terminó rompiendo. Pese a que es bastante discreta en su vida personal, se sabe que la artista lleva dos décadas emparejada con Toni Mir, un promotor cultural al que conoció cuando estaba terminando OT 3.

Corrían principios de los 90 cuando Nina lanzó sus primeros dos discos, que por cierto tuvieron poca repercusión en ventas. "Son dos discos que fueron prácticamente impuestos y con los que no me sentía nada identificada", ha señalado al respecto. "Trabajé con músicos y productores con los que no me entendía y esto me marcó mucho… Negativamente y positivamente, porque esa experiencia me hizo más fuerte y me di cuenta de que lo más importante no es saber con exactitud lo que quieres, sino tener muy claro lo que no quieres. En esos momentos de incertidumbre es mejor parar y no hacer nada".

Política, OT y Mamma mia!

Paralelamente comenzó a actuar en obras musicales como la comedia Las cuatro cartas, con libreto de Miliki y música de su hija Rita Irasema, o Cabaret, que duró siete meses entre la temporada en Barcelona y la gira por España y le valió para aferrarse al teatro. En 1996 intervino en la inolvidable serie Nissaga de poder, y al poco la escogieron para protagonizar la versión televisiva de la novela Entre naranjos, dirigida por Josefina Molina. Tres años después recibió una oferta para convertirse en la profesora de técnicas de voz y directora de la Academia de Operación Triunfo, cuya primera edición rompió los récords de audiencia y se alargó dos meses más de lo previsto.

Después de convertirse en estrella, Nina probó suerte en la política, entrando en la lista que CiU presentó en la localidad de Lloret de Mar para las municipales de mayo de 2003, aunque no salió elegida. También se convirtió en protagonista de la primera versión en castellano de Mamma Mia!, un musical donde descubrió la auténtica disciplina pasando siete años de su vida haciendo la misma función ocho veces por semana. Hasta regresó a Operación Triunfo, del que hoy parece tener un recuerdo agridulce. "Era muy broncas y tenía mucha responsabilidad”, ha confesado. "Había un momento que tenía que ponerles firmes, ahora todos [los exconcursantes] me quieren un huevo. En aquel momento no sé si lo harían. A mí Operación Triunfo me ha marcado, seguramente, para mal. Y me han llamado de sitios por tener fama de bronca".

Nina y Rosa López, la ganadora de la primera edición de 'Operación Triunfo'.

Nina y Rosa López, la ganadora de la primera edición de 'Operación Triunfo'. / ARCHIVO

A pesar de llevar un tiempo meditando su retirada de los escenarios, en 2022 volvió a dejar su vida en Barcelona para protagonizar Los puentes de Madison. El musical en el Teatro EDP Gran Vía de Madrid. Además de haber dado clases particulares, Nina comparte hoy conocimiento y experiencias de aprendizaje en NinaStudio, un centro de educación, entrenamiento y rehabilitación de cuerpo y voz, y en 2016 publicó su ya mencionada autobiografía, en la que rinde homenaje a la voz como instrumento profesional y, siempre desde la humildad, recuerda que trabajo, esfuerzo y dedicación son los tres pilares básicos que sustentan su gran carrera.