GALICIA

La misteriosa desaparición del barco Montrove, la otra tragedia que conmovió a la Ría de Pontevedra

Este congelador gallego, con 16 personas a bordo, levó anclas en el Puerto de la Cruz (Las Palmas de Gran Canaria), el 19 de julio de 1984. Fue la última vez que se tuvieron noticias de él

Montrove

Montrove

Clara G. Lorenzo

Clara G. Lorenzo

Los que somos de zonas costeras admiramos y tememos el mar a partes iguales. Todos tenemos familiares o amigos que se dedican a la pesca —en muchas ocasiones trabajando durante más de seis meses alejados de sus hogares— y, por desgracia, todos hemos perdido a algún familiar o amigo en la bravura del océano.

La tragedia de este martes, con el hundimiento en Canadá del barco pesquero Villa de Pitanxo que hasta el momento deja diez fallecidos, 11 desaparecidos y tres supervivientes, pesa sobre los habitantes de la Península de O Morrazo —formada por los municipios de Cangas, Moaña, Marín y Bueu y situada entre la ría de Vigo y Pontevedra—, de donde eran la mayoría de sus tripulantes. Pesa, también, porque trae a la memoria sucesos similares como el del Montrove.

Desaparición del Montrove

Este congelador gallego desapareció misteriosamente con 16 personas a bordo 20 días después de levar anclas en el Puerto de la Cruz, en Las Palmas de Gran Canaria, el 19 de julio de 1984. Partió cargado de combustible y con los víveres necesarios para faenar en el banco canario-sahariano, en la costa noroccidental de África. La duración de la marea sería de 60 días, sin embargo, el destino de sus tripulantes —un patrón, nueve marineros, dos oficiales de máquinas, dos engrasadores, un cocinero y un contramaestre—, se truncó en ruta.

El pesquero, de 243 toneladas brutas y 37,16 metros de eslora, se perdió sin dejar rastro. No contactó por radio ni emitió una señal de alarma. Barcos de la Armada peinaron la zona durante mil horas sin ningún resultado. También helicópteros y aviones de avistamiento. Durante meses se lanzaron mensajes con los detalles del Montrove a todos los navegantes, pero fue el Borneira, otro congelador gallego, el último que lo avistó a pocas millas de distancia del Puerto de la Cruz, de donde partió rumbo al caladero. Nadie volvió a reportar información sobre el barco y nunca emergieron los restos del naufragio.

Informe oficial

Por aquel entonces, se barajaron varias hipótesis para explicar la misteriosa desaparición. La primera, que hubiese sido secuestrado por el Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro, conocido como Frente Polisario, pero esta se descartó ya que hacía cuatro años que no capturaban ningún barco español en la zona. También se especuló con la posibilidad de que la embarcación estuviese realizando operaciones de contrabando u otra operación ilegal y que por eso llevase desconectada la radiofonía o que, por algún otro motivo, perdiese su sistema de radiocomunicación.

Finalmente, el informe oficial apuntó que el Montrove fue engullido por el mar tras ser arrollado por un buque mercante.

En la actualidad es prácticamente imposible que se le pierda por completo el rastro a un barco. Todos cuentan con una Radiobaliza de Localización de Siniestros (RLS) que, incluso en el peor de los casos, flota y emite señales intermitentes que recoge un satélite.

37 años después

A día de hoy, 37 años después de la tragedia, nada se sabe del Montrove. Ni una sola pista; ni un solo resto. Únicamente se salvó Luis Paz, el hijo del armador del pesquero, quien solo unas horas antes de la salida decidió no embarcarse alegando “motivos familiares”. En Bueu, de donde eran la mayoría de los tripulantes, nadie se olvida de esta catástrofe y algunos de los familiares de los desaparecidos siguen esperanzados de volver a reencontrarse con ellos.