REAL MADRID 3 - 0 CÁDIZ

Así fue la reaparición de Courtois en el día del alirón: una pierna milagrosa que reabre el debate

El portero belga volvió a la titularidad casi nueve después en la misma jornada en la que el Real Madrid puede proclamarse campeón de Liga y acumuló méritos para volver a la titularidad

El portero belga despeja ante el delantero del Cádiz Chris Ramos

El portero belga despeja ante el delantero del Cádiz Chris Ramos / EFE/J.J. Guillén

Isabel Guillén

Isabel Guillén

En el fútbol, como en la vida, hay veces que aunque todo el mundo vaya en la misma barca, no siempre se rema en la misma dirección, no al menos por el mismo motivo. Una escena que escenificó este sábado Courtois en el partido ante el Cádiz en el Bernabéu. Unos luchando para ganar la competición, otro para demostrar que merece volver a la titularidad. Y es que mientras toda la plantilla lleva remando desde la primera jornada de LaLiga para sumar los tres puntos partido tras partido y llegar a la jornada 34 con la posibilidad de celebrar el alirón, Thibaut Courtois se bajó de la embarcación blanca un 10 de agosto de 2023.

Antes de que comenzase la temporada dejó a su tripulación huérfana, sin su fiel escudero, sin ese seguro de vida que les había llevado a levantar su 14º Champions, noqueando todas las estampidas de un Liverpool que quería la revancha en aquella final, pero Salah se estampó con la jirafa blanca.

Casi nueve meses han pasado, nueve, que se dice pronto. 270 días en los que el belga ha estado apartado del césped por culpa de esa rotura del ligamento cruzado de su rodilla izquierda. Y cuando el madridismo veía la luz del túnel, hasta el punto que Ancelotti había hecho público que contaría con su presencia para los cuartos de final ante el City, sobre el guardameta cayó un jarro de agua fría, al sufrir otra recaída. Esta vez en la rodilla buena, en el menisco de la derecha.

El Bernabéu se rinde ante Courtois

Los madridistas se pusieron en pie al segundo de salir el belga por el túnel del vestuario. Courtois había vuelto y eso había que celebrarlo. El guardameta recibió el cariño de la grada durante el calentamiento y se marchó al vestuario antes que sus compañeros. Tiempo de reflexión, ahora que está tan a la orden del día, antes del gran momento.

En el primer balón que tocó, con los pies, a pase de Nacho, se llevó la ovación de toda la grada. Tranquilidad y calma en sus primeros 45 minutos, pues ni un tiro a puerta tuvo el Cádiz. Un balón de Sobrino a la media hora fue la acción que más miedo acaparó en la portería belga, aunque no tuvo que hacer nada, pues Nacho se encargó de despejar el balón. Poco después volvía a tocar el esférico, esta vez para poner un pase a Fran García, pero se le iba largo al guardameta y el lateral no llegaba. Aún queda para que recupere esa finura a la que tenía acostumbrados al madridismo, debió pensar Ancelotti al tiempo que levantaba la ceja. Claro que para eso están estos partidos. Si ya lo había avisado el italiano: "Coger rodaje".

La vuelta que había soñado

En la segunda parte, el conjunto andaluz enganchaba una contra tras un error de Militao y Chris Ramos se quedaba totalmente solo ante Courtois. Todos se echaron las manos a la cabeza, pero él mantenía la calma, aguantaba bien y sacaba su pierna izquierda para mandar el balón fuera. Parecía que el tiempo no hubiese pasado. El Bernabéu lo celebraba como si de un gol se tratase. Como si tuvieran una bola mágica bajo el asiento, pues un minuto después, Brahim la colgó por la escuadra. Todos lo celebraban con el delantero, pero Nacho se fue a abrazar al belga, consciente de su buen hacer en la jugada anterior. Al capitán le siguieron todos los jugadores, que levantaban el pulgar al guardameta en señal de agradecimiento. Y tras ellos, los fisios y todo el cuerpo técnico del Real Madrid, que lo abrazaban al término del encuentro.

Los reflejos no los había perdido, había quedado claro, pero el carácter y la anticipación tampoco, pues cinco minutos después despejaba con los puños un centro gaditano que se envenenaba. Algo parecido sucedía en el 76, cuando se adelantó a una posible contra del Cádiz saliendo del área y lanzando el balón fuera. Al borde del final, en el descuento, el portero estaba atento, como si del minuto uno se tratase, para bloquear un balón de Alcaraz desde los 30 metros. Valentía, otra cualidad en la lista de lo que sigue dentro de Thibaut.

El portero belga del Real Madrid Thibaut Courtois despeja ante el delantero del Cádiz Rubén Sobrino

El portero belga del Real Madrid Thibaut Courtois despeja ante el delantero del Cádiz Rubén Sobrino / EFE/J.J. Guillén

Destino o casualidad, iba a ser en la jornada del alirón en la que volvió Thibaut Courtois, un partido en el que guio a sus compañeros, animó y, lo más importante, paró como siempre. Además de convertirse en el quinto portero con más partidos con el Real Madrid, igualando a García Remón. Día de doble celebración. Y la buena actuación del portero blanco vuelve a abrir una puerta que hasta hace dos días había cerrado Lunin.

Sobre la mesa de nuevo un debate que inevitablemente afectará a la portería si la recuperación del belga le permite recuperar su mejor nivel, ese que le tenía muy firmemente asentado en la consideración de mejor portero del mundo para una gran mayoría.

"Solo pensamos en la final del miércoles y ante el Bayern va a jugar Lunin" decía Ancelotti en la previa. "Tanto él como Militao necesitan minutos y en los próximos partidos de Liga jugarán porque están más frescos que los otros", confirmaba tras el encuentro. ¿Y después? ¿Y en una hipotética final de Champions? Solo el italiano lo sabe. Aunque el Bernabéu parece tener la respuesta clara.