GIRO EN EUROPA

Eslovaquia, Hungría y Bulgaria: los tres países de la UE que cada vez se acercan más a Rusia

Tras cinco años en la oposición, el nacionalpopulista Robert Fico se impuso como vencedor de los comicios con casi un 23% de los votos

El primer ministro de Hungría, Víktor Orban, durante una rueda de prensa.

El primer ministro de Hungría, Víktor Orban, durante una rueda de prensa. / EFE

Carles Planas Bou

A medida que la 

guerra en Ucrania 

se enquista, el gasto de la Unión Europea (UE) para defender a su aliado se dispara. El encarecimiento del conflicto, el alza de los precios en casa y los lentos avances ucranianos sobre el terreno amenazan ahora con erosionar el apoyo a Kiev. La opinión pública es cada vez más escéptica, pero aun así sigue apostando mayoritariamente por impulsar las ayudas económicas y militares. Sin embargo, los discursos favorables a Rusia tienen cada vez más fuerza en las posiciones de poder.

Las elecciones de este sábado en 

Eslovaquia 

lo constatan. Tras cinco años en la oposición, el nacionalpopulista Robert Fico se impuso como vencedor de los comicios con casi un 23% de los votos. Formar gobierno no le será sencillo, pero su más que probable regreso al poder inquieta tanto a Bruselas como a la OTAN. Hasta ahora, el país había abogado por exportar armamento a Ucrania y acentuar las sanciones contra los activos rusos, pero eso podría cambiar. Fico se ha opuesto a ambas medidas y ha replicado las falsas tesis del presidente ruso, Vladímir Putin, culpando a "fascistas y neonazis ucranianos" del inicio de la invasión.

La victoria del partido socialconservador Smer-SD –escindido de una formación poscomunista– refleja una tendencia creciente en el país. Tan solo un 43% de los eslovacos cree que el Kremlin es responsable del ataque a Ucrania y un 39% culpa a 

Estados Unidos 

y a la

OTAN

de la guerra, según una encuesta del 'think tank' GlobSec, radicado en Bratislava. Es también el único país del este de Europa que tiene una percepción mayoritariamente negativa de los refugiados ucranianos. Más de la mitad preferiría que Moscú ganase la guerra, según otra encuesta.

Hungría, adalid iliberal

Aunque su posición es más frágil, el triunfo electoral de Fico podría inclinar Eslovaquia hacia una postura similar a la de Hungría, donde Viktor Orbán lleva más de una década instalado en el poder. El primer ministro ultraderechista es considerado el adalid de la democracia iliberal, un modelo de corte autoritario dentro de la UE que ha recortado derechos y libertades.

Esta no es la única deriva que ha puesto a Bruselas en una situación incómoda. Aunque el país forma parte de la OTAN, se ha opuesto a la guerra y ha aceptado la llegada de refugiados ucranianos, Orbán ha tendido puentes económicos con Rusia y ha bloqueado y rebajado las sanciones a su principal proveedor energético. La semana pasada aseguró que no apoyará a Ucrania en "ningún asunto internacional", en relación a la cumbre europea de diciembre en que los 27 deben decidir si permiten iniciar negociaciones para una futura adhesión del país a la UE.

Ese viraje reaccionario también se ha plasmado en la sociedad. Un 43% de los húngaros culpa al Kremlin de la guerra, mientras que un 27% apunta a Washington, según la encuesta de GlobSec.

Bulgaria y Grecia

Bulgaria es otro de los pocos miembros de la UE donde el euroescepticismo y la rusofilia crecen. El país cuenta con uno de los apoyos más débiles a las sanciones económicas y un 59% de su población ve el envío de armas a Ucrania como una "provocación" más que como una "ayuda". Solo un 53% confía en su pertenencia en la OTAN –el peor índice de confianza de entre todos sus miembros– y un 32% tiene una visión positiva de Putin, una cifra mucho más alta que en otros países del centro y este del continente. Aunque el nuevo Gobierno ha prometido erradicar la influencia rusa del país, la extrema derecha anti-OTAN, rusófila y euroescéptica no para de ganar influencia y es ya el tercer partido más fuerte.

El apoyo a Ucrania también pierde fuerza en otros rincones de la

UE

. Es el caso de Grecia Malta. Un documento interno al que tuvo acceso Euractiv apunta que ambos países están en la cola en la congelación de activos rusos. El apoyo a las sanciones entre los griegos está por debajo del 30% y Atenas ha bloqueado el último paquete de reprimendas económicas contra el Kremlin como represalia por el bloqueo que Ucrania ha aplicado a las empresas griegas que han seguido negociando con compañías rusas.

Rusófilo camino a la UE

La guerra también ha puesto de relieve la posición prorrusa de Serbia. Aunque el país no forma parte de la UE, sí figura como país candidato a la adhesión desde 2012. A diferencia de lo que sucede en territorios balcánicos vecinos con el mismo estatus como AlbaniaMacedonia del Norte Bosnia, cerca de un 80% de los serbios rechazan las sanciones o condenan la invasión de Rusia, país con el que mantienen una relación de amistad. Aun así, Belgrado sigue haciendo equilibrios para decidir si se decanta por Bruselas o se entrega a Moscú.