FÚTBOL | CELTA 0 - 1- REAL MADRID

'Pichichi' Bellingham rescata los tres puntos para el Real Madrid, que pierde a Vinicius

El medio volvió a ser clave en el triunfo del conjunto blanco: anotó su cuarto gol en tres partidos para afianzarse como líder goleador

Vinicius se tuvo que retirar en la primera parte debido a un pinchazo, Rodrygo falló un penalti y el conjunto blanco mantiene el pleno

Jude Bellingham celebra el gol que le dio al Real Madrid la victoria en Balaídos.

Jude Bellingham celebra el gol que le dio al Real Madrid la victoria en Balaídos. / VIOLETA SANTOS / REUTERS

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Cuando Jude Bellingham llegó a LaLiga, surgieron un buen número de análisis dispares sobre su estilo de juego. Desde los que le tildaban de un 'box-to-box' hasta los que hablaban de un medio creativo, con capacidad para el regate. Y más de uno pecó de exceso de prudencia al pedir tiempo para su adaptación. Bellingham es la atracción de LaLiga en el inicio de la temporada. Es un perfil indescriptible, porque hacía mucho tiempo que un futbolista no irrumpía con tal poder en el campeonato. Y así, nueve de nueve para el Real Madrid, todos a domicilio por las obras del Bernabéu que espera ansioso a su club.

Contra el Celta, el internacional inglés volvió a demostrar una inusitada capacidad para el gol. Volvió a celebrar, como en las dos jornadas anteriores. Un gol al Athletic, dos al Almería y otro más contra el conjunto celeste, al que amargó su centenario. Bellingham juega como una estrella, siendo capaz de pasar desapercibido para emerger en el instante preciso. El éxtasis llegó esta vez en el minuto 81, después de un partido de alta exigencia para los de Ancelotti, que perdió a Vinicius por una lesión muscular.

El Celta salió con la valentía que le daba una afición metida de lleno en la efeméride. Lo hizo con C Tangana, autor del himno del Centenario, en la grada como un hincha más. Al igual que al final de la pasada campaña, cuando el equipo gallego se jugaba la permanencia. Tardó tres minutos en ver puerta ante un Real Madrid con Modric y Kroos en el banquillo. El gol terminó anulado. Larsen pugnó con Kepa, que estrenaba titularidad frente a Lunin, y de tacón desvió lo justo un disparo de Beltrán. En su primer reto como portero blanco, el vasco se había desmoronado ante el delantero noruego.

Gol anulado de Larsen y lesión de Vinicius

Mientras Benitez, exentrenador madridista, se relamía en el banquillo ante la pronta ventaja, llegó la llamada del VAR. Díaz de Mera acudió al monitor y entendió que existió una infracción de Larsen sobre Kepa. Una discutida decisión en la que el ariete aseguraba que había sido el guardameta el que le había agarrado en un terreno cotizado, el área pequeña, pero no sagrado para los cancerberos, como erróneamente se comenta en la cultura popular.

Ante el miedo, el Real Madrid se agitó del mejor modo que sabe. Con la algarabía que siempre promete Vinicius. Arrancó en una magnífica jugada individual de hombre franquicia en la que se fue al suelo. La alerta se convirtió en lesión sobrepasado el cuarto de hora. El brasileño terminó pidiendo el cambio a causa de una ligera molestia en la pierna derecha, en la parte posterior del muslo. Un tipo de lesión a la que ha sido inmune en España y cuyo diagnóstico se sabrá en unas 48 horas. En su lugar entró Joselu, el único delantero puro de un conjunto empeñado en ponerse un bozal en el mercado aunque cierre el 31 de agosto.

Los servicios médicos atienden a Vinicius durante el transcurso del Celta - Real Madrid.

Los servicios médicos atienden a Vinicius durante el transcurso del Celta - Real Madrid. / LAVANDEIRA / EFE

Diagonales sin éxito y amenaza celeste a la contra

No se desmoronó el conjunto blanco, pese a que cada vez que se quita una chincheta de su mapa de juego hay un silencio. El encargado de capitalizar el ataque era Rodrygo, que heredó el rol de gambeteador que dejó Vinicius. El Celta aguantaba bien atrás, con un bloque bajo, con el riesgo que ello supone para el desgaste físico. Belllingham trazaba diagonales que no encontraban la llave del gol como en jornadas anteriores.

Lo hizo con éxito una vez, pero su receptor, Joselu, estaba en claro fuera de juego. El Celta agotó una ventana de cambios al perder a Cervi, pero antes demostró que su capacidad para robar en campo propio y salir en estampida le servía para amenazar al Real Madrid. Bamba finalizó una contra de libro que ponía el partido en el territorio del intercambio de golpes. Era un encuentro vivo donde ambos contendientes habían alterado sus planes iniciales.

Aidoo, del Celta, corta un avance de Bellingham (Real Madrid), durante el partido de Balaídos.

Aidoo, del Celta, corta un avance de Bellingham (Real Madrid), durante el partido de Balaídos. / VIOLETA SANTOS / REUTERS

Penalti detenido y Bellingham vuelve a marcar

Ancelotti cambió el sistema en la segunda mitad, con Rodrygo ocupando la banda izquierda y Valverde en la derecha. Bellingham se situó por detrás de Joselu. Lo que se mantuvo es una sucesión incendiaria de ocasiones. Bamba era un absoluto incordio para Carvajal y Rodrygo se mantenía como el mechero del ataque madridista. En una de tantas, cedió uin balón a Valverde que envió fuera por poco. Superada la hora de juego entraron Kroos y Modric, que no cambiaron el ritmo del encuentro.

Era un 0-0, pero infinitamente más entretenido que muchos otros partidos. Pudo el Real Madrid llegar a la pantalla de 'game over' con un penalti de Iván Villar sobre Rodrygo. El meta celeste, producto de A Madroa (cantera del Celta), como el saliente Gabri Veiga (hacia Arabia Saudí), se repuso de la infracción cometida con una colosal parada con la que terminó ganándole el duelo al brasileño. A Iago Aspas, que adelantó a Hugo Mallo en número de partidos jugados en Primera con el Celta, le faltó una hebra para verse como héroe del partido tras una jugada en la que el Real Madrid experimentó el vértigo defensivo.

Hasta que apareció el 'joker', la carta que resuelve las partidas más complicadas. Bellingham se elevó a la salida de un córner para aticiparse a Aidoo y cazar un remate de Joselu que cabeceó al fondo de la red. Verle buscar un balón en el fondo de las mallas se ha convertido en una dulce rutina para el menos extranjero de los recién llegados. Un jugador adaptado a todo los contextos que dice ser "diez veces mejor que el año pasado". Y podrían ser muchas más.

Nacho, Alaba y Bellingham celebran el gol del Real Madrid en Balaídos.

Nacho, Alaba y Bellingham celebran el gol del Real Madrid en Balaídos. / MIGUEL RIOPA / AFP