Así son los recreadores de guerra españoles: “Ahora se invita menos a los que reproducen al Ejército Rojo ruso”

Miles de fanáticos de la historia, nostálgicos y coleccionistas de armas emulan batallas históricas, se visten de Tercios españoles y de soldados rusos

Mario Saavedra

Mario Saavedra

Terminas en la oficina un viernes. Te quitas el traje y metes en la maleta un casco de acero, una réplica de un fusil M1 “Garand” y unas botas militares para paracaidistas Corcoran. Te vas a Normandía y pasas el resto del fin de semana durmiendo en el suelo en los bosques, atento a un posible ataque de las tropas nazis. El casco pesa, los pies sufren. Sigues las órdenes implacables de tu superior. De pronto, despiertas de tu recreación del desembarco del día D de la Segunda Guerra Mundial, porque se te ha acercado un auténtico veterano que estuvo allí, un anciano estadounidense que luchó en la división 101 aerotransportada que te ve con la cara pintada de negro camuflaje y te dice: “¿Sabes cómo nos la pintábamos nosotros? Metíamos la mano en los tubos de escape de los aviones y usábamos el hollín”. 

La historia nos la cuenta Óscar Galansky, recreador de guerra y youtuber del canal para fans de las batallas históricas Tropa Guripa

El movimiento de recreadores de guerra cuenta en España con cerca de 400 asociaciones,  y un total de unas 20.000 personas, según estima la Asociación de Recreaciones Históricas Codex Bélix, aunque la cifra es muy difícil de comprobar. Se visten con uniformes y arman hasta los dientes con armas de época para vivir la historia, siquiera durante unas horas, como si fueran Tercios españoles o soldados del Ejército Rojo ruso. Unos quedan para recordar batallas históricas por su cuenta. Otros se dedican a realizar espectáculos en los pueblos y ciudades de España. 

Recreación de Stalingrado

Recreación de Stalingrado / Tropa Guripa y Northwest Paratroops

Aunque ahora pasan por algunas dificultades. La invasión rusa de Ucrania ha provocado una cierta sensibilidad a lo que pueda sonar a apología de la guerra. No es el mejor momento para escuchar explosiones, mucho menos para ver soldados rusos de la Gran Guerra caminando por las calles de una ciudad. “La guerra de Ucrania nos ha afectado un poco. Por ejemplo, algunos ayuntamientos han suspendido eventos programados, especialmente al principio del conflicto, cuando estaban asustados pensando que era posible que estallara una guerra mundial de verdad”, explica Antonio Lalaguna, recreador, presidente de Codex Bélix, que se dedica a los eventos de recreaciones multiépoca. “A compañeros nuestros recreadores del Ejército Ruso de la Segunda Guerra Mundial ahora no se les invita, porque pueden levantar reticencias del público visitante”.

El desembarco de Normandía en Santander


Lalaguna dice que empezó en esto en 1999. Fue a Reino Unido a un “reenactment” (que es como se dice el invento en inglés) y se dijo: “esto tengo que traerlo a España”. Entonces eran cuatro gatos. Pero unos años más tarde comenzaría a celebrarse el bicentenario de las guerras napoleónicas que implicaron a España y Francia. Un caramelo para los apasionados por la historia militar. El movimiento cogió tracción. Ahora, Lalaguna dice que ha organizado ya 18 grandes eventos de recreación militar por toda España. Él mismo tiene una de las clásicas motos alemanas BMW con sidecar de aquella guerra. Otros recreadores españoles poseen Harley Davidson que se hicieron famosas en la II Guerra Mundial, o vehículos militares como los Jeep Willy o los Dodge. Hasta un carro de combate estadounidense Sherman o un M-41 que se ha movido de un sitio a otro de España para ser usado en una recreación. La asociación sin ánimo de lucro y de carácter social Codex Bélix se enorgullece de poseer “la única lancha de desembarco Higgins en España”. Aquellas que salían en la película Salvar al Soldado Ryan, las que fuera del cine transportaron por decenas de miles a jóvenes soldados a invadir la Francia ocupada por los nazis en el día D.

Desembarco de Normandia En España de Códex Bélix

Desembarco de Normandia En España de Códex Bélix / Códex Bélix

Esa lancha fue una de las aportaciones para la gran recreación del desembarco de Normandía que hicieron en la playa del Sardinero de Santander. Miles de espectadores vieron de pronto cómo aparecía a lo lejos un barco real de la Armada Española. Porque las Fuerzas Armadas colaboran con ellos en sus eventos. Dos aviones originales de la época, de la Fundación Orleans, empezaron a sobrevolar la playa. Luego, llegó la lancha con los soldados. Una empresa de efectos especiales de cine se encargó del resto: tracas que salen del suelo, de las trincheras y los búnkeres, disparos…

Vivir la guerra sin sufrirla


Para Óscar Galansky se trata de una experiencia más personal. Una suerte de “arqueología experimental” en la que su pasión por la historia se encuentra con su interés por los conflictos bélicos. “Yo lo hago para mi disfrute, y soy muy meticuloso y exigente con los detalles”, explica. “Buscamos el entorno correcto, no me vale en la plaza del pueblo y no quiero gente alrededor haciendo fotos. Intentamos sentir lo que sentía un soldado en las distintas épocas”.

Se aprende mucho, cuenta. Por ejemplo, que la forma en la que se ponen el uniforme en las películas no es siempre adecuada, porque no se puede reptar bien. O que cuando te mueves con el equipo de incógnito haces ruidos que delatan tu posición. Se vive la guerra sin padecerla. 

Bastogne, Francia, recreación de la II Guerra Mundial

Bastogne, Francia, recreación de la II Guerra Mundial / Tropa Guripa y Northwest Paratroops

Los recreadores se distinguen especialmente en función del tipo de “frikismo” del que vengan. Hay quienes crecieron viendo las películas de guerra, y quieren meterse de lleno en ese imaginario en cuanto se enteran de que puedes vestirte de la cabeza a los pies como los héroes de la gran pantalla, cuenta Galansky. Otros que conoce llegan desde el modelismo. O desde el coleccionismo militar. La típica persona que guarda un “fusco” Parabellum de la Primera Guerra Mundial en casa. Algunos, incluso, provienen de la afición al AirSoft, una actividad lúdica similar al PaintBall pero con armas de aire comprimido y en la que se imitan batallas.

¿Refugio de nostálgicos del fascismo o del comunismo?


Uno de los asuntos delicados es la presencia de nostálgicos del fascismo, del comunismo o del franquismo en el movimiento de recreadores de guerra. Los hay, dicen desde Codex Bélix, pero no cree que sean la mayoría. El principal atractivo es la parafernalia militar. Pone como ejemplo a un policía británico jubilado de Scotland Yard cuya especialidad es vestirse de general alemán. La Asociación explica que tratan de evitar las exaltaciones de las ideologías extremas impidiendo, por ejemplo, que aparezcan miembros de las SS. Se centran en soldados regulares, Ejércitos formales de los países en contienda. Pero en el mundillo todos saben que hay fascistas, comunistas o franquistas escondidos bajo los trajes del Ejército italiano, el Ejército Rojo o las tropas nacionales. Y que algunas de las asociaciones los incluyen.

Y luego está el riesgo de ser acusados de belicismo o de exaltación de la guerra. Ellos creen que las batallas son parte de la historia. Una parte fundamental, de hecho. Y que sin comprender las dos contiendas mundiales es imposible comprender la historia del siglo XX, por poner un ejemplo.

Foto de recreadoras de enfermeras en el hospital de Leganés

Foto de recreadoras de enfermeras en el hospital de Leganés / Códex Bélix

Armas registradas


Hay legislación que aplica a estos movimientos. Por ejemplo, todas las armas deben estar registradas. Y eso incluye a las de atrezzo, aunque sean de juguete. Tienen que incluirse, en principio, en el libro de coleccionista. 

Los recreadores de guerra utilizan tres tipos de armas. Primero están las réplicas de armas originales, conocidas como “detonadoras”, porque disparan. Hacen ruido y expulsan la vaina (la parte del cartucho que contiene la pólvora). El segundo modelo son las que están inutilizadas, normalmente con el cañón taladrado, y no pueden por tanto hacer fuego. Por último, están las armas de juguete o atrezzo, por ejemplo las Dénix. Son imitaciones de las armas reales, pero tienen que estar registradas. Desde hace dos años, en España están prohibidas las armas reales con balas de fogueo, explica Codex Bélix. 

En general, las asociaciones tratan de vender la “cosecha nacional”. Por ejemplo, Tropa Guripa, de origen gallego, trata de dar a conocer a los gallegos que participaron en la Gran Guerra.