Bebida, juegos de mesa y lo que surja: así es "la quedada perfecta" que fomenta el ocio saludable

El Dixit, el Rummy, el Trivial, el Catán, el Virus, una simple baraja o un parchís. Todos, grandes y pequeños, hemos jugado a alguno. Ahora no solo podemos hacerlo en casa con la familia o los amigos, sino que, traspasando las barreras tradicionales, los juegos de mesa se están convirtiendo en el principal atractivo de locales que combinan el picoteo con una oferta de ocio alejado de las pantallas.

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha visitado en Madrid dos de estos locales, Café La Manuela, mítico bar del barrio de Malasaña, y el moderno espacio en la Ribera de Curtidores, Replay Board Game Outlet & Café. En el primero llaman la atención los espejos, el mármol, el hierro fundido y la madera de su decoración de principios del siglo XX.

 “Hemos llegado a tener más de 200 juegos de mesa, los vamos reparando y renovando, y hay gente que incluso nos dona alguno”, cuenta Jesús Herrero, dueño del café, que nos explica que el establecimiento comenzó siendo un espacio literario y poco a poco se ha ido adaptando a las exigencias del público actual. Allí solo hay juegos culturales. Empezaron con el ajedrez, juegos de habilidad y Trivial Pursuit, el más popular junto a los juegos de palabras, y vieron que para mucha gente era “la quedada perfecta”: echar una partida y merendar.

En el café es habitual ver una actividad diferente en cada mesa. Quien quiere jugar, juega, el que quiere charlar, charla, y el que quiere leer, lee. Para jugar no hay que pagar, solo tratar bien el material, disfrutar y volver a dejarlo en su lugar, comenta Herrero.

Laura González, gerente y socia junto a su hermano Alberto de Replay Board Game destaca, por su parte, que este tipo de locales parten de un concepto que viene de países anglosajones, sobre todo de EEUU y Canadá, donde la gente va a jugar a sitios que también ofrecen algo para picar. “Cuando quisimos traer la idea a España vimos que nuestra cultura se basa en salir a comer y a cenar, y que por eso teníamos que pensar en un modelo que integrara la restauración, para juntar ambas cosas”, explica.

En Replay Board Game se puede elegir entre más de 2.000 juegos de mesa diferentes distribuidos en varias plantas sin tener que comprarlos. Solamente hay que pagar 3,5 euros y pedir una consumición.

Un plan barato

Mercy, de 20 años, conoció el espacio de la Ribera de Curtidores, en la zona del Rastro madrileño, a través de las redes sociales y lo que más valora es la atención. “Te recomiendan muchos juegos y todos están en buen estado. Además es un plan barato: puedes venir y jugar durante cinco horas y entre dos puedes gastarte como mucho 30 euros. Y la comida y la bebida están genial”, resalta.

Por si alguien tiene dudas, Replay Board Game no es ni mucho menos un sitio para frikis. “La forma de explicar los juegos y de estructurar el local es para que todo el mundo, tenga los gustos que tenga y tenga la orientación que tenga, esté cómodo y a gusto con nosotros”, prosigue la responsable.

Entre los usuarios hay familias con niños, como Raquel, que ha ido con su marido y sus dos críos pequeños a pasar la tarde disfrutando de los pasatiempos: “Antes de tener niños nos gustaba venir a este tipo de sitios para cenar mientras jugábamos y hemos decidido retomarlo con ellos y ver qué tal fluía”, cuenta.

Aunque el público es diverso, la mayoría es gente joven que va buscando una experiencia distinta. Lo mismo pasa en La Manuela, donde, dependiendo del momento del día, abundan extranjeros, universitarios, profesores o familias. “No es lo mismo un bar con juegos de mesa que juegos de mesa con servicio de bar. Es una diferencia importante y cambia mucho el público”, apunta Javier, de 47 años y cliente habitual de estos locales.

Bueno para la atención

Pero además de una oferta de ocio alternativa, los juegos de mesa aportan mucho más que un mero entretenimiento. “Son beneficiosos en tres ámbitos: cognitivo, social y emocional”, señala a este diario la neuropsicóloga Ruth Cerdán, especialista en el aprendizaje a través del juego.

“Además de divertirnos, estamos desarrollando la atención y la memoria, porque tenemos que recordar las normas a medida que se desarrolla la partida. Asimismo, desarrollamos funciones ejecutivas, como la velocidad de procesamiento si hay que dar una respuesta rápida, o el desarrollo del lenguaje, si es un juego en el que hay que adivinar cosas”, abunda la experta.

Y otro aspecto relevante es que a nivel social se trabaja el respeto mutuo. “Tienes que negociar para llegar a acuerdos, para ir avanzando y ser capaz de ganar y aunque hay opciones para jugar en solitario, siempre vamos a tender a jugar en grupo”, recuerda Cerdán.

Desde el punto de vista emocional, se profundiza mucho la tolerancia a la frustración porque “hay que aprender a ganar y hay que aprender a perder”. En definitiva, al final se hace mucho más que jugar, porque la experiencia se puede trasladar a la vida cotidiana y jugar lleva implícito el aprendizaje.

Salud mental

La neuropsicóloga está convencida de los beneficios que aportan los juegos de mesa para la salud mental y sugiere invertir recursos en sitios a los que la gente pueda “acudir a jugar para ampliar su círculo social y de amistades”. Es decir, multiplicar las ludotecas “no solamente para niños y adolescentes, sino para adultos jóvenes, para que tengan un nexo de unión y se fomente este tipo de ocio saludable”. 

“Que sirva para que aquellas personas que se acaban de mudar o que estén pasando por un mal momento tengan un lugar al que ir a jugar, pasarlo bien y conocer a otras personas en su misma situación. Es una forma de prevenir problemas mentales”, recalca.

Cristina, una andaluza de 35 años que trabaja en Madrid y hace poco empezó a frecuentar este tipo de locales, incide en sus ventajas: “Somos muchos los que venimos de fuera y no conocemos gente así que gracias a este tipo de planes conectas con personas con gustos parecidos a los tuyos”, comenta.

El objetivo fundamental del sector es conseguir “una normalización” aunque hay que decir que parece que las cosas van por buen camino. “Los juegos de mesa han experimentado un crecimiento y han empezado a llegar al gran público, se han universalizado y son más accesibles para todo el mundo”, concluye Laura González.

El sector de los juegos de mesa experimentó un boom en sus ventas con un aumento de un 18,3% a cierre de 2020, según datos de la consultora NPD. "La pandemia vino bien y ahora la idea es intentar que se estabilice la producción", señala Alberto González.